Capítulo 7.

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_______ no dejaba de gritar de forma desgarradora, sintiendo el corazón en la garganta, intentando desesperadamente alejarse de los brazos de Ren. No necesitaba que nadie la consolara en un momento así, quería ir por sus armas y correr a la deriva. No importaba el rumbo, solo el destino. Quería encontrar a su hijo, lo necesitaba y sabía perfectamente que las cosas no se podían retrasar más. No iba a esperar hasta que fuese demasiado tarde y... lo mataran.

—¡Suéltame! ¡Suéltame, maldita sea! ¡Quiero a mi hijo! —vociferó, con lágrimas de dolor cayendo de sus ojos.

Con todas las fuerzas que le quedaron, empujó al pelilargo lejos y gateó hasta la puerta, poniéndose de pie en el camino hacia el cuarto de armas.

—¡Deténganla! —ordenó Ren, tratando de apaciguar el dolor en su cabeza al darse contra el borde de la mesa.

Al escucharlo, inmediatamente los otros tres fueron tras ella. Quizás el método de Joshua fue un poco brusco, pero no encontró otra forma de frenarla cuando Vernon intentó sujetarla de la muñeca y ella le lanzó un rodillazo en la entrepierna. De un tacle, se llevó a la pelinegra al suelo, aprisionándola debajo de su cuerpo, tomando rápidamente sus manos para llevarlas a su espalda.

—¡_______, tienes que calmarte! —gritó, tratando de hacerla entrar en razón. Sin embargo, la mujer no dejaba de retorcerse debajo suyo como si fuese una serpiente a punto de soltar todo su veneno.

Jeonghan rápidamente apareció junto a ellos, arrodillándose en el suelo para comenzar a rebuscar algo en el botiquín que tomó del gabinete de la habitación en donde se encontraban. Al encontrar el pequeño frasco que tanto buscaba, tomó una jeringa descartable y la liberó de su envoltorio. Insertó la aguja en su sitio y luego atravesó el minúsculo orificio del sedante. Golpeteó dos veces con su dedo índice en el cilindro alargado y presionó un poco el émbolo para que escapara todo el aire que podría haber entrado en el tubo. Una vez que Joshua pudo inmovilizar su brazo, el rubio no dudó al momento de introducir la aguja en la extremidad de la joven y dejar que el líquido entrara a su sistema.

Todos se estremecieron con el gritó de la pelinegra al momento de recibir la dosis. Vernon apenas se estaba recuperando, aún con un dolor punzante en su entrepierna. Joshua fue liberándola de a poco, sintiéndose culpable, a pesar de que lo que hizo fue necesario. Solo el hecho de ver a _______ así, ya les dejaba un sabor amargo en la boca a todos.

—Déjenmela a mí —habló Ren al momento de llegar hasta ellos.

Se inclinó junto a la joven y la atrajo a sus brazos para arrullarla como si de una niña indefensa se tratara. Ahora sus sollozos eran apenas audibles, pero no dejaba de luchar por no dormirse. De nuevo sintió la necesidad de golpear a alguien cuando ni siquiera pudo seguir apretando sus dientes con fuerza. Sus lágrimas eran las únicas con libertad para correr por sus mejillas hasta perderse en el pecho del contrario. Pronto sintió como sus ojos pesaron y su vista se volvió nublaba, distorsionando la imagen de los hombres que la observaban con lástima.

—Lo siento, amor. Pero no te perderé a ti también —pudo escuchar decir al pelilargo, antes de perderse por completo en las tinieblas que la rodearon.

Cuando al fin pudo ser capaz de abrir los ojos de nuevo, ya era de noche. Su cabeza aún palpitaba y tenía la boca reseca, pero no era algo que no pudiera calmar con unas pastillas y un poco de agua. Sin embargo, el dolor que ahora consumía su alma era algo de lo que no podría liberarse tan fácilmente. Se sentó en la cama asustada cuando sintió una leve caricia en su pierna derecha, encontrándose con más oscuridad y Jeonghan, sonriéndole con melancolía, siendo iluminado con la poca luz natural que entraba por la ventana.

—Hola —susurró el rubio y retiró su mano, entrujándola con la otra al sentirse un tanto incómodo. No se creía con el derecho de hablarle después de lo que iba a hacer, pero Ren le había pedido que la cuidara y no se negaría solo por no poderle sostener la mirada a la pelinegra.

Por Venganza (Nu'est) -3° Parte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora