¿Quien eres, Aurora?

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Jackson

Finalmente he logrado que Quinn se lleve a Jenna a su casa.
Ella no ha querido contarme sobre la mujer que duerme en mi cama, así que no me queda más remedio que esperar a que despierte y hable por si misma.

Esta vez no puedo dejar que me distraiga con nada, en particular su cuerpo.
Necesito respuestas.
Necesito tener el control sobre esto.

Durante la siguiente hora me torturo con lo ocurrido antes.
Yo mismo me asombro por lo que pasó.
No estaba en mis planes y seguro como el demonio que tampoco en los de Quinn, pero fue tan jodidamente excitante verlas besarse que solo fue necesario darle una mirada a mi amigo para que este se pusiera también en pie.

Lo bueno de conocer a alguien durante tanto tiempo es que a menudo las palabras no son necesarias.
Eso nos ha ido bien en el rancho y por lo visto también en esto.

Estoy agotado.
No me he movido de su lado más que para ir al cuarto de baño una sola vez.
Me da miedo dejarla sola por si vuelve a ocurrir lo de antes.

Tras correrse, perdió el conocimiento en mis brazos, de modo que la tumbé sobre el sofá y me fui a la cocina con los otros dos.

Tengo que admitir que ver a Jenna sonrojarse fue divertido.
Cualquiera podría pensar que fue incómodo.
Nada mas lejos de la realidad.
Ninguno de los tres mencionó la escena anterior, aunque creo que estaba en mente de todos.
Nunca nada improvisado había sido tan bueno.

Pero todo eso se borró de mi mente en el momento en que la oí gritar.
Para mi sorpresa, Jenna no parecía sorprendida, y trató de mostrar tranquilidad.
Ya que ellas tenían un pasado, es obvio que esto ocurrió antes.
¿Pero cuantas veces?

Cuando poco después de las siete de la tarde, empieza a murmurar y a tensarse aun medio dormida, levanto las sabanas y me tumbo a su lado.
Quiero que me sienta con ella.
Que sepa que estoy aquí. A su lado.

-El bebé. Lo perdí. Lo perdí.
Me tenso al oírla.
Ella era virgen cuando llegó a mi y solo hemos estado juntos dos días. No podía estar embarazada y mucho menos tener constancia.
-Solo es un sueño, nena. No hay bebé.
Y mis palabras no hacen que me sienta mejor.
Quiero una familia.
Quiero a Aurora para formar esa familia.
Pero antes necesito saber quien es Aurora Sullivan.

La abrazo con fuerza y siento el momento exacto en el que despierta, pero me mantengo en silencio esperando a que ella de el primer paso.
-Tengo este don desde los once. Empezó sin más cuando oí gritar a un niño en mi cabeza pidiendo ayuda. Entonces yo no era más que una niña. Traté de calmarlo, pero cuando empecé a sentir los golpes y veía las marcas en mi piel... Nunca en mi vida me asusté tanto.
-¿Y que hay de tus padres? ¿Ellos sabían por lo que pasabas?
-Al principio no. Ellos estaban en su luna de miel cuando oí la voz la primera vez. Unos días después tuve que llamarles para que volviesen porque le dieron tal paliza que sentí cada golpe y luego apenas podía moverme.
-¿Y que pasó?
-Mis padres me ayudaron muchísimo. Mi abuela, la que vive aquí, hablaba a diario conmigo. Ella es una gran psicóloga y aunque su don es distinto al mío, poder hablarlo con alguien que me entiende fue un gran alivio para mi.
-¿Ella también tiene un don?
-Todas las mujeres de parte de la familia de mi madre.
-¿Entonces Azura también?
Asiente contra mi pecho.
-Sabiendo esto, ¿aun quieres estar conmigo?
Me aparto de ella de golpe y la obligo a mirarme.
¿Acaso cree que la echaré?
-Creí que había dejado claro que eres mía y que no ibas a irte a ningún lado.
-Pero no sabías nada de mi cuando dijiste eso.
-Y saberlo no cambia nada. Solo afianza que quiera mantenerte a salvo.
-No sabes cuanto bien me haces. Tu y tu cercanía hace que el dolor sea algo más llevadero y desaparezca antes.
-¿Como es posible eso?
-Tal vez, porque tu, al igual que Eric, también tienes un don.
>>Él me encontró cuando era un niño y estaba aterrorizado. Tardé años en saber donde encontrarle y siempre estuve cerca por si volvía a necesitarme. Tú me encontraste a través de tus sueños. Me trajiste aquí. Te necesito a mi lado.

Abro los ojos asombrado por lo que dice.
¿Está aquí por que quiere o porque de algún modo menguo su sufrimiento?
No puedo permitirme pensar que solo está conmigo por interés. No cuando reacciona como lo hace cada vez que la toco.
-Ayudame a encontrar a la chica que necesita ayuda. Ya la ha golpeado repetidas veces y esta última la paliza fue tal que ella perdió al bebé que esperaba. Si sigue así, la matará.
-Te ayudaré. ¿Qué necesitas que haga?
-Ella está a salvo por esta noche- dice cerrando los ojos por un momento. Cuando los abre su mirada se encuentra con la mía.- Haz el amor conmigo. Por favor.
Ella no tiene que suplicar.
Ella no necesita pedírmelo.
Yo voy a darle el mundo si ella se queda a mi lado.
Y si algún día, ella decide dejarme, la seguiré donde sea que vaya y la traeré de vuelta.

Hoy, por primer vez en mi vida desde que perdí la virginidad a los catorce, voy a hacer el amor con una mujer.
Con mi mujer.

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😍😍😍😍😍😍😍😍😍😍
Muero de amor con este hombre!!!!!
Nos vemos en el próximo capítulo.

Persiguiendo un sueño (Serie Love 10) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora