Capítulo 24.

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En un ágil movimiento, Jeonghan sacó dos lentes de visión nocturna de sus bolsillos, colocándole uno a la pelinegra que por un momento apretó sus ojos con fuerza al sentir el contacto contra la piel lastimada de su rostro. El plan era avanzar lo más rápido posible para llegar a la sala de entrenamiento antes de que los Mikage lograran reestablecer las luces, así que no había tiempo que perder.

Sin esperar una orden, Jeonghan ayudó a JR a colocarse sus lentes y se posicionó al frente de la marcha, abandonando pronto la prisión.

Sin perder la práctica, ______ hizo girar ambas armas en sus manos, quitándoles el seguro mientras su mirada se perdía en todas direcciones, dispuesta a cubrir las espaldas del moreno que avanzaba frente a ella. No le importaba mucho en donde pisara, sus ojos solo veían la fuerte espalda de JR que ocultaba detrás de ella a la luz de sus ojos y luego regresaban a los lados, dispuesta a asesinar a cualquiera que se atreviera a soltar una bala.

—JR, quiero a mi hijo —susurró, sin poder contenerse más.

El moreno sonrió de lado sin detener su paso, sabiendo que lo único que lograría con eso sería poner histérica a la mujer. Jeonghan miró por sobre sus hombros unos segundos antes de regresar su vista al frente. Él sabía que Mino estaría mejor en manos de su madre, pero en momentos así...

—No le haré daño, si eso es lo que tanto te preocupa. Estás muy malherida, apenas puedes mantenerte en pie y, a pesar de estar desnutrido, cargar al niño requiere esfuerzo. Si estoy haciendo esto es porque no pienso dejarlo morir.

______ mordió sus labios con fuerza y asintió a pesar de que el moreno no pudiera verla. No sabía si era lo correcto, pero por una vez en su vida, iba a confiar en él. Respiró profundo y secó con fuerza las lágrimas que, sin darse cuenta, habían comenzado a caer. Ahora no era momento de ponerse sentimental, su hijo ya estaba junto a ella, así que su principal prioridad ahora era sacarlo de ahí.

—JR —volvió a hablar, llamando la atención del joven frente a ella.

—Uhm... —musitó sin perder el paso.

—¿Qué... qué pasará con Ren?

Todo su cuerpo se tensó cuando pasaron unos eternos segundos en los cuales no obtuvo ninguna respuesta.

—La prioridad de todos fueron tú y el niño.

—¡Pero...! —gritó desesperada, queriendo protestar.

—Dos Yenaid se encargarán de liberarlo —confesó al fin y automáticamente _____ pensó en Jimin y Namjoon.

«¿Sería posible que ellos hubieran estado de mi lado todo este tiempo?» pensó, sintiendo un poco de alivio en su corazón al pensar que Ren también se encontraría a salvo.

—Estamos a quinientos metros del gran salón —habló Jeonghan, cortando la pequeña plática entre los otros dos, revisando el GPS del moreno que colgaba de su muñeca —. Nos quedan tres minutos como mínimo hasta que las luces regresen, así que debemos-

Antes de que pudiera terminar de hablar, frenó de golpe, chocando contra JR y el niño al oír pasos acercándose a ellos. Rápidamente los escudó y le quitó el seguro a la AK-47 que portaba mientras el moreno cubrió la boca del niño para que no hiciera ningún ruido.

Sus corazones no dejaban de latir con fuerza, impulsados por la adrenalina del momento. Sabían que a partir de ahora las cosas se pondrían difíciles porque se acercaban al sitio con mayor concentración de agentes.

—Quítense de mi camino —espetó la pelinegra, posicionándose frente a Jeonghan.

Sin siquiera vacilar, elevó ambas armas dando dos tiros certeros, a pesar de hacerlo en penumbras, acabando con la vida de los dos agentes que pretendían avanzar hacia ellos. Volvió a recargar sus armas y continuó su marcha, despejando el camino para los otros dos, puesto que no pasó mucho tiempo para que más hombres y mujeres llegaran hasta ellos luego de oír los disparos.

Por Venganza (Nu'est) -3° Parte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora