Secretos

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Uff, lo prometido es deuda ¿no? La historia toma un rumbo inesperado creo que para todos, así que no sé si será bien recibido por los lectores, pero a mí me parece interesante.

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***

Thomas abrió los ojos perezosamente cuando pronuncié su nombre.

-¿Qué haces aquí? – Inquirí y en mi interior agradecí a todos los santos que Lance no me hubiera acompañado esta noche.

-¿Cómo que qué hago aquí? – Me dijo poniéndose de pie – Te dije que iba a venir a buscarte.

-Y yo te dije que me dejaras hacer esto a mi manera Thomas, solo han pasado dos días – Dije enfadada buscando la llave de mi piso en el fondo de mi cartera.

-Oh, vamos, ¿ahora tú te enojas? – Preguntó – Luego de que no me das señales de vida por no sé cuánto tiempo.

Abrí la puerta luego de luchar un rato con la cerradura, los nervios no me sentaban para nada bien. Entré exasperada, ahora sí que no sabía que iba a hacer, respiré hondo, era mi culpa y no tenía por qué responsabilizar a Thomas.

-¿No vas a entrar? – Pregunté viendo que Thomas aún seguía afuera.

-No sé si soy bienvenido. – Contestó secamente.

-Vamos Thomas, entra, lo siento ¿Si? Solo que tengo mucha presión, tú, Lance, la semana de la moda… - Suspiré exasperada, la frustración estaba haciendo que mis ojos se llenasen de lágrimas.

Thomas se acercó a mí y me envolvió en sus brazos.

-Lo siento – Susurró – Pero ya no sabía qué hacer, no quiero perderte de nuevo.

-Y no lo harás – Respondí con la cabeza apoyada en su pecho y los ojos cerrados.

Thomas me besó el pelo, yo levanté mi cara y lo miré, lo había extrañado, había extrañado sus brazos y sus labios. Pase mis manos por su nuca y lo acerqué a mi hasta que nuestros labios se tocaron y en ese instante todo lo demás careció de importancia.

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MIKE:

Estaba recién instalándome en mi departamento Neoyorkino cuando de repente suena mi teléfono, era un mensaje de Fran, mi mejor amiga, solo ponía una palabra.

“Ayuda”

Acababa de llegar a la ciudad y Francine ya requería mi ayuda, increíble. La llamé.

-          Gracias a Dios, Michael. – Dijo Francine aliviada.

-          Usaste mis dos nombres en la misma oración – Bromeé.

-          Te necesito más que nunca.

-          Eso dices siempre, ¿Qué pasa ahora?

-          ¿Recuerdas a Thomas? – Preguntó.

-          Si, el idiota de tu adolescencia.

-          Bueno, resulta ser que está en mi apartamento ahora y se quedará unos días. – Confesó con pesar.

-          ¿Bromeas? ¿Y Lance? ¿Cómo permites que ese idiota pise tu casa?

-          Es una larga historia Mike, pero necesito que vayas a lo de Lance urgentemente y lo saques de la ciudad, no sé con qué pretexto, dile que es para la semana de la moda o algo por el estilo, pero no puede venir a mi casa por ningún motivo, Mike te lo ruego.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2014 ⏰

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