Una copa de vino y un cigarrillo [Trunks/Pan]

Capítulo II

Disclaimer:

Dragon Ball ni sus sagas me pertenecen, son propiedad exclusiva de su creador, Akira Toriyama.

Una copa de vino y un cigarrillo

Capítulo II

Trunks despertó en su cama cuando los rayos de sol se colaron a través de la ventana. Sobresaltado se levantó y dirigió una mirada asustada al otro extremo de su lecho: estaba vací ó con alivio. Cada vez que tenía una cena con Mai, aquello terminaba en algo mucho más íntimo. En ocasiones anteriores eso no le preocupaba en absoluto, pero... con la llegada de Pan todo se había complicado. ¿Por qué? Él por mucho tiempo se había acostumbrado a despertar con Mai, desnuda, a un lado de su cama, ¡y ahora se asustaba por ello como si se tratase del mayor crimen jamás cometido! Y la razón era cierta jovencita que trabajaba con él.

"Pan..." Aquel nombre le hacía rememorar tiempos en que no había más preocupaciones que las que podía tener un adolescente de 16 años. Cualquier otro, menos él. Si bien la mayor parte de adolescentes hacían y decían estupideces, Trunks había cometido, quizás, una de las locuras más grandes de todos los tiempos, y todo fue provocado por una linda niña que solía jugar con su hermana después del colegio.

-Pan... -Ahora el nombre fue pronunciado en un suspiro. ¡Mierda! ¿Por qué tenía que llegar otra vez a su vida? ¡Y de ese modo!

Salió de la cama y se dirigió directamente a la ducha, pues su cuerpo reaccionó instantáneamente al recordar la manera en que la chica de cabellos negros se había vestido para su 'entrevista'. La falda, la blusa, todo amoldado de una manera perfecta en su cuerpo perfecto y sensual.

El agua fría no era suficiente para calmar el calor que provocaban las curvas peligrosas de la morena.

Se odiaba porque se sentía como un completo pervertido al pensar de esa manera de Pan, no era correcto.

¿A dónde se había ido la promesa de que guardaría el recuerdo de Pan como algo puro, inmaculado? Pues se había ido al carajo cuando inhaló la intoxicante fragancia con la que perfumó su blanca piel, cuando él tuvo el descaro de pasear con disimulo sus pupilas por toda su anatomía, cuando aceptó la decisión de su madre pensando que el tiempo borraba todo, cuando con descaro fantaseó con ella la noche anterior, cuando empezó a sentir algo más que una simple amistad por ella, cuando revivió el doloroso recuerdo de lo que ella había significado en su vida, ¡ahí se había ido todo!

Por años deseando estar a su lado, por años reprochándose por lo que sentía crecer dentro suyo, deseándola, pero Pan jamás fue para él y nunca lo sería, separados por una línea invisible, irrompible.

Si no hubiera sido por la pelea que tuvo con Mai la noche anterior, habría amanecido con ella entre sus brazos y no estaría solo, pensando en una chica que jamás sabría qué grande era lo que Trunks sentía por ella.

El agua recorría cada centímetro de su piel y lo reconfortó. Salió del baño envuelto en una fina nube de vapor con una toalla blanca alrededor de su cintura y otra más pequeña en su nuca. Se sentó a la orilla de su cama y ese día en particular se sintió cansado y sin ánimos de ir a su oficina. La evitaría si eso era lo único capaz de detenerlo antes de cometer algo de lo que seguramente se arrepentiría siempre.

Se sentía como una basura al pensar en otra mujer cuando en pocos meses se casaría. Pero nadie más sabía que la única razón por la que se casaba era para intentar olvidar a la chica que ocupaba sus pensamientos en ese instante.