Apretó sus dientes con fuerza luego de que un subordinado de Jin le lanzara el último golpe en el estómago, mientras el castaño los observaba desde la entrada de esa habitación aislada.
—Es suficiente por ahora —habló, mirando con suficiencia a Ren, mientras éste se retorcía en el suelo y boqueaba en busca del aire que le habían arrebatado.
Desde que el sol había salido esa mañana, había estado soportando los golpes de tres hombres que se alternaban para dicha tarea. Aún no creía como logró permanecer consciente después de tanto dolor, pero lo que sí sabía era que estaba llegando a su límite y lo último que quería era cerrar sus ojos, sintiendo la incertidumbre del qué podría pasar.
Los tres hombres, ya exhaustos, se retiraron en cuanto su jefe les hizo una seña con la mano. Sin duda, Jin disfrutaba del hecho de poder tener a Ren así; indefenso y a sus pies. Cada golpe que había recibido, cada mueca de dolor y cada quejido que soltó, lo hizo sentir tan satisfecho como aquel día en el que le disparó, pero que, por desgracia, falló.
Cuando al fin estuvieron los dos solos, se hincó frente al pelilargo, clavando la mirada en sus orbes cansados y sin fuerza. Podía presentir como en cualquier momento terminaría por desmayarse y eso le daba aún más ganas de molestarlo, sabiendo que no podría hacer nada en el estado en que se encontraba.
—¿Me pregunto cómo la estará pasando _____ en manos de Nubia? —le susurró al oído, viendo como los músculos de sus brazos se tensaban y sus manos se convertían en débiles puños —. Supongo que no te molestará que le haga una visita, antes de irnos de aquí ¿no? —agregó y sonrió divertido cuando el pelinegro apretó sus dientes, claramente molesto.
Ya cansado de ver su rostro, Jin se incorporó dispuesto a salir de allí, mas no se esperó ser detenido por una de las manos de Ren, aferrada a su tonillo como si su vida dependiera de ello.
—N-No... no te atrevas a... Si le pones un dedo encima... —no pudo evitar toser un poco de sangre, sintiendo como cada palabra que dejaba salir, rasgaba su garganta con fuerza —. No te atrevas a tocar a mi mujer — sentenció al final, aflojando su agarre al sentir su vista algo borrosa. Estaba por irse, su consciencia ya comenzaba a perderse, arrastrándolo al mundo de los sueños.
—Nunca será tu mujer —espetó Jin, más que furioso, lanzándole una fuerte patada en el pecho para poder liberarse y a la vez, hacerlo desvanecerse.
Si había algo que odiaba del pelilargo eran esas palabras que podía soltar con total seguridad. Algo que él jamás pudo hacer cuando se trató de la pelinegra. Quizás la amó y la ama con todas sus fuerzas, pero nunca fue lo suficientemente valiente como para darlo todo por ella. De lo contrario, él mismo la habría sacado de su clan para protegerla a ella y a ese niño que nunca sería suyo.
Solo eso era necesario hacer. Si tan solo le hubiera dado la libertad que ella tanto anheló y la seguridad para su hijo, la hubiera tenido a su lado para siempre. Si Ren reaparecía, se hubiera encargado fácilmente de él y claramente la protegería a muerte de los Mikage, pero tuvo que ser tonto y elegir a su clan por sobre la mujer que ama.
A causa de esa mala jugada, Ren se la había ganado justamente. No. Ahí no fue el único momento en el que cometió un error. Mucho antes ya lo había hecho, en el instante en el que intentó convencerla de no matar a su viejo amigo, en el momento en el que lo rescató de ese edificio en llamas y en el momento en el que no tuvo una buena puntería como para apuntar directo a su corazón.
Gruñí frustrado y caminó fuera de la habitación, asegurándose de cerrarla correctamente para que nadie entrara o saliera de allí. Si era por él, el pelilargo se pudriría en aquel lugar, pero mantenerlo lejos de ______ y el niño era la mejor decisión que podía tomar por ahora. Al menos hasta que se cansara de él y acabara con su vida.
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Por Venganza (Nu'est) -3° Parte-
FanfictionTercera temporada de Clímax. ******************************************************** Espero les sea de su agrado. Historia registrada en Safe Creative. Prohibida la copia y/o adaptación parcial o completa.