El padre de la Bratvá

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Apoyé a Víctor como un buen padre gracias a que se lo prometí a Tatiana, su madre, ella amaba el patinaje más que a las personas. Pero era consciente de Víctor y le enseñó a patinar a muy temprana edad. Se lo permití, le di el mundo entero y ella lo sabía. Ella era mi favorita, mi debilidad, mi espíritu.

Mantuve mi oficio lejos de ellos por su bien, aun si Víctor creía que tenía un padre que no lo amaba, los regalos solo pueden abarcar una pequeña parte del amor de un hijo y su madre. Finalmente cuando Víctor cumplió los doce años de edad ella enfermó, nada grave, pero lo suficiente para que fuera a verla luego de muchos años. Era obstinada, distante, fría... cálida, consciente y comprensiva. Más de lo que pedía y de lo que merecía.

Dos días,... Solo dos días fueron suficientes para que la policía empezara a rondarnos. Y solo cinco más para que una bala perdida la matara.

Mi viejo amigo, ese hombre, un detective de la policía que estaba decidido a atraparme. Habíamos puesto límites con respecto a nuestra persecución, pero él no los siguió. Yo no me metería con su familia y el no molestaría a Tatiana. Lo maté con mis propias manos en mi cabaña de invierno, su nombre jamás desaparecerá de mi cabeza... Sasha Plisetsky. Nuestra rivalidad concluyó con sus suplicas de vivir. No recuerdo por lo que me suplicó, sin embargo eso no era importante. Las palabras de un muerto no servirán de nada.

Luego de arreglar cuentas con ese policía asumí mi paternidad legalmente, tenía contemplado criar a Víctor y cada día le enseñé a cómo vivir sin su madre... Le prohibí regresar al hielo, eso sería demasiado para él. Ya que ella y él habían compartido tanto en la pista.

Aun si eso significaba matar el alma de mi propio hijo, tal cual mi padre me quebró, consideré hacer lo mismo con Víctor. Sangre, crueldad y confianza; sería suficiente por el momento, no utilizaría los golpes como lo hizo ese maldito.

Pero lamentablemente Loe Vlosrov, mi mano derecha, me persuadió... Eh hice un trato con Víctor, uno que mi padre jamás me habría ofrecido.

Todo por el todo. Yo haría de la vista gorda con respecto al hecho de tener un hijo y él nunca me buscaría. Patinaría y jamás fisgonearía por ninguna razón en los bajos mundos. Mientras el patinara el trato existiría, por respeto a Tatiana así lo acepté...

Cuando Víctor cumplió los catorce años se fue a vivir con el hermano de Tatiana, Sasha Gólubev. Su hijo y Víctor siempre se habían llevado bien... Yo y Sasha por el contrario teníamos diferentes puntos de vista. Pero lo conocía lo suficientemente bien para encargarle a mi hijo.

Meses después de sellar nuestro trato y pese a lo que creí, Víctor no se alejó del patinaje, muy por el contrario se sumergió de lleno. Una estrella sin duda, era conocido como una revelación, tal como lo fue Tatiana alguna vez.

Doce años de carrera... Iba a verlo de vez en cuando a las finales. Como siempre, él patinaba de maravilla.

Pero algo resquebrajó la promesa que había entre nosotros. Repentinamente él se fue de Rusia y se quedó un tiempo en Japón. Los meses siguientes me mostraron el nuevo interés de mi hijo. Un japonés de nombre Yuri Katsuri... Sin duda una distracción.

Mi querido hijo es muy bueno en lo que hace pero, ya es tiempo que vuelva a su hogar.

Víctor es el causante de sus desdichas al no poder hacerse cargo de sus asuntos y olvidar sus promesas. Habíamos hecho un trato el cual él no respetó.

Le di el regalo de la indiferencia a cambio de su tiempo sobre el hielo. Fui claro, mientras él patinara no lo buscaría. Él trato debía darse bidireccionalmente. Víctor había abandonado el patinaje a sus 28 años...

Yo a su edad sucedí a mi hermano mayor cuando murió en un ajuste con las triadas (1) y por lo tanto me adentré sin quererlo en una muerte lenta y sofocante. No me quejo o arrepiento de nada en absoluto...

Y ya venía siendo tiempo de que fuera nombrado y solo le daría una opción. Víctor Nikiforov finalmente sería presentado ante el bajo mundo. Era el tiempo de tomar la responsabilidad que llevaba en su sangre.

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(1) Mafias chinas.


Bratvá On Ice - [El secuestro de Yuri Plisetsky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora