Llegamos a mi apartamento, yo estaba verdaderamente agotada, física y emocionalmente, el tema Lance-Thomas me retumbaba en la cabeza todo el tiempo. Sabía que estaba enamorada de Thom, muy enamorada, pero le había tomado mucho cariño a Lance y lo quería un montón, él fue la única persona que supo contenerme y esperarme hasta que yo volviera a confiar en un hombre, cosa que me costó horrores.
-¿Te preparo un baño? –Preguntó sonriente, cortando el hilo de mis pensamientos, dejando los bolsos en el suelo de mi apartamento y yendo hacia el baño de mi habitación sin dejarme responder.
-No te molestes… - Suspiré, ¿por que tenía que ser tan atento?
-No es una molestia, enserio, se como te gustan los baños calientes después de un viaje.
-Gracias Lance – Casi sonreí, claro que lo sabría, mi novio sabía todo de mi, se había tomado la molestia de prestar atención a cada uno de los detalles de mi persona.
**
Al cabo de casi una hora salí del baño, con una leve esperanza de que Lance se hubiera ido a su casa. Pero cuando ingresé a mi cuarto para ponerme el pijama sentí el aroma a pasta, seguramente estaba cocinando sus raviolis con salsa de zetas, eran exquisitos, su especialidad. No voy a negar que me gustó el detalle.
Me dirigí a la cocina con mi pijama de raso negro, compuesto por un short y una camiseta de tirantes, Lance estaba sentado en la mesa ya preparada con velas encendidas y un fondo musical de Norah Jones. Se volteó a mirarme.
-Amo como te queda ese pijama - Sonrió pasándome una copa de vino.
Le devolví la sonrisa y tomé la copa, nos sentamos a comer yo no quería hablar y él parecía entenderlo, por lo que estuvimos casi la mitad de la comida en silencio.
-¿Te gustó? –Me preguntó cuando terminé de comer.
– Estaba delicioso, como siempre – Le sonreí, pero sin mirarlo a los ojos, me sentía avergonzada por haberlo engañado, no era parte de mi forma de ser.
-Gracias… -Contestó pensativo - ¿Fran, te puedo hacer una pregunta?
-Claro –Me puse algo nerviosa, ¿No podía haberse enterado? ¿O sí?
-Te noto rara desde que llegaste, estas cortante, distante y rehúsas de mi mirada ¿Hice algo mal? ¿Estas enfadada conmigo?
-Oh, ¿Qué? – Parpadeé un par de veces, ese planteo me tomó por sorpresa – Claro que no Lance… solo estoy… cansada. No tiene nada que ver contigo.
No dijo más, pero se lo notaba afligido, demonios, ¿Por qué tenía que ponerse así?
Continuamos con el postre volviendo al silencio y al finalizar Lance insistió en lavar la vajilla, yo me fui a la sala, puse una película al azar y me recosté en el sofá, no estaba de humor como para compenetrarme en la trama de lo que veía, solo quería descansar para mañana ir a la empresa lo más enérgica posible.
Al poco tiempo Lance apareció con dos tazas de café.
-¿Quieres? – Me preguntó sonriendo
-Si, pero tendré que negarme por que estoy extremadamente satisfecha, tus raviolis son mi debilidad –Le comenté sonriendo
-Wow, ¿no quieres café después de cenar? ¿Es que se viene el fin del mundo? – Me dijo divertido
Al yo estaba acostada de una forma que ocupando toda la extensión del sofá, Lance tomó mis piernas y se sentó debajo poniéndolas encima de su regazo mientras tomaba el café. Yo no hice nada, no quería pensar en que le iba a decir, hoy no, estaba muy cansada.
**
No se en que momento me había quedado dormida, pero desperté a las 9:00 a.m. en mi cama, bien arropada. Seguramente Lance me había llevado ahí mientras dormía y se había marchado.
Estaba retrasadisima así que me di una ducha rápida y llamé al coche para que me esperara en la puerta cuando bajara.
Cuando estaba bajando del edificio mi celular empieza a sonar, reconocí el numero incluso antes de que el nombre apareciera en la pantalla.
-Hola – Dije sonriendo automáticamente
-Te extraño
-Yo a ti.
-Yo más.- Dijo e imaginaba la sonrísa que tendría en el rostro.
-No, yo.
-¿Ya se lo has dicho? – Me tiro de repente
-Todavía no pude… - Suspiré.
-¿Por qué no?
-Es difícil Thomas, además aún no lo he visto – Mentí
-Claro, y yo nací ayer, ¿me vas a decir que no te fue a buscar del aeropuerto? - Inquirió con enfado.
-No... tenía problemas con su empresa.
-Está bien - Su voz era cortante y fría, estaba claramente enfadado.
-No te enfades, te amo y se lo diré en cuanto tenga la oportunidad, pero no te enojes conmigo
-Yo también te amo – Dijo cortando la comunicación
Dios, los dos me lo harían muy difícil
**
Cuando terminé de solucionar los problemas surgidos en mi ausencia mi secretaria me trajo las invitaciones a la semana de la moda de París que se celebraban en una semana. Demonios, ¿Cómo pude haber olvidado el evento más importante del mundo de la moda? lo estuve esperando desde que inició el año y era obvio que tenía que asistir, y también que Lance me acompañaría, eso solo me traería más problemas con Thomas.
¿Cómo se lo diría? ¿Cómo le diría que tenía que ir de aquí para allá con él y que habría gente sacándome fotos con Lance para que periodistas publiquen en las revistas “La directora de Red Carpet, joven, millonaria y con un novio guapísimo” ya me lo imaginaba… y ya me imaginaba la reacción de Thom.
-Hola guapa, ¿Taly ya te dio las invitaciones? – Me dijo Lance, que entró por la puerta vestido de un traje que le sentaba de mil maravillas, acercándose a mi y depositándome un leve beso en los labios
-Así es – Dije todavía pensativa
Lance se sentó en mi escritorio, al lado de mi silla, y mirándome fijamente me dijo:
-Vamos Francine, tu no eres así, amas este evento, es tu preferido y mira la cara que tienes. Desde ayer estas rara ¿Por qué no me quieres decir que te pasa? ¿Acaso no confías en mi? – Me acarició la cara levemente, lo miré a los ojos
-Lance… quiero decirte algo…
-Dime – Me dijo preocupado
-Yo…
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Dulces Adicciones
RomanceFrancine no parecía ser una chica problemática, pero como todos sabemos: las apariencias engañan. Ella siente que nadie le presta atención, su madre falleció en un accidente y su padre vive en el trabajo. Y la mejor manera que se le ocurrió para lla...