Persiguiendo un sueño (Serie Love 10)

Shhhh

Aurora

Muero de curiosidad.
Tengo que saber de que se conocen la abuela y Jackson pero eso puede esperar.
Lo primero es lo primero, y eso es ahora mismo, presentar a Meg y a la abuela.

Creo sinceramente que ella es capaz de ayudarla.
Creo que si la abuela no es capaz de hacer que sea la mujer que realmente es, nada podrá conseguirlo.
Tengo plena fe en ella.

La cena transcurre animadamente.
Jackson incluso ha bromeado.
Posiblemente tener a Quinn allí sea un gran apoyo.
Incluso Meghan se ha relajado mucho más de lo que esperaba.
Incluso parece a gusto con mis hermanos.
Creo que no los ve como una amenaza, lo cual puede que tenga que ver mucho con como se comportan.

Cuesta creer que vayan a irse pronto a la Universidad.
Me pone un poco nostálgica saber que crecen tan rápido.
Parece que fue ayer cuando fui a verles nada más nacer.

Estoy tan centrada en mis pensamientos que casi me pierdo lo que dijo Azura.
-¿Que vosotros qué?
-Vamos a dejar la Universidad. Nate quiere buscar un trabajo y con el embarazo no voy a ir a clases. Quizá pueda hacerlas a distancia.
-Vaya. Eso es un gran paso.
-Si.- miro como acaricia su vientre con una sonrisa muy tierna.
A mi lado, Jackson desliza su mano sobre la mía y me besa la palma.
Cuando miro hacia él, veo que tiene la mirada fija en el gesto de mi prima.
¿Acaso quiere...

Hola, Aurora.
-Joder. Podrías avisar antes de meterte de golpe en mi mente.
No quise asustarte. ¿Como está ella?
-Bien. Ha sonreído varias veces esta noche. Está cenando junto a mi familia.
¿Hay hombres?
No estoy segura, pero creo que eso ha sonado como un gruñido.
-Si.
¿Y no tiene miedo?
-Todos saben que ella teme a los hombres, pero ninguno ha invadido su espacio.
Voy a volver a por ella, Aurora. Solo necesito tiempo. Mantenla a salvo.
-¿Y su marido?
Jamás hagas preguntas si no quieres conocer la respuesta.
Y eso termina de convencerme de que es mejor no saber. Ni preguntar.
Cuídala por mi.
-Ella está a salvo aquí.
Lo sé. Ella es mía. Me mantendré en contacto.
Y tal como vino, se fue.

Bueno, creo que eso fue revelador.
Me pregunto que pasará.

Tras la cena, pasamos al salón para tomar algo y charlar un poco más.
Veo a la abuela y a Meg en unos sillones algo alejadas, charlando.
Creo, que esta noche, Meg dormirá sin pesadillas.
Ya no hay un monstruo ahí afuera que pueda acecharla, ni mucho menos herirla.

Unos brazos fuertes me rodean la cintura por detrás.
Un beso suave es depositado en mi cuello.
-Sé mi mujer, Aurora.
Me vuelvo de golpe hacia él y le veo de rodillas, sosteniendo un anillo entre los dedos.