Clases de Piano [MyungJong]

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Ya casi había llegado la hora de término de  clases en el instituto, pude notarlo cuando descubrí como el sol comenzaba a colocarse , avisando que tenía que volver a casa antes que mis padres comenzaran a preocuparse, sin embargo, en aquel momento tenía un asunto mucho más importante que tratar, y era el hecho de que, me encontraba casi por completo desnudo sobre uno de los escritorios donde los profesores solían dejar las partituras para la orquesta estudiantil, mismas partituras que yacían regadas en el piso mientras mi atractivo profesor de "piano" abría un poco más mis piernas, para dejar expuesto mi ano, y de paso mi pene, el cual no tardó en quedar preso dentro de su exquisita boca, teniendo que tapar esta misma para no gemir demasiado fuerte.

— M-mierda Soo.— Le di un suave golpesito en el hombro, recibiendo de su parte una sutil mordida en mi glande que casi me arrancó un grito, y no de dolor, sino de extremo placer conforme él continuaba degustando toda mi virilidad creyendo que prácticamente llegaría al mismo  infierno por disfrutar tanto tenerle así, a mi casi inocente profesor de piano.

Conforme gemía un tanto más fuerte, Soo se encargaba de torturarme con su boca, incluso llegó un momento en que creí que terminaría acabando en sus labios, pero no me lo permitió, más bien hizo uso de mi pre semen para así poder dilatar mi ano, mismo que ya desde hacía un par de meses se había acostumbrado a su miembro, sabía de antemano que ya no dolería, pero me causaba demasiada ternura ver como se daba el trabajo para que disfrutara, tanto como él lo hacía cuando acababa una o dos veces en mi cuerpo los viernes en la tarde . ¿Cómo habíamos terminado así? Pues de la manera más ilógica. Discutiendo. En un comienzo había odiado el tener un profesor de piano, y se lo había hecho saber de muchas formas, hasta que habíamos sucumbido ante el deseo, y por ello me encontraba ahora más que dispuesto a recibir a mi "hyung", riendo cuando su glande se abrió paso en mi cuerpo con completa naturalidad.

— Me encantas...— Respondió sobre mis labios, cogiendo mi cadera mientras era yo quien respondí a sus besos, soltando un sutil jadeo para que así pudiese moverse como tanto me gustaba.

El choque erótico de nuestro cuerpos no tardó en hacerse notar, dejando que mis gemidos escaparan sin tapujos en aquel abandonado salón de música, recibiendo fuertes embestidas de mi hyung que más tarde me llevaron a apoyarme de lleno sobre el teclado del piano de la sala, separando mis piernas para que su pene se enterrara en mí hasta robarme todas las energías posibles.

Era un hecho de que yo ansiaba su esperma, tanto como él ansiaba el mío, sólo que en esta ocasión me hice de rogar para correrme, al menos unos cuantos minutos.

Consideraría el llevarle a casa, después de todo, ¿quién dudaría de un profesor de piano?

Reto Drabble INFINITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora