Ivanka & Yuuri

8. Un corazón frágil

Hace cinco años
San Petersburgo

La nieve comenzaba a caer, lenta y pausada, Víktor tenía poco tiempo de bajar del avión, Yakov lo había dejado ir, para que disfrutará una semana de descanso después de haberse coronado como Bicampeón del Grand Prix Final, Víktor había preparado una sorpresa para su querida novia, Alexandra. Ese nombre era tan hermoso, incluso cuando lo repetía mentalmente, llegó al departamento, ella estaba ahí en el sillón acostada.
-Ya llegué mon amour- le susurró Víktor, ella le encantaba como su seductora voz sonaba cada vez que lo oía hablar francés, ambos lo habían aprendido aunque claro Víktor con mucha mas facilidad.
-Vitya, felicidades moy lyubov-le contestó ella mientras lo abrazaba, y a él le gustaba la manera en que lo recibía de manera tan dulce y cálida, Makkachin por su parte dormía ella se lo había regalado y ahora era miembro de su pequeña familia que estaban creando.

Alexandra estaba pensando como darle la noticia del embarazo, pero también sabía que el tendría miedo, acaba de cumplir 23 años y aun era ese niño del que se había enamorado en el conservatorio de ballet de Moscú, al principio lo había confundido con una chica y como no hacerlo, ese cabello era tan hermoso y largo y esa figura tan fina y grácil, luego él la invito a salir para luego ser inevitable el separarse.

-Vitya, ¿Que sucedería sí tuviéramos hijos?- pregunto aleatoriamente la pequeña campanita castaña, Víktor abrió los ojos como platos y sonrió hasta abrazarla.
-Primero que nada si fuera niño se llamaría Alexander, pero si fuera niña sería Ivanka, y dejaría el patinaje así me daría más gusto hacer rabiar al comité-rió por debajo Víktor, era claro que Vitya hablaba con total seguridad, eso hizo sentir culpable a Alexandra. Tanto que no pudo dormir y se quedo despierta hasta el amanecer, sabía que el sueño de Víktor era ser campeón del mundo, y lo estaba logrando, por tanto, su sueño sería cortado de manera egoísta, era como cortar las alas a la más hermosa de las aves quien sumisamente aceptaba ese destino solo por sentirse amada.

Paso unas semanas más y el miedo iba en aumento, Víktor se había peleado con el presidente del comité ruso, por la imposición de enviarlo a Moscú unos meses. Yakov estaba hecho una furia y más porque pasaba por su divorcio con su mentora la prima Ballerina Lilia Baranoskaya, lo peor no era eso, era el hecho de que Víktor estaba haciendo y deshaciendo a su antojo, a pesar de los regaños de su mentor. Y fue ahí que descubrió lo que podría hacer aunque el corazón de Víktor sufriera y más ella porque él era el hombre que mas amaba y amaría en toda su vida.

Víktor por su parte haría la primera gran locura por amor, le propondría matrimonio, claro eran jóvenes pero ambos tenían el mundo a sus pies. Pero estaba equivocado, esa tarde Alexandra llegó tarde al departamento, y empezó a hacer maletas.
- Hey, Mon petit coeur, ¿Qu'es que tu vous faire?- preguntó tomándola de la cintura, en ese momento Alexandra dio un respingo e instintivamente lo apartó ya que su vientre estaba más abultado.-¿Que sucede?- preguntó extrañado Víktor.
-Me voy de gira con el Bolshói-le respondió cortante mientras metía con furia sus maletas.
-¿Cuando regresarás?- preguntó Víktor de manera desconcertada.
- En un año tal vez- respondió esta y armándose de valor a sabiendas que el corazón de Víktor era frágil lo dejaría caer- o tal vez nunca-dijo finalmente.
-¿Que quieres decir que nunca?- preguntó Víktor con un nudo en la garganta, lo estaba terminado.
-Mira Víktor, somos jóvenes y vivimos un sueño ambos viviendo aquí, pero...
-¿Pero que?- preguntó molesto.
-Mi carrera en el Bolshói va en aumento y desde hace un año soy la prima ballerina y tengo que darle prioridad, así que aunque duela tenemos que despertar- sentenció la chica, Víktor guardaba silencio, cuando levantó la vista, vio a un Víktor derrotado y las lágrimas fluían de manera silenciosa, y aunque el corazón de Alexandra se afligió más, decidió huir. Pero su mano fue capturada.
-¿Me amas?- pregunto Víktor con la voz quebrada, la chica deshizo el agarre sin contestar y antes que el pudiera hacer algo, ella susurró.-Los patinadores tienen un corazón frágil como el cristal.

Alexandra salió del apartamento dejando al hombre que amaba con el corazón roto, por su parte el chico se quedó de rodillas viendo lo incapaz que era, de ni siquiera poder retener a la mujer que ama. Makkachin por su parte fue a su consuelo, Víktor agradeció este gesto, Alexandra por su parte paso la noche en vela, pero era el primer paso de todo.

Por la mañana Víktor, se miro al espejo y tenia los ojos irritados, su nariz estaba mas roja y la boca seca, se lavó la cara y busco en el gabinete detrás del espejo una aspirina, su vista se topó con las tijeras, una loca idea recorrió su mente e un impulso empezó con un mechón de cabello, tras otro, pero aquello era tan doloroso, y mas que los recuerdos lo inundaban y las lágrimas fluían silenciosas por su rostro, su cabello ahora estaba en las frías baldosas del suelo.
- Sí ella comienza una nueva vida, yo igual aunque me encuentre solo, mi meta será complacer al público y sorprenderlo, aunque sea yo y mi soledad.

De rato, salió del departamento y se encaminó a una lujosa y prestigiosa peluquería, el dueño se sorprendió al ver lo que Víktor había hecho, su cabello tuzado hasta el hombro y esa aura de derrota que estaba alrededor del chico.
- ¿Puedes arreglar esto?- preguntó Víktor con timidez, el encargado asintió y le mostró varios cortes de cabello pero el chico los rechazo -Sorprendeme- le ordenó.

Después del corte de cabello fue a tiendas departamentales y comprando ropa, zapatos y todo lo posible. Alexandra por su parte le contó a Lilia las cosas a medias, pero a partir del quinto mes se retiraría en definitiva del Bolshói para no regresar nunca más.
-¿Porque te retirarás tan joven?-pregunto Lilia completamente alarmada.
-Lilia voy a ser mamá y quiero mantenerlo en secreto durante un tiempo-respondió llorando y abrazado su vientre mientras le dedicaba una sonrisa a Lilia.