Sensorial » [ AoKi ]

5 : 00

.

.

Un año después Kise se encuentra en la puerta del gimnasio de su colegio, totalmente anonadado, viendo una práctica del reconocido equipo de baloncesto de Teikou. Y pese al alboroto que hay entre los diferentes practicantes, unos que corren alrededor de la cancha mientras otros platican en los extremos, es una sola persona la que mantiene toda su atención para sí.

El chico que hace unos minutos le lanzo una pelota a su cabeza se mueve con una destreza que Kise ha visto en pocos entre los diferentes clubs que ha pisado. Es rápido, hábil y fuerte, en comparación a sus compañeros, abriéndose paso en la cancha va de un lugar a otro, con una amplia sonrisa en el rostro. Detiene su observación al peliazul solo para buscar el marcador, corroborando que es el equipo del muchacho el que va ganando con una diferencia mayor al doble. El moreno es fácil de ubicar gracias a su gran porte y su piel morena, por un instante le parece que este lo ve de vuelta antes de encestar con un salto. Escucha al que parece ser el capitán detener el juego, dando como ganador al equipo del moreno, aun desde la puerta puede verlo ir hasta las bancas mientras toma alguna bebida.

Es así que tomando aire se acerca decidido, y estando a solo un metro es que el moreno levanta la vista para verlo, formándose una sonrisa en su rostro al reconocerlo.

Kise no sabe porque, pero aquella sonrisa se ha transformado en su debilidad, por lo que duda ante lo que está por decir. Y cuando parece que ha adquirido toda la atención de Aomine, es que este desvía la mirada a alguien a su costado, sus ojos parecen brillar ante esta nueva persona. Logrando que Kise calle todo aquello que planeaba decir, para simplemente preguntar.

—¿Me puedo unir al club? —Aomine voltea a verlo curioso por la pregunta.

—¿Un nuevo integrante, Aomine-kun? —pregunta la persona que ha llegado hasta el moreno, es pequeño y delgado, algo poco usual en un equipo de deportes.

Aomine se olvida de la pregunta, y al parecer de su presencia cuando llama ¨Tetsu¨ al recién llegado mientras lo rodea de los hombros y le recalca practicar más si quiere vencerlo, fingiendo hacerle una llave. El nombrado Tetsu, gira su mirada a Kise, quien se siente parcialmente excluido, ante la interacción que se desarrolla entre los basquetbolistas.

—¿Eres Kise-kun del club de futbol? —pregunta el pequeño con voz impasible, mirándolo después de librarse del agarre de Aomine.

Kise se limita a asentir, aun sabiendo que hace una semana dejo el club de futbol a causa de una pelea con uno de sus compañeros quien lo acuso de robarse a su novia, cuando esta simplemente lo había dejado por lo que ella creía una oportunidad con Kise que nunca se dio. Desencadenando una batalla que hizo imposible la convivencia del rubio con el resto de integrantes del equipo.

—¿Tú también lo conoces, Tetsu? —El moreno miro de su acompañante al mismo Kise.

—Es Kise Ryouta, es difícil no conocerlo cuando todas nuestras compañeras de clase hablan de él diariamente. Además de ser conocido entre los clubes por su habilidad atlética. —Kuroko dejo de lado su atención hacia a Aomine para dirigirse esta vez a Kise. —Acaba de pedir unirse al club, ¿no es así? No sé si se permite a un estudiante estar en varios clubs a la vez, pero si no existe inconveniente, solo debes acercarte Momoi-san, la chica de pelo rosa—dijo señalándola al costado de un gigante de más de dos metros—, ella te ayudara a ingresar.

El rubio ya sabía de todo el papeleo que tendría que hacer para ingresar, aunque para empezar no era su intención lanzar esa pregunta, es más ni siquiera la había pensado antes de que esta abandonara sus labios. Miro otra vez al pequeño y luego a Aomine. Vio una conexión que no le agrado del todo, más disimulo con una sonrisa.

—Gracias por la ayuda, hare lo que me indiquen.

Sus pies se movieron por si solos pasando de la pareja, antes de dirigirse a la salida, aun no estaba del todo convencido del paso que estaba por tomar. Lo meditaría antes de presentar sus papeles el día posterior, ya que algo en su interior le indicaba que las cosas cambiarían drásticamente con este encuentro.

.

.