Creó que ya es medio día, realmente no sé qué hora sea y Oliver ya no está aquí. No sé en qué momento se ha ido, pero yo me encuentro arropada en la cama, quizá fue mi madre o quizá fue el quien me arropo.
Es Domingo y mi día ha sido básicamente dormir, comer y volver a dormir. Hoy no hay nadie en casa, papá y mamá han ido a un evento de convivencia del trabajo de papá, así que hoy no llegaran a dormir y Daniel está en realidad no sé dónde esté, pero estoy segura de que no llegará temprano.
Ya es media noche y sigo sola, realmente no sé qué hacer, ya he terminado de leer mi libro y mi protagonista murió, estoy de luto, triste y sola, perfecto. Supongo que le mandaré un mensaje a Oliver, pero quizá él esté con Daniel en alguna fiesta o algo por el estilo.
Hola tarado, estoy sola y triste.
Hola abejita, en 5 minutos llegó a tu casa. Vístete y abrígate bien.
En que me acabó de meter, que planeara esté chico, apenas y lo conozco. Ya que, ya viene para acá, será mejor que comience a buscar que ponerme o algo con que defenderme.
-Hola abejita, no era necesario que me esperaras afuera.
-Es sólo que es más fácil huir aquí afuera en caso de que seas alguna clase de asesino serial o algo por el estilo.
-¿Es enserio abejita? ¿Tan poco confías en mí? Si quisiera hacerte algo malo, creó que ya lo hubiera hecho, raptarte cuando fuimos de compras o algo, ¿no crees? Deja ya de pensar que te asesinaré y sube.
-Ni loca subiré a esa cosa.
-Sube, prometo ir con cuidado, aparte te he traído un casco.-Nunca había visto un casco tan raro como ese, era negro y brillaba, algo así como tron-
-Iré contigo, pero si muero te odiare por toda la eternidad.
-De acuerdo señorita amenazas.
-Pero dime a dónde vamos.
-No.Es una sorpresa.
Acelero y no pude evitar aferrarme a él con tanta fuerza que pensé que en cualquier momento le rompería una costilla. Hemos salido a una carretera en una zona boscosa, es aterradoramente bello. Ya no es necesario abrazarlo con tanta fuerza, pero no quiero soltarlo, siento ese extraño deseo de querer congelar el tiempo en ese preciso momento mientras ciento su cuerpo tibio junto al mío, mientras somos libres en ese camino de bosques sin fin, mis ensoñaciones se han interrumpido por la voz de Oliver diciendo: "Ya casi llegamos abejita, aún sigues viva. ¿Cierto?"
Hemos llegado a una sección más de esos bosques, ahora veo tan lejos mi hogar. Oliver dice que tenemos que continuar caminando, he renegado como niña pequeña y sin previo aviso e ha cargado, hasta que hemos llegado a lo que parece ser una pequeña laguna con una zona de acampar ya muy abandonada, con estilo un poco hippie.
-Woo-He dicho mientras sigo en sus brazos-
-Lo sé, es hermoso.
-Ven por aquí, es el mejor lugar para mirar las estrellas.-Dijo mientras tendía una manta que no vi de donde saco en el piso lleno de hojas.-
Me recosté y el a mi lado, realmente era hermosa la vista de las estrellas en ese lugar desde cualquier ángulo, mientras mirábamos el cielo el señalo un grupo de estrellas y dijo que esas eran sus favoritas. Después de un rato de estar en silencio mirando las estrellas, me acurruque junto a él por qué tenía frío, el me abrazo, no rechacé su abrazo y me quedé pegada a él.
-Elena.-Nunca lo había escuchado decir mi nombre, un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando lo escuche, más con ese tono serio-
-¿Qué pasa?- dije mientras ponía toda mi atención en el-
-¿Alguna vez has pensado que se sentirá morir?-lo dijo con la mirada perdida en las estrellas-
-Muchas veces, pero pienso que seguramente es como perderse en un sueño, y tu.
-Quizá tengas razón, apenas lo he comenzado a pensar hoy. ¿Crees que la muerte es mala?
-No creo que sea mala, sólo un nuevo comienzo.
-Supongo que la peor muerte es no vivir cada día como el último.
-Si hoy fuera a morir, supongo que moriría feliz de haber visto estás estrellas.
-Yo también moriría feliz de ver estás estrellas y de verte a ti. Yo pienso que el cielo es el guardián de las almas y que cada vez que alguien muere una estrella desaparece, pero una nueva surge. Esa por ejemplo, es la tuya, está junto a la mía. –Dijo al tiempo que señalaba 2 estrellas que parecían estar pegadas-
-Gracias por la estrella. Yo pienso que todos vivimos en un sueño de recuerdos sobre lo que quisiéramos que fuera nuestra vida, que sólo cuando dormimos vivimos o tenemos recuerdos de nuestra vida real y que cuando morimos, pues despertamos de ese sueño, para volver a nuestra vida real.
Me miró de una manera en la que nadie me había mirado antes, sentí que él pudo entrar en mi alma y yo en la suya, que pude ver más allá de una mirada dulce, el tiempo se detuvo en ese instante, todo fue lento y conspirador para que ocurriera aquel beso lento, suave, dulce he hipnotizador, fue como una caria en alma más que en el cuerpo. Despertó algo más que deseo en mí, mientras nuestras bocas se separaban entre los primeros tintes morados de la madrugada él me dijo
"Elena, por favor no te mueras, prométeme que no lo harás, no antes que yo." –Lo dijo con un tono de dolor profundo y tristeza inconsolable-
-Te lo prometo. –Dije aún desconcertada por aquel beso, mientras miraba sus ojos fijos en mí-
Aún con el frío de aquella noche, sentía mi cuerpo arder bajo la piel. En realidad mi mente no se encontraba presente en la tierra, todo fue tan lento en ese instante.
En ese momento, en ese lugar sólo éramos él y yo, sólo nosotros 2 importábamos, el mundo era nuestro. Cuando mi mente regreso un poco, seguíamos besándonos, con esa calma tan particular que calentaba la sangre y te hacía desear más, sus manos me llevaron hasta estar sobre él. Sus manos en mi espalda, luego en mi cintura, poco a poco bajando hasta mis caderas, sentí como mi alma era poco a poco despojada de mi cuerpo, llegando al punto en el que parar ya no era una opción. El universo conspiraba para que todo esto pasara. Lo pare justo antes de que la desaparición de nuestra ropa continuara, no me acostaría con esté chico que apenas conocía, que hasta hace 2 días odiaba tanto, no en un bosque, no así de fácil.
Me desprendí de él y pareciera que me leyera el pensamiento, porque me ha mirado y pedido perdón.
Nos hemos quedado un rato más a mirar los colores del inicio de la mañana. Ahora vamos de regreso a casa, el aire se ha vuelto a sentir frío y una frialdad se ha apoderado de esté momento juntos, matando el deseo de hace apenas unos momentos, pero aún me mantengo abrazada a él durante todo el camino.
Llegamos a casa y él se ha despedido de mi con un abrazo, un beso en la mano y un dibujo de lo que parecía ser yo cuando me siento junto a mi ventana a leer y mirar el cielo, me pregunto cuando me observo para dibujarlo, pero no lo he dicho, sólo le he dado las gracias y he corrido hasta la puerta, debó dormir lo poco que pueda hasta que sea hora de irme a la escuela, no he sabido descifrar el gesto en su cara, si acaso era una sonrisa oculta o una tristeza. He corrido hasta mi habitación, ni siquiera me he cambiado para entrar en la cama y quedarme dormida en segundos.
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Olvidé decirte adiós.
Teen FictionUna novela juvenil corta que esperó te cautivé desde él primer momento. Elena, una chica con una memoria peor que la de tu abuela con él nombre de todos sus nietos y Oliver con sus encantadores ojos azules como la noche estrellada. Son protagonista...