Cap 1.

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De nuevo Daniel y sus amigos, como siempre sin falta están todos amontonados en mi sillón comiendo mientras juegan vídeo juegos o como ellos lo llaman "hacer tarea" No se callan y para variar no encuentro mi libreta de química por ningún lado, voy a morir.

Alto allí, ¿quién ese? nunca lo había visto antes. ¿Será que no hablé mucho y por eso no lo note? No, eso no puede ser. Estos chicos vienen a mi sillón cada viernes desde que tienen 10 años, es imposible que no recuerde a cada uno de ellos.

A ver...
Él castaño es Iván, él alto es Rodolfo, él gordo es Cristián y al centro Daniel. Entonces, ¿Quién es ese chico que huele tan bien?

Me está mirando, rayos es lo que me pasa por ser tan torpe y siempre olvidar mis cosas por todas partes. Pero antes de poder preocuparme por su mirada, tengo que encontrar esa libreta de Química, no puedo seguir diciendo al profesor mentiras y no porque me sienta mal, sino porque ya no me quedan más mentiras para justificar la falta de mi libreta. Hoy casi explotó en él laboratorio por no anotar las formulas, por suerte la única perdida fueron las cejas de Roberto.

No puede ser, él chico misterioso está casi sentado sobre ella. Ohh no, se dio cuenta que lo estoy mirando, seguramente piensa que soy una pervertida por sólo ver cómo está sentado, pero vamos... Si tiene un buen trasero, pero ahora no es momento para pensar en eso.

¿Qué le pasa? se está levantando, viene hacía mí, quiero correr pero me paralice, excelente me moví para sólo conseguir romper el jarrón de mamá, lo que significa un regaño más tarde y hacer que se riera de mí.

-Hola bicho desconocido -¿bicho, que le pasa?-

-am... bss... amm... Hola, no soy un bicho y mucho menos una desconocida. Tu eres el extrañó aquí.

-Cierto, ya no eres un bicho desconocido, ahora por los ruidos que hiciste antes de decir tu nombre, ahora puedo saber que eres una abeja.

-Por Dios. ¿Cuántos años tienes? ¿5? Estoy segura de que soy más peligrosa que una simple abeja y puedo demostrártelo si comienzas a hacerme enojar.

-Jaja. Daniel, creó que tu vecina loca se metió a tu casa y ahora me está amenazando, Socorro...

-¿Qué se supone que fue eso? ¿Acaso esa es tu mejor imitación de un grito de damisela? Eres patético.-Lo dije tratando de parecer superior y lo más alta posible, de igual manera el me ganaba por al menos 2 cabezas en tamaño-

*Oliver ella es Elena que rima con Avena y es mi prima. –Justó ahora recuerda sus tontas rimas infantiles de mi nombre- ahora por favor si van a seguir peleando vayan a otro lugar, porque estoy a punto de perder por cuidar que ninguno manche la alfombra de sangré.

-Hey, gracias por tu preocupación por mi bien primito.

-¿Por qué no me avisaste que tenías una prima tan loca y fea antes de venir? Ese tipo de cosas se deben avisar amigo, esté tipo de sustos podrían ocasionarme un infarto y sería una lástima que alguien tan lindo como yo muriera, ¿no lo crees abejita?-lo mire con ojos de compasión, pero aun ardiendo en rabia-

-Estoy completamente segura de que no sería para nada una lástima, más bien sería tomada como algún tipo de servicio a la comunidad o algo por el estilo y yo recibiría algún tipo de medalla por deshacerme de ti.

-Eres ruda abejita, pero creó que no podrías dejarme morir después de tanto mirar mi perfecto trasero. Ya voy viendo que eres una pervertida abejita.-Mierda, si mire su trasero, pero yo sólo estaba buscando mi libreta. Juraría que estaba en la mesita y no en el sillón la última vez-

-No me llames abejita y ni siquiera tienes un trasero como para verlo.-Claro que tiene un lindo trasero, pero no le daré la satisfacción de admitir que tiene razón.)

-Woo, alto allí chica o mejor dicho, A-B-E-J-I-T-A claro que tengo un perfecto trasero, tanto que hasta está libreta deseo estar debajo de él. Ahora toma, supongo que es tuya, ambas son igual de feas.

-Claro que es mía y ahora creó que tendré que quemarla para evitar cualquier tipo de contagió de eso que te afecta lo que llamas cerebro. Esa libre es miles de veces más linda que tú.

-Cariño, estoy seguro de que ahora guardaras esa libreta como si fuera el elixir de la vida.

-No me llames cariño y ten por seguro que no será así.

-Nada te gusta, abejita serás. Por chiquita, escandalosa, acosadora y enojona.

-Dame mi libreta y ya cállate por el amor de Artemisa.

-Vaya, a la abejita le gustan los dioses Griegos. Por cierto, bonita letra, más linda que tu o tu libreta, pero no tan perfecta como mi trasero.

-¿Cómo pudiste ser capaz de leer mi libreta? Eso es como violación, ¿no te han enseñado eso llamado privacidad o que te ocurre?

-Calma abejita, no leí la parte de atrás. Dónde pronto estoy seguro estará llenó de dibujos sobre mí y tu amor inevitable por mí.

-Eres lo más odioso que he conocido, ahora dame mi libreta.

*Amigo, por dios ya deja de pelear con Elena y ven a ayudarnos a ganar.

Por fin tenía mi libreta, aunque ahora seguramente tenía algún germen raro de ese tonto, ya estaba de regreso a mi habitación, cuando lo oí gritarme "Adiós abejita, gracias por olvidar despedirte de está preciosura"

Le respondí con una carcajada y diciendo que fue intencionalmente, pero la verdad si lo había olvidado. Olvido todo, quedaría en una cabeza rodante o en cuerpo sin cabeza, si no fuera por el hecho de que gracias a Zeus estoy completamente unida.

De pequeña nunca recibía dinero del hada de los dientes o de ratón, porque siempre olvidaba donde dejaba mis dientes u olvidaba ponerlos bajo la almohada. Mi gata Mufu mató un ratón en el patio y Daniel me dijo que mi gata había matado al ratón de los dientes y que ahora ambas éramos criminales. No quise salir de mi habitación por un día, por temor a que vinieran a arrestarme a mí o mi gata, después mamá hablo conmigo y no dijo algo que me calmara mucho, dijo que el ratón que mato Mufu, sólo era el hermano del ratón de los dientes. Así que de pequeña acepte la realidad de que sería pobre durante toda mi infancia y lo peor de todo, pobre, culpable de la muerte del hermano del ratón de los dientes y sin dientes. Pensar eso me hacía sentir como si me hubieran dicho que el chocolate del mundo se había acabado. 

Olvidé decirte adiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora