Olvidé decirte adiós.

Cap. 5

Hoy he despertado con los gritos de mamá diciendo que ya era tarde. Estoy segura de que esté curiosa desactivación masiva de alarmas, fue obra de Daniel. Cuándo éramos niños, yo solía ayudarlo a apagar las alarmas para no ir a clases, así que estoy segura de que fue él quien provoco esté alboroto en la mañana.

He llegado a la escuela a tan sólo unos cuantos minutos del toque de entrada, ni siquiera recuerdo si me puse perfume, al menos recuerdo que si me lave los dientes y que si me quite la pijama.

Durante el día no he dejado de pensar en cómo contestar esa "carta" de Oliver, ya he pensado muchas maneras o cosas que decir, pero termino desechándolo todo.

Ni siquiera sé por qué me preocupo por contestarle, si después de todo lo odio tanto. Mejor dejare de pensar en eso y empezare a poner atención a clase, porque ya no tengo idea de que está diciendo el profesor.

Cada año la escuela organiza una copa de competencias de diferentes deportes junto a otras escuelas. Me encantaría participar, pero en realidad son más competencias de modelaje y ligue antes que competencias deportivas. Pero de vez en cuando me gusta ir a dar una vuelta para ver si hay algún partido real para mirar. Hoy parece no ser la excepción de esa pasarela, al menos esa crueldad deportiva tan sólo dura 1 semana.

Esté día ha sido eterno y demasiado aburrido, no puedo esperar para por fin irme a casa. Pero Daniel se quedará hasta tarde para un "partido" y mamá ha llamado diciendo que me quede a apoyarlo, porque ella no podrá venir por culpa de una junta de trabajo. Por Zeus, voy a morir de aburrimiento aquí.

Mientras él juega, yo me he quedado en la biblioteca a hacer tarea, pero ya la he terminado toda y el aún no sale. Desde mi libreta me miran los borradores de la carta a Oliver.

Sólo la haré porque estoy muy aburrida, no porque realmente tenga ganas de contestarle, le haré un conejito o una zanahoria en el frente, no porque me haya gustado que el haya dibujado una estrella, sino porque estoy aburrida.

Al fin, después de casi 10 intentos me ha salido una zanahoria. Bueno, en realidad parece más un Jengibre mutado con papa y con hojitas, ahora a pensar lo que le escribiré. Al fin supe que ponerle en la carta y dice así:

Hola tarado para nada varonil ni sensual y mucho menos motociclista rudo. Te ordeno que borres esa foto de mí en pijama ahora mismo o si no, no dudare en hacer pantuflas con forma de tu cara y habló enserio.

Claro que soy aterradora, te dije que era más peligrosa que una simple abejita y claro que lo soy.

Había olvidado darte las gracias por ese amable baño en agua de charco, realmente fue muy refrescante en ese día tan frío. Algún día te arrestarán por mojar gente, ir a exceso de velocidad y peor aún, no llevar casco.

Te dejó mi número por si algún día te arrestan y necesitas que te saque, porque con tu inteligencia eres capaz de culparte solo por más delitos.

*4436658410

Aún considero como una violación el hecho de que husmees en mi mochila y mis cosas. Tenía lapiceros azules y negros, pero mi hermoso primito, ósea tu amigo, se los robo todos. Así que ahora amo mis plumas rosas y moradas.

Adiós tonto, esperó haya pulgas en tu cama.

Atte. Una persona más peligrosa que las abejas, pero no más grande que los estantes del súper mercado.

Apenas he terminado de escribir la carta, cuando ha entrado Daniel para decirme que por fin nos vamos y que han ganado.

Al fin llegamos a casa y lo único que quiero hacer es dormir, en realidad es casi caer en coma por lo cansada que estoy.

Me he recostado en el sillón, quedándome dormida, cuando abrí los ojos de nuevo, ya tenía a Oliver mirándome como psicópata. Me asuste cuando vi esos enormes ojos azules frente a mí al despertar y Oliver sólo comenzó a reír y reír. También tenía una carita feliz pintada en la cara, que note hasta que me levante y fui al bañó. Pero ya estaba demasiado cansada como para ir a pelear con Oliver o como para lanzarle algo.