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-Dos!! Uno!! Ya!!-

Mariella salió a correr una vez la cuenta termino, al igual que todos los demás chicos que competían. Cassian la alcanzó enseguida, y juntos corrieron por unos cuantos metros hasta que su primer obstáculo los obligó a detenerse, al éste materializarse de la nada frente a ellos.

Se trataba de una pared que ocupaba todo el ancho de su pista, de un color que variaba entre blanco y verde claro. En ella habían cuatro puertas, cada una marcada por un signo de interrogación que titilaba de forma rítmica.

-Echamos un ojo por una?- preguntó Mariella.

-No lo creo- dijo su compañero negando con la cabeza -Viendo como hicieron aparecer esto, podría decir que también tienen algo listo por si intentamos hacer trampa-

-¿Entonces que hacemos?-

-No lo sé. Debería haber algo por aquí…-

-Espera!!- le dijo ella, una idea formándose en su mente -¿Que tan alto supones que es esto?-

Su compañero miró a la pared, y sin apartar la vista contestó: -Unos… ¿dos metros y medio?-

Ella sonrió. Justo la medida que necesitaba.

-Súbeme- le dijo a Cass, haciendo un gesto hacia arriba.

El chico dudo por medio segundo, pero enseguida comprendió el plan. Hizo un tipo de escalón improvisado con sus manos, mientras que su compañera se quitaba sus zapatos.

Ella después retrocedió un poco, y juntando impulso corrió hasta la pared, impulsándose en las manos del chico y saltando hasta el otro lado.

Había caído entre dos huecos, que ella supuso que eran las “trampas” de las puertas erróneas. La primera puerta  hacia su izquierda era la única que carecía de hueco, lo cual la dejaba como la opción a elegir.

-Usa la primera!!- le gritó a Cass, quien apareció por ella inmediatamente.

-Buen plan- la felicitó mientras se encaminaban a la caja.

-Gracias- respondió ella con una sonrisa.

Le agradaba servir de ayuda, y mucho más en estos momentos, cuando tenían el tiempo contado. Se acercaron a la caja, y cada uno cogió un lado de la tapa. Con un esfuerzo combinado lograron abrirla, sorprendiéndose por el peso de semejante cosa. Dejaron la tapa en el suelo, y de inmediato se dirigieron al interior de la caja. Reposando en el pequeño espacio se encontraba una bolsa de lona, atada con una simple correa.

-Las piezas- dijo Cass, agarrando la bolsa y colgándosela al hombro.

Mariale asintió, no sin antes notar un pequeño detalle. El fondo de la caja también tenía una forma extraña, con un tipo de rombo labrado en el centro. Ella decidió ignorarlo, y siguió su marcha hasta el final de la pista.
Estaban a punto de llegar, cuando les apareció su siguiente obstáculo. De un momento a otro pasaron de estar en la pista a encontrarse en un angosto pasadizo, rodeado por agua. El techo, que antes estaba decenas de metros sobre sus cabezas, paso a estar a unos escasos tres metros, haciendo que el lugar pareciése más pequeño todavía.

Una alarma sonó, y de repente la pared del fondo comenzó a avanzar hacia ellos. En ella se encontraban dos figuras, un triángulo y un círculo, los cuales se acercaban cada vez más y más rápido a los chicos.

-Que hacemos??- preguntó Mariella desesperada, luego de comprobar que sería imposible saltar por encima este obstáculo.

-Es igual que un viejo programa de televisión!!- dijo su compañero rápidamente -Atraviésa la figura!!-

Ella no pensó que fuera el mejor de los planes, pero le dio igual. La pared ya se encontraba muy cerca como para pensar en otra cosa, así que cerró los ojos y salto a través del círculo. Sorprendentemente, cuando volvió a abrirlos vio que había cruzado al otro lado sin problemas.

Nightcode ~ El Código Nocturno     Donde viven las historias. Descúbrelo ahora