Hogwarts. Siglo XXI. Una nueva Ley General de los Ministerios Mágicos de todo el mundo, que acepta a los magos de familias muggles que descubren su potencial mágico un poco más tarde que a los 11 años... Se abren las puertas del mundo mágico, a una...
En un nuevo Siglo las cosas comienzan a cambiar profundamente. Es necesario, si se quiere hacer las cosas distinto y no tropezar con las piedras que en el pasado provocaron caídas.
Pero toda nueva situación, introduce cambios.
Los antiguas vidas de los magos de siempre se empezaron a modificar a paso sostenido, con la inminente acogida por Ley General de los Ministerios Mágicos de todo el mundo, del nuevo género: los magos de familias muggles que descubren su potencial mágico un poco más tarde que a los 11 años.
Se abren las puertas del mundo mágico, a una relación más estrecha con los humanos... Detractores y celebradores de la medida se preguntan por las consecuencias...
Mientras tanto, Hogwarts, como uno de los más importantes colegios de renombre de hechicería y magia, recibe un aluvión de estudiantes para todos los años de su escuela.
Estudiantes de proveniencia muggle... incipientes magos cuyas familias y allegados más cercanos se les permite enterarse de su condición mágica y de las posibilidades de sus hijos dotados del don de la hechicería.
Ciertas familias, hasta comenzaban a visitar continuamente el mundo mágico, acción permitida ahora por la nueva legislación con el sólo motivo de tener un hijo/a mago/a.... hasta el punto de que algunas (mal vistas, y aunque a duras penas, aceptadas) familias muggles, se animaban a residir en el mundo mágico.
Así comienza esta historia...
Una buena cantidad de estudiantes nuevos, ingresarían incluso en los años superiores. Y una buena cantidad de magos que se habían criado en el mundo mágico desde su nacimiento, expectantes por la noticia.
Ya en el tren Newt iba haciéndose la cabeza.... Es obvio que estaba nervioso, en su vida todos los años eran iguales, aunque era joven, en la secundaria/high school no se puede esperar más. Un introvertido chico, buen estudiante de todas las clases, elogiado por los profesores, aislado un poco por los compañeros, que solía hablar poco y no animarse a nada social, pero, que sentía una inmensa pasión por las criaturas mágicas.
Fanático de su naturaleza escondida, que no muchos apreciaban, Newt cargaba con su propia valija donde llevaba a cuestas algún que otro animal de fácil cuidado desde casa hasta Hogwarts, SIN ESTAR PERMITIDO, por supuesto. Pero no podía dejarlos lejos por tanto tiempo, algunos debían venir con él a la escuela, era justo. Además, si bien él tenía su grupo de amigos, aquellos animales fantásticos eran su consuelo y proyecto en muchos momentos; en una escuela donde el estudiante que "soltó animales raros y potencialmente peligrosos en los pasillos de la escuela, más de una vez" era considerado un chico raro. Se le habían llamado la atención por eso, una junta directiva le tomó declaraciones y, digamos que se salvó de la expulsión por muy poco.
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Volvamos a la plataforma 9 Y 3/4, o mejor dicho, adentro del Expreso de Hogwarts... un grupo de jóvenes del penúltimo año cuchicheaba acerca de los nuevos:
