Capítulo 11: No me puedo enamorar

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Sólo un beso había sido suficiente para que ambos chicos subieran a las nubes. Todo era perfecto, un beso los había hecho olvidar todo y a todos; un beso tierno, sincero, dulce y lleno de amor.

Con tal amor se habían besado que Ten supo lo que era el verdadero amor; un lugar cálido, acogedor, seguro y feliz. Sólo dos semanas habían pasado desde su primer encuentro y desde el principio había sido mágico.

Pero así como a las nubes se las lleva el viento, el viento se llevó la de ellos, haciéndolos caer nuevamente a la realidad. Ten recordando que tenía novio y Johnny recordando que no se podía enamorar de la persona a la que estaba besando.

Ten empujó a Johnny lejos de él, lo sacó del cuarto y cerró la puerta sin emitir ni una sola palabra. Ambos no eran capaces de procesar lo que había ocurrido, ambos corazones latían a mil por hora, ambos labios querían a los otros cerca... pero eso no iba a ser posible.

Ten escuchó que el alto se alejaba del cuarto y finalmente pudo respirar, se sentó junto a la puerta, tocó sus labios y sonrió. Lastima que esa sonrisa pronto desapareció, convirtiéndose en pequeños sollozos; pues se había dado cuenta que el amor de su amado Taeyong no era real.

 Johnny, con cada paso que daba lejos del tailandés reprimía sus sentimientos, repitiéndose a sí mismo "no debo enamorarme de él, tengo una misión". Comenzó a bajar las escaleras, y con cada escalón bajado un deseo imposible inundaba su mente. "desearía que lo hubiese conocido antes, desearía que lo hubiese conocido en otra parte, desearía haber sabido antes que él era el novio del hijo del jefe, desearía que él no fuera el novio de Taeyong, desearía no tener este sentimiento, desearía no haberlo besado, desearía poder abandonar mi misión, desearía que aquella noche hubiese estado ahí, desearía que ella estuviera aquí". 

Pero todos eran deseos inútiles, porque no podía cambiar el pasado no importaba con cuanta fuerza lo deseara. Todo lo había tomado por sorpresa.

El alto entró a su estudio y se sentó detrás del escritorio. Trató de concentrarse en el trabajo, pero su esfuerzo no daba frutos. Finalmente se rindió aventando todo a un lado, dio un pequeño grito de frustración y se recargó en el respaldo de su silla cerrando sus ojos.

Las horas pasaron, Ten escuchó que la puerta del cuarto se abría lentamente pero decidió ignorarlo. Después de llorar por un largo tiempo había decido ir a dormir, y por primera vez en toda su vida había apagado todas las luces, porque por primera vez la oscuridad le daba más confianza que la luz.

La cama donde Ten dormía se hundió un poco, y unos brazos rodearon su cuerpo, de inmediato supo que era Taeyong, pues después de tantos años durmiendo con el mismo sujeto era imposible no saberlo.

- Chittaphon, amor ¿estás despierto?¿por qué todas las luces están apaga...? - Taeyong quiso prender la luz, pero la mano del chaparrito no lo dejó. - Ok, no prenderé la luz... he estado pensando y creo que no debí de haberme enojado, no se que me pasó. Perd...

- Haces mucho ruido, creo que sería mejor que yo durmiera en otro lado - interrumpió Ten levantándose de la cama con su almohada y su cobija, dispuesto a salir del cuarto.

- Espera, ¿estás enojado? - dijo Taeyong tomando de un brazo a Ten y volteándolo. Taeyong se quedó mudo al ver que el rostro de Ten, apenas visible por la oscuridad, estaba algo hinchado.

- No te importa, me voy - se soltó Chittaphon y salió rápidamente de la habitación para evitar que Taeyong hiciera más preguntas.

Al salir del cuarto se encontró con un pasillo oscuro y desolado. Se tapó con la cobija y abrazó la almohada comenzando a caminar hacia las escaleras, pero con cada paso el miedo se apoderaba de cada una de sus células, su corazón comenzó a agitarse. Abrazó con más fuerza la almohada, tratando de ignorar el miedo, pero le era casi imposible. Cuando finalmente logró llegar a las escaleras una tenue luz proveniente de abajo lo tranquilizó, dándole valor para seguir.

Una vez que estuvo abajo, se dio cuenta que la luz provenía del estudio de Johnny, sonrió ligeramente y se dirigió a la sala para poder dormir en el sofá. Lo dudó un poco, pero finalmente encendió la lámpara que estaba a un lado del sofá, se acomodó y cerró sus ojos. Minutos más tarde estaba completamente dormido.

Johnny finalmente había podido concentrarse en su trabajo, pero al ver una luz encenderse fuera de su estudio se desconcentró, eran las 2:00 am ¿Quién estaba despierto a esa hora? El tailandés había estado encerrado en su cuarto, sus amigos le habían dicho que no llegarían pero lo tomaron por sorpresa y habían llegado hace una hora. Y Taeyong había llegado hace unos 15 minutos y se veía cansado... no podía adivinar quien había encendido la luz pero se volvería a concentrar. Talvez sólo habían bajado por agua y pronto se iría aquella luz.

Eran las 2:45 am y la luz seguía prendida, tal vez se habían olvidado de apagarla. Johnny se dispusó a salir para erradicar su distracción. Camino con precaución, tratando de no hacer ruido para no despertar a nadie.

Cuando llegó a la sala pudo ver que una lámpara estaba encendida, apunto estaba de apagarla cuando vió que el tailandés dormía en el sofá. Lo observó atentamente, no podía creer lo hermoso que era, lo tierno  y puro que se veía durmiendo. Inconscientemente una de sus manos buscó el rostro de Ten tocando su suave piel, una sonrisa se posó en sus labios que posteriormente hicieron contacto con la frente del tailandés. "¿Debería dejarlo todo por él?" pensaba el alto "¿debería hacerlo? ayúdame Mery" Al recordar aquel nombre un nudo se hizo en su garganta y su corazón comenzó a doler. Y fue inevitable que las lágrimas comenzaran a caer sin su consentimiento.

- Johnny ¿estás bien? - se escuchó la voz del tailandés. Johnny pegó un salto y se limpió rápidamente los ojos. - Perdón si te asusté, yo no quería hacerlo - se disculpó Ten sentándose.

- No te preocupes, yo estoy bien, tengo que irme - balbuceó Johnny, tratando de irse, pero el brazo del tailandés lo detuvo.

- No importa si no me quieres decir porque lloras, pero nadie debería de estar solo cuando está triste - dijo Ten sintiéndose un poco hipócrita, porque cada vez que él estaba triste siempre se alejaba para estar solo.

- Eso era lo que decía Mery, pero igual que tú siempre quería estar sola cuando estaba triste - sonrió el alto. El tailandés se sorprendió por sus palabras ¿acaso le estaba leyendo la mente? - Pero si insites - dijo sentándose a un lado del chaparrito.

Los minutos pasaron y ninguno de los dos decía una sola palabra, hasta que Ten se dispuso a romper el silencio.

- ¿Quién es Mery?

- El amor de mi vida - soltó Johnny sin temor.

Ante aquella respuesta Ten quedó petrificado, se sintió decepcionado y su corazón empezó a doler. Al ver que el rostro de Ten cambiaba Johnny sonrió.

- ¿Te sientes decepcionado de no ser tú?

- No, claro que no. Yo amo a Tae - atacó Chittaphon frunciendo el ceño.

Johnny frunció el ceño y tomó el rostro del tailandés con sus manos, comenzó a acercar sus labios. El corazón de Ten comenzó a acelerarse, sus ojos se cerraron, y sus labios pedían a gritos su segundo beso con John.

- No te puedo besar, porque tú amas a Taeyong - rió Johnny separándose de Ten. - Gracias por subirme el ánimo chaparrito, ahora continuaré trabajando, descansa - se despidió Johnny.

Ten estaba totalmente sorprendido, hizo un puchero y se acostó. Pero algo había llamado la atención de Ten, ¿de verdad Mery era el amor de su vida?

Hola!!!! Espero que se encuentren bien y que les haya gustado el capítulo, tardé un poco en actualizar así que una disculpa.

¿De qué misión hablaba Johnny? ¿Quién es Mery? Comenten, quiero leer sus teorías conspirativas xD

Un abrazo, chau...

PD: cambie el título, para quienes vieron el anterior pues... ya les hice spoiler :v

Amar es... estar locoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora