Persiguiendo un sueño (Serie Love 10)

Una invitada

Jackson

Estoy tratando de mantenerme calmado, pero ver a esta chica está hirviéndome la sangre.
¿Que clase de hijo de puta le hace eso a una mujer?

Paseando como si de un león enjaulado se tratase, recorro el salón de una punta a la otra mientras Aurora habla con la mujer en el sofá.

Ella obviamente me teme.
Soy un hombre grande y hasta yo sé que puedo resultar intimidante, pero joder, jamás golpearía a una mujer.

Estoy tentado a coger mi escopeta e ir a ver a ese pedazo de cabrón y dispararle justo en las pelotas.

Cada vez que pienso en como reaccionó cuando Aurora le habló...

La camioneta se aleja por el camino, perdiéndose en la oscuridad.
La mujer mantiene la vista a lo lejos, hasta que las luces traseras ya no pueden verse.
-Podemos entrar cuando quieras, Meghan.

Esta se vuelve de golpe y se cubre la boca con ambas manos mientras llora desconsoladamente.
-Eres tú.
Y seguidamente se lanzó a sus brazos.

Soy muy consciente de lo afortunado que soy a tener a una mujer tan especial como Aurora a mi lado.
Pero también lo soy de lo fácil que resultaría perderla.
Y eso es algo con lo que muy a mi pesar, tengo que vivir.

No le he dicho a ella lo que siento, aunque creo que debe saberlo.
Desde ese episodio hace unas horas, no me he separado de ella por temor a que le ocurra algo y yo no pueda hacer nada.

Si como Aurora dijo, yo tengo un don también, necesito aprender a usarlo.
Necesito saber con seguridad que ella estará a salvo a mi lado.
No permitiré otra cosa.

Preparo una taza de te para ambas.
Meghan me mira con desconfianza pero acepta con un asentimiento.
Aurora pone una mano sobre la suya haciendo que la mire y le sonríe dulcemente.
-Jackson es un buen hombre. Sé que estas asustada, pero estas a salvo aquí. Le confiaría mi vida. Él tiene todo de mi, Meghan.
Eso último lo susurra pero sus palabras llegan a mi.

Tiene todo de mi.
Joder. Ella me ama.

Un rato después, mi mujer acompaña a Meghan a su habitación.
No está lejos de la nuestra por lo que podremos oírla si necesita cualquier cosa.

Mañana por la mañana me aseguraré de que todos los hombres, incluido Quinn, anden con pies de plomo y limiten sus visitas a la casa grande hasta que Meghan se sienta más segura.
O hasta que ese hijo de puta se esté pudriendo bajo tierra.

Pero ahora mismo, voy a darle a mi mujer todo de mi.