cute fingers

Seokjin

Cada vez que Jimin estaba con Jin, se sentía seguro. Se acurrucaba en su ancho pecho mientras Jin acariciaba su espalda y dejaba suaves besitos en sus rosadas mejillas.
Jimin no podía más que temblar furiosamente mientras los dedos largos de Jin lo dilataban.

Jin lo agarraba fuerte cada que el menor se tensaba, en contraste Jimin lo agarraba de los hombros y soltaba pequeños jadeos cuando su hyung movía sus dedos como tijeras.

El mayor no paraba de susurrarle lindos cumplidos al menor, quien los amaba por completo, y a su vez, trazaba círculos en su piel, tratando de tranquilizarlo, de que se relaje por la intrusión en su ano.

Seokjin disfrutaba cada una de las reacciones de Jimin cuando alcanzaba su próstata: suprimía un sucio gemido, mientras chorros de pre semen caían por su abdomen y los muslos de Jin. No podía quedarse callado y el castaño trataba de tranquilizarlo, dejando que Jimin hundiera su cara en su cuello, lo dejaba chupar esa área de piel suave y morder sus clavículas.

Ah, y Jin no necesitaba tocarle el pene, se lo había dicho a Jimin mientras seguía penetrándolo con sus dedos, el menor solo respondió moviendose al ritmo de Seokjin, diciendo entre gemidos lo lleno que se sentía.

Se sacudía tanto por la estimulación, que su hyung lo abrazó por la cintura para que esté firme, moviendo sus dedos con dureza hasta que Jimin estuviera sin fuerzas sobre su hombro, apenas y articulando palabra, con una ligera linea de saliva chorreando.

Lo único que el rubio podía hacer era lamer el cuello de su hyung y hacerle ojos de cachorro al mismo, unos lindos ojos anegados de lágrimas y su irresistible puchero, diciendole a Jin que siga, que lo haga más rápido.

¿Quién se puede resistir a eso?

Jin era tan rudo, agarró del cabello a Jimin para así poder follarlo con los dedos más fácilmente, asegurándose de que no pudiera tocarse el miembro de ninguna manera ni que devolviera las embestidas.

Ya llegando al final, Jimin lloraba de la frustración.

- Hyuung...toquéme hyung...- decía mientras trataba en lo posible de rozar su pene con algo, le dolía no recibir atención en esa área.

Pero siempre se venía, su cuerpo aferrándose más a Jin mientras el deseado climax recorría su sistema.

Y sólo cuando Jimin estaba jadeando y temblando por la sobreestimulación, Seokjin sacó sus dedos, lentamente, consolando a Jimin mientras veía su cara enrojecida.

- Eres tan bueno, Jiminnie- le secó las lágrimas y juntos fueron a tomar un refrescante baño.

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