Capítulo 12.

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Cuando la joven y el alto regresaron al hotel, encontraron al resto descansando, inmersos en un sueño profundo que ni siquiera desapareció cuando ellos entraron por la puerta. Jeonghan fue a encender el aire acondicionado para que los demás no murieran calcinados por las altas temperaturas de la mañana. La pelinegra, en su lugar, fue a encender la laptop para contactar a los traficantes lo más pronto posible. Necesita tener las armas para ahora, así que no planea desperdiciar ni un segundo más. Cuanto antes encuentre a su hijo, mejor.

—______, deberías descansar un poco también. Además... ni siquiera sabemos la ubicación exacta de la guarida de los Mikage y... hasta que los encontremos...

La mujer chistó entre dientes ante las palabras del rubio.

—Tú eras un Mikage, Jeonghan, todos ustedes lo eran. Al menos uno debe saber —gruñó molesta, continuando con lo suyo.

El rubio quiso golpearse mentalmente por eso. ¿Será idiota? ¿Cómo pudo olvidar ese detalle? Si lo que buscaba era distraerla hasta que el enemigo apareciera, no estaba haciendo un buen trabajo. Si tuviera que vivir de sus mentiras, moriría de hambre.

Solo asintió tras el reclamo de la joven y caminó hasta el dormitorio para tomar algo de ropa y darse un rápido baño, sabiendo que la mujer planeaba salir de nuevo por su mercancía.

______ no paraba de enviar y recibir mensajes. Ni siquiera le importaba el precio, solo quería abastecerse de lo necesario para entrar a la boca del lobo, y cuando recibió la tercera notificación, concluyó en que ya sería suficiente artillería para ello.

Apagó la máquina y fue hasta la valija más grande que se encontraba en la sala donde descansaban Joshua y Vernon, la abrió sigilosamente y de allí sacó dos millones de dólares en efectivo para pasarlos a otro maletín más pequeño que la acompañaría a las afueras de la ciudad, donde se realizaría la transacción.

Cuando el rubio terminó con su "rápido" baño, el resto ya se encontraba despierto, bebiendo algo fresco mientras se informaban de los resultados que había obtenido la pelinegra, incluso ya se habían organizado y decidido quien la acompañaría a la transacción. Jeonghan era consciente de que, por el momento, lo mejor sería mantenerse al margen porque sabía que metería la pata, dijera lo que dijera. Él no era bueno con las mentiras, y esta situación ya comenzaba a sobrepasarlo. Si no lo atrapaban, terminaría por volverse loco y confesar su traición.

«Solo te pido que no me odies por esto, ______»


Cuando el sofisticado reloj de la sala marcó la medianoche, Vernon y Ren se pusieron de pie, listos para acompañar a la joven que terminaba de asegurar sus armas en sus fundas, ocultándolas debajo de su chaqueta.

No tardaron mucho en hallar el lugar de encuentro y tampoco esperaron demasiado por los hombres con los que harían negocios. Conociendo a ese tipo de personas, ______ se aseguró de llevar más dinero del pactado antes de caer en la situación de que a los sujetos se les antojara pedir un poco más. Sabía que algo así podía pasar, así que, como buena mujer precavida que era, ya había ido preparada para ello.

Recibió las armas y proyectiles y entregó los billetes, sellando el trato con un apretón de manos con uno de los hombres que parecía liderar a los demás. Tras un "fue un gusto hacer negocios con usted" y "Si nos necesita, llámenos", ambos grupos se giraron hacia un camino distinto y partieron de regreso. Cuando llegaron al hotel, se aseguraron de entrar por las escaleras de incendios para evitar el control en la recepción y las muchas cámaras de seguridad, dispersas por toda la edificación.

Por Venganza (Nu'est) -3° Parte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora