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Jackson

Definitivamente se aprenden cosas en la Universidad.
Reconozco que yo nunca fui.
Lo mio nunca fueron los estudios.
Todo lo que quería y me importaba lo aprendí en el rancho a base de trabajo duro.

Empecé desde abajo, como mozo en los establos y lo odiaba, pero mereció la pena.
Ahora, todo lo que tengo me lo he ganado a pulso.

Mientras conduzco hacia el pueblo, un cómodo silencio se establece entre nosotros.

Imágenes muy nítidas de como la hice mía sobre el escritorio de Eric llenan mi mente distrayéndome solo un momento.

Aparco fuera de la única tienda que hay en el pueblo de ropa.
También venden herramientas, así que se puede decir que no encontraremos nada que esté a la moda, pero sin duda, servirá para la vida en el rancho.
Y planeo que ella permanezca conmigo durante muchísimo tiempo.

Entro en la tienda con ella de la mano.
Puede parecer una tontería, pero necesito tocarla cada poco tiempo y a ella no parece importarle.
Su pequeña y suave mano encaja bien con la mía que es más grande y áspera.
-Coge todo lo que quieras, cariño. Lamento que no sea a lo que estás acostumbrada pero te protegerá de los cambios climáticos.
-No soy materialista, Jackson. No me importa mucho lo que lleve siempre que sea cómodo.
-Me alegra oír eso. Te hace aun más perfecta.
Un leve sonrojo cubre su rostro y es condenadamente tierna.

Si ella supiera el poder que tiene sobre mi, lo vulnerable que me hace, lo más probable es que se sorprendiese.

Hace mucho que pensé que la vida en el rancho podía ser solitaria, pero no le di importancia hasta que la relación entre Jenna y Quinn empezó a fortalecerse.
Fue entonces cuando empecé a soñar con una mujer con la que formar una familia.
Y ahora la tengo frente a mi.

Observo como ella recorre los dos únicos pasillos que contienen ropa y elige lo que yo mismo habría escogido.

Verla elegir entre las pocas opciones de ropa interior me hace sonreír.
Quizá la idea de llevarla a la ciudad para que compre adecuadamente no sea tan mala.

Podría pedirle a Jenna y a Quinn que nos acompañen y pasar el día juntos.
Ambos podríamos tomar una cerveza mientras ellas saquean el centro comercial.

Una sonrisa cruza mi rostro al pensar en ella con montones y montones de ropa interior rompedora.

Sacudo la cabeza para borrar esa imagen a menos que quiera avergonzarme a mi mismo teniendo una erección aquí en medio.
Todos me conocen.
Bastantes habladurías habrán ya por haberme visto comprándole ropa a una mujer.
Y hablando de eso...

Me dirijo al mostrador al ver que ella saca su cartera dispuesta a pagar.
De ninguna manera.
-Jacob- digo dirigiéndome al dependiente- añadelo a mi cuenta.
Aurora me mira con los ojos abiertos de par en par.
Evidentemente tengo linea abierta en esta tienda. Siempre necesito cosas y la mayor parte del tiempo llamo y se encargan de llevármelo a casa.
Una vez al mes, liquído la cuenta.
-Por supuesto,  señor Stone.- responde con una sonrisa.
Perfecto, para cuando llegue al coche seré la comidilla del pueblo...
En fin, es un riesgo insignificante si tengo a mi mujer conmigo.

Persiguiendo un sueño (Serie Love 10) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora