YURIO Y OTABEK

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Su padre murió antes de que naciera, su madre... Es un asunto distinto. Su abuelo lo cuido desde que tiene memoria y nada más.

Era algo simple para el tigre de Rusia, siempre lo había sido. Su padre le había dejado una medalla, un reconocimiento de la policía estatal y una placa agradeciendo a su familia por su servicio.

No habían mas recuerdos, aquellos objetos estaban sobre una repisa en la habitación de Yuri. Los reconocimientos de bronce, que eran el legado de su padre, no los había movido por muchos años. Pero ahora junto a ellos estaba la medalla de oro. Un objeto que tendría un valor sentimental equivalente.

Creció sin sus padres y según el mismo, estaba de maravilla. Había ganado una medalla de oro, su abuelo tenía buena salud y ahora tenía un amigo. Sí, Yurio se sentía la persona más jodidamente feliz del mundo. Y todo gracias a... Pues a... ¿Cómo podría llamar a Víctor y al Yuri japonés?

Lo recordó inmediatamente "el viejo y el katsudon", ambos estaban aparentemente comprometidos y eso era molesto para el rubio, pero tras un tiempo ya no importaba tanto.

Se mantenía distraído gracias a Otabek. Su amistad con el kazajo había crecido de gran manera y por lo menos cada dos días se mandaban algún mensaje. La comunicación era importante para así evitar una escena en la cual fuera cruelmente abandonado solo por ser ligeramente menor de edad.

Pero Yurio se había ganado una reprimenda de su abuelo por hablar tan seguido por su celular, sin contar a Yakov y Lilia. Ambos le recalcaron que era muy joven para "esas cosas". Yurio no lo comprendió y continuo hablando con el motociclista, eh incluso le preguntó a que se referían sus mayores con "esas cosas". Precisamente mientras le mandaba una foto de un gato dentro de un callejón.

Y fue secuestrado. De un automóvil al otro extremo del callejón sin salida, aparecieron dos personas que inmediatamente lo inmovilizaron y amordazaron. Un tercer hombre tomo el celular de Yurio, lo rompió y arrojo en un contenedor de basura cercano.

Yurio fue drogado e inmediatamente después se fueron cinco personas dentro del automóvil. Un oficial de policía había presenciado lo sucedido, miro todo con detalle. Camino en dirección al callejón tranquilamente y no noto nada fuera de lo normal para un callejón deteriorado. No tenía nada que hacer allí. Dio media vuelta, se acomodó su sombrero y se fue tranquilamente con ambas manos en sus bolsillos. Al salir del callejón un hombre de unos treinta años paso frente a este en su automóvil, un coche de la policía. Su cabello era marrón, sus ojos negros y su perfil afilado. Se detuvo tan pronto vio el rostro de su compañero.

"¿Algo anormal?" ­- Un chico, señor Grysha - "¿Vandalismo?" - No, creo que era un adicto que pasaba por aquí - "Has un reporte, debo salir esta noche" - ¿La jefa acepto salir con usted? "Casi, pero lo hará ahora"- Que tenga buena suerte "Gracias, salúdame a Marcy y Alec" - Lo haré, no se preocupe -

Grysha arrancó y se fue, dejando al oficial con una sonrisa en su rostro. Sacó su teléfono celular e hizo una llamada.

"Ninguna novedad, ya despache el paquete"

---BRATVÁ ON ICE---

Finalmente ambos se habían hecho amigos. El héroe y el hada... Otabek recordaba haber escuchado alguna vez una canción con aquel nombre. Pero desecho rápidamente la idea, ya que finalmente recordó que la letra hablaba de un mago.

Tras un arduo día de entrenamiento se encontraba descansando en su hogar... Temporal. Un departamento alejado del centro de la ciudad de Astana. Fue el departamento de su padre cuando este vivía allí. Actualmente sus padres Vivian en Aktobe, un lugar bastante alejado de la capital, junto a su hermano menor. Este se encargaba del negocio familiar.

Bratvá On Ice - [El secuestro de Yuri Plisetsky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora