Nightcode ~ El Código Nocturno

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-Hay dieciocho cazas a nuestra disposición. Más dos que se están reparando- dijo Cass, una vez Félix le preguntó con que contaban.

-Y un montón de misiles y bombas- añadió Mariella, complementando a Cass.

Lyra, sentada junto a ellos, les dirigió una sonrisa al ver que habían omitido lo del Lamborghini. Igualmente sabía que Bob a lo mejor le había comentado ya a Félix, pero tampoco necesitaba que todos se enteraran.

Estaban en la reunión que Cass le había mencionado a Mariella la noche anterior, en un cuarto adyacente al hangar central. Se parecía al cuarto donde Lyra había estado el día anterior, aunque este era casi tres veces más grande. Habían sillas de plástico por todo el lugar con excepción del frente, donde Félix se encontraba dirigiendo la reunión.

-Yo tengo experiencia como piloto- dijo Bob, quien estaba un poco más atrás de los chicos -Puedo entrenar un escuadrón antes del ataque-

-¿Seguro?- preguntó Félix antes de que Lyra pudiese hacerlo.

-Es con lo que contamos- respondió Bob encogiéndose de hombros.

-Bien- dijo Félix, sin el mejor ánimo     -¿Alguien más tiene algo?-

-Hay armamento- dijo una de las maestras de la academia española         -Rifles y eso. Granadas. Muchas son anticuadas, pero al menos son algo-

-Y lo que salvamos de la academia- añadió Cass, refiriéndose a su lanza y demás armas que la Guardia tenía en su arsenal.

-Podemos hacerlo funcionar- dijo Félix, bajando un tablero retractil del techo -Ahora viene lo serio-

Una imagen se proyectó en el tablero una vez dijo eso, la cual mostraba una toma aérea. Se trataba de una isla con una montaña en su centro, no muy grande, que estaba cubierta en su mayoría por una verde capa de maleza. La única excepción era lo que parecía ser un edificio en una de las puntas de la isla, que se veía amarillento en la toma. Lyra, en primera fila, logró darse cuenta de un pequeño detalle. No era un edificio, sino más bien una pirámide.

-Esto- comenzó a explicar Félix, antes de que alguien preguntara que estaban viendo -es el cuartel general de la Entente. La foto es del año pasado, pero no mucho ha cambiado-

-¿No mucho?- preguntó Liz en un susurro.

-Pusieron una pista. Para aviones- dijo Cass en voz alta, respondiendo en parte la pregunta de Liz.

-Y yo siempre ayudando- volvió a decir ella con sarcasmo.

Cass se levantó, ante la mirada curiosa de la mayoría, y se dirigió a una mesa en la esquina del recinto. Tomó un marcador negro que encontró allí, y enseguida comenzó a dibujar sobre la imagen. Trazó un rectángulo junto a la pirámide, la cual marcó con las letras ‘HQ’, en el lado más cercano a la playa.

-La construyeron hace unos meses. Proyecto secreto. Alguien debió necesitar defenderse mejor- explicó Cass mientras lo hacía, sin molestarse en detenerse.

-¿Cómo estás tan seguro?- preguntó alguien del público.

-Precognición- respondió Cass con una voz serena -Pueden mandar un vuelo de reconocimiento si no me creen, aunque eso nos quitaría el elemento de la sorpresa. Tienen cincuenta aeronaves, todas reparadas y listas. Sin embargo los hangares son bajo tierra, por lo que nos ganamos unos segundos para destruir la pista-

Por un momento la sala entera permaneció en un impactado silencio, y Mariella aprovechó para hacerle una seña de pulgares arriba a Cass. Lyra trataba de no reírse del atontado público, que al parecer jamás había visto a alguien con precognición. Anna también sonreía, pero de una manera no tan exagerada como Lyra.