Bratvá On Ice - [El secuestro de Yuri Plisetsky]

Otabek y su regalo

"¡Yuri!" Otabek no creía lo que estaba frente a sus ojos. La gata rusa estaba sobre su cama, su nueva cama, dentro de la mansión de Alfer Smirnov. O el "dueño"...

Para los ojos de Beka no había duda que se trataba de su amigo y compañero. Aun con la peluca que llevaba encima, con aquellas ropas de mujer y ese maquillaje en su rostro. Una vista pecaminosa para el castaño, quien se obligó a mirar en otra dirección mientras calmaba ese pequeño cosquilleo que empezaba a aparecer en su parte baja. Algo bastante incómodo para el kazajo...

Unos segundos después de calmar ese extraño hormigueo se acercó a revisar al rubio. Dando inmediatamente un suspiro de tranquilidad al sentir su pulso. Pero la expresión en la cara de Yuri lo volvió a incomodar. Su rostro estaba afligido y con el ceño fruncido... una pesadilla.

Otabek abrazó con mucho cuidado a Yuri y lo acomodó entre sus brazos mientras empezaba a llamarlo. En caso de ser una pesadilla debía proceder siendo lo más cuidadoso posible, tal como su madre lo hacía.

Yuri sin embargo, no se movió ni un centímetro. Permanecía dormido y Otabek se impacientaba. Siendo un poco más rudo le dio ligeros toques con su mano en el rostro. Nada. Saber que estaba vivo era apenas un consuelo.

Recostó a Yuri otra vez en la cama. Revisó toda la habitación en busca de respuestas. Para su mala suerte su habitación contaba solo con dos únicas salidas. La gran ventana que mostraba en la parte inferior la frentera de la mansión y la puerta para el pasillo.

Su buen benefactor le comento que tendría en su habitación un "Regalo de bienvenida"

Había llegado hace apenas una hora a su nuevo hogar y estaba completamente seguro de que no rechazaría su regalo. Sintiéndose completamente sin opciones se sentó junto a Yuri y quito algunos mechones rebeldes de cabello que cubrían su rostro.

Otabek tenía claro que estaba perfectamente atado de manos, frustrado se revolvió el cabello mientras se acostaba junto a Yuri. El techo de su habitación era blanco, giro su rostro y encontró una vista más agradable. El dueño le expreso que no quería verlo sino hasta el día siguiente, por lo que tendría que tragarse la preocupación de saber el porque Yuri no despertaba.

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Víctor estaba tomando una ducha fría. Estaba cansado por su viaje y la razón principal fue la información que estaba procesando gracias a su padre. Luego de la invitación a regresar, su padre le contó una pequeña historia que incluía el nombre la persona que había matado a su madre. Víctor nunca supo que su madre había muerto de aquella manera y su padre jamás dio detalles sobre el caso. Fue duro de afrontar solo. Pero lo que más deseaba en todo mundo era tener a aquel chico de cabellos negros y ojos avellana, junto a él. Tenerlo entre sus brazos... ¿Acaso haría a pena menos amarga?

No, no lo haría, no valía la pena. No podría garantizas la seguridad de su japonés en tierras rusas. Y menos con su padre rondándolo como un cuervo. Lo mejor para Yuuri, según Víctor, era estar lo más alejado de su mundo mientras encontraba a Yurio.

Extrañaría peinar su cabello, jugar con sus dedos y causar sus sonrisas. Extrañaría tenerlo solo para sí. Y sobre todo... extrañaría decirle que nunca se iría de su lado.

La mentira tenía un sabor metálico en su boca. Y ya se había acostumbrado a ese saber... solo que en el último año había experimentado otro sabor diferente. Uno dulce y salado a la vez... el sabor de su Yuuri. Uno inconfundible e inolvidable.

Seria para Víctor muy duro vivir sin aquel sabor, al cual llamaba "La Gloria"

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Estoy viva!!!

Acabo de terminar mis exámenes de rutina y finalmente tengo un pequeño día para escribir.

O..o Mi alma llora, los números son horrendos y también perdí la oportunidad de participar en un concurso de escritura en mi universidad. No me dio tiempo para acabar de editar lo que tenía escrito. XC

Y quizás algún día, ese cuento de 20 hojas saldrá a la luz. Gracias por su poyo, los veré en diciembre ^u^.

PD: La imagen no es mía, créditos a su autor respectivo.