Persiguiendo un sueño (Serie Love 10)

Llegaron los padres

Jackson

Bueno, mierda, eso es lo último que me esperaba.

¿Que hacen aquí sus padres de todas formas?

Desde luego, el hombre planea matarme con la mirada.
Físicamente estoy seguro de que le podría, pero de ninguna manera puedo pelear con el padre de Aurora.
Esa sería una forma rápida de alejarla de mi.
Y no puedo permitir eso.

-Bueno, yo supongo que querrán ver a su hija.- paso nervioso la mano por el pelo tratando de decir algo que me haga quedar como un imbécil total.
-Te agradeceríamos mucho si pudieras llevarnos hasta ella.
Por lo menos su madre no parece odiarme.
Aunque nunca se sabe.
-Claro. Por aquí.
Quinn ha desaparecido en algún momento, porque el muy hijo de puta ya no está.
Me ha dejado solo.
¿Que clase de amigo hace eso?

Mientras ellos me siguen, me mantengo en silencio unos pasos por delante de ellos.
Quizá debería decirles acerca de Meghan.
No creo que reaccione mal a la madre de Aurora pero tal vez si lo haga con su padre.
-Esto... Tenemos visita en casa. Ella... Bueno, Aurora la está ayudando. Imagino que conociendo a su hija sabrán a que me refiero.
Ambos asienten preocupados pero hay determinación en sus ojos.
-Ella no tolera la presencia masculina, así que creo que será mejor avisarle, señor.
-Gracias. Aprecio que nos lo hayas contado.
Su expresión se ha endurecido, creo que tiene una muy buena idea de el porque Meghan teme a los hombres.
Quizá tenga más cosas en común con el padre de Aurora de las que pensé.

Llegamos a la casa y camino hasta la cocina esperando encontrarlas allí.

Doy una voz llamando a mi chica para que si está con Meghan, esta se prepare para verme.
No quiero que me tema.
-Estoy en la cocina.
No hay duda, ya que hay un olor delicioso en el aire.
Entro con sus padres a mi espalda.
Ella está rebuscando en el frigorífico, y no hay señal de Meghan por los alrededores.
-¿Y Meg?
-Subió a darse una ducha.
Cierra la puerta y se gira.
Es entonces cuando les ve.

Los huevos que llevaba en la mano están aplastados contra el suelo y ella solo corrió para fundirse en un abrazo con sus padres.

Ruedo los ojos por la cantidad de preguntas que les ha hecho en los últimos dos minutos.
Ellos le sonríen y responden a todas ellas.

Ver como el padre la mira como si no pudiese creer que la tiene delante me causa un nudo en el estómago.

Pensándolo bien, no debe ser fácil ver que tus hijos crecen y hacen su vida y menos cuando es una mujer y además está lejos.
Y si a eso le añadimos que está viviendo en un rancho con un hombre que le saca una cabeza y que intimida a simple vista...

-¿Y los gemelos?
¿Gemelos?
¿Que gemelos?
-Con la abuela. Quisimos venir a verte sin ellos primero.
-¿Por que no vienen todos a cenar? Me encantaría tener a mi familia aquí. ¿Te parece bien?
Eso ultimo va dirigido a mi.
-Es tu casa también, nena. Lo que tu quieras estará bien.
Y entonces se lanza a mis brazos para besarme.
¿Como podría negarle algo si hace eso?

Un carraspeo nos separa.
Aurora enrojece y yo me siento un poco incómodo.
-Papá, mamá, el es Jackson Stone. El hombre del que os hablé.
Bueno, si les habló de mi es porque le importo.
-Un placer. Señor, señora...
-Oh, por Dios, puedes llamarme Alex. Max, sé bueno y no le gruñas al chico. Aurora es mayor para tomar sus propias decisiones.
-Es mi niña- definitivamente está gruñendo.- No me gusta esto, Alex. Ahora ya entiendo como se sentía tu padre.

La conversación se ve interrumpida cuando Meghan entra y se detiene de golpe al vernos.
-Meg, ven. Quiero presentarte a mis padres.
Ella se acerca con cuidado.
Es como un cervatillo frente a los faros de un coche.
-¿Te sentirías mejor si me alejo un poco, pequeña?
Ella asiente sin apartar la mirada del padre de Aurora.
-Gr...gracias.
-No hay que darlas. Soy Max. Y ella es Alex, mi mujer.
-Soy Meghan.

Aurora le cuenta rápidamente su idea de tener a su familia a cenar, lo que llena de miedo su mirada.
-Me quedaré arriba y no molestaré.
-Me gustaría mucho que te unieses a nosotros. Si en algún momento no te sientes cómoda, yo misma te acompañaré a tu habitación. Me gustaría mucho que conocieses a alguien. Por favor.
Y por lo visto no soy el único incapaz de negarle nada.
-Lo intentaré.