Mientras voy en el auto con Yeiden no puedo evitar recordar y a cierto punto ponerme nerviosa al recordar lo que pasó la última vez que salí así con un chico, o bueno, mejor dicho la única vez que salí con Oliver así.
Miro casi hipnotizada la venta, viendo como las luces de las farolas se reflejan tan rápido que parecen luciérnagas. Es una noche fría, es por la época, pero en realidad yo creó que hemos dañado tanto el mundo que ya casi no existen las estaciones y simplemente hay días en los que hace un calor infernal y otros en los que hace un frío glaciar, como por ejemplo hoy.
Mientras miro por la ventana y pienso en todo esto, ha comenzado a llover y Yeiden ha subido el volumen de la radio que toca una canción un tanto melancólica, pero llena de desprecio. He comenzado a reír porque casi pareciera que las nubes se pusieron de acuerdo con Yeiden para que pareciera un video musical o algo por el estilo.
Yeiden me ha mirado con cara de susto por el chillido que he pegado al comenzar a reír, al menos creó que ya no estoy tan roja ni agotada, eso es bueno, porque la última vez que reí mientras estaba agotada de correr casi me ahogo por la falta de aire.
-¿Ahora a ti que te pasa? ¿Viste un payaso o que te da risa?
-Nada, nada-He dicho aún entre un poco de risa-
-Mujeres...-Dijo al tiempo que giraba los ojos y regresaba su atención al volante-
Después de cerca de 5 minutos de incomodo silencio acompañado con una canción de Elvis Presley a todo volumen, he suspirado y mirándolo le he dicho:
-¿A dónde vamos?
-Pensé que nunca preguntarías y me dejarías raptarte así sin más. No es que te vaya a raptar, aclaro, solo para evitar golpes futuros.
-Aaah, que horror contigo y tus bromas. Ahora dime a dónde vamos.
-Ya te dije, por un bocadillo nocturno.
-Sí, pero a donde vamos a ir por él.
-Lo sabrás en 3, 2, 1... Voltea hacía la ventanilla.
Era una pequeña pastelería de estilo antiguo, pequeña pero muy hermosa o al menos para mí lo era. No recordaba haberla visto u oído acerca de ella antes, supongo que una pastelería de éste tipo debería tener algún tipo de fama o algo, pero con lo asombrosa que es mi memoria probablemente si escuche de ella pero como de costumbre no lo recuerdo.
Yeiden y yo bajamos del auto a la par, he refunfuñado al notarlo cuando ambos hemos cerrado las puertas a la par, el solo me ha mirado y comenzado a reír.
Hemos entrado y al igual que una clásica película de amor ha sonado una campanilla desde la puerta anunciando nuestra presencia, en el interior parece que nos hemos sumergido dentro de un pastel multicolor.
Desde no sé qué parte ha aparecido una joven vestida de una manera extremadamente infantil y colorida frente al mostrador. Mientras bailotea se ha ruborizado al momento que Yeiden la ha saludado, pero aún con su notable color rojizo he indefensa imagen, me ha dedicado unos hermosos ojos asesinos.
Yeiden se ha percatado de esto último y se ha posicionado entré las dos, interfiriendo en su campo de visión en el cual estaba yo. A ella no le ha molestado para nada el cambio de vista. He visto una pequeña mesa circular rodeada de unas sillitas, me he sentado mientras los observo platicar. Al parecer ya se conocen y ella se llama Paula o al menos Yeiden repitió ese nombre casi 5 veces.
Yeiden ha girado de nuevo hacía mí y la chica ya se ha ido. Ahora Yeiden carga una bolsa que al parecer es de esa pastelería y dice en letras cursivas: "Panificio di nonni" creó que es italiano.
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Olvidé decirte adiós.
Teen FictionUna novela juvenil corta que esperó te cautivé desde él primer momento. Elena, una chica con una memoria peor que la de tu abuela con él nombre de todos sus nietos y Oliver con sus encantadores ojos azules como la noche estrellada. Son protagonista...