i.

32 9 5
                                    


"CIUDADES SITIADAS" era lo único que se leía en la tele, pero yo no entendía. La mano de Wade se suelta de la mía mientras corre con el grupo, e intento reaccionar y seguirlas. La gente grita, y era la primera vez que recuerdo ver tanta... Tanta sangre.

De alguna forma logro golpear a esa cosa antes de que alcance a Iris, sin darme cuenta de los alaridos que les estoy pegando para que corran más rápido.

Linda forma de terminar el Lollapalooza.

Al pasar frente a un auto, me desconcentro por ver las lágrimas en mi cara. ¿Estoy llorando? Se me iba a correr el maquillaje, y me había costado mucho el delineado.

Ahora es Christianne la que tira de mi brazo, histérica. Me había vuelto a quedar colgada, pero es que todo es tan raro. Tan imposible, incluso, tan mágico me atrevería a decir.

Digo, es raro llorar y no darse cuenta.

Trastabillando, me adelanto y corro, guiándolas por unos pasillos por donde no va nadie. No sé cómo llegamos a un recinto, aunque por la cantidad de guardias que huyen, calculo que no deberíamos estar allí.

Tardo en darme cuenta de la horda de monstruos que avanzan contra nosotras. Sólo sé que tenemos que actuar, o estamos muertas.

Mis pies duelen, y no sé si podré soportar más el llanto histérico de mis compañeras. Habíamos sobrevivido, y solo ahora me estaba dando cuenta.

¿Alguna vez has entrado en shock?

Bueno, deja que te explique.

Primero no te das cuenta. Todo parece... parece que pudieras llegar a la luna si te lo propusieras. Eres tú y el mundo, el universo, los problemas; eres el superhéroe, la heroína que puede lograr lo que sea. Una bala en tu pierna, un padre muerto, mil bombas en el cielo. Todo es ajeno. Todo está lejano. Uno y el mundo.

Y después, tenés que desactivar el botón de pausa.

Los cortes sangran y duelen, y el alma se desgarra por la muerte de un ser querido. ¿Cosas claras? No, no las hay, y lo imposible ahora es sólo parte del día a día.

Yo estaba en shock. Y recién me estoy despertando.

Miro al grupo de personas que estaba frente a mí, y sonrío. El abdomen me duele mucho y me siento mareada, pero a ellos, los conocía.

-Oh, esto es raro.- digo, sintiéndome bajo los efectos de alguna droga.- Ustedes son mis ídolos!-exclame soltando una risita, antes de trastabillar y agarrarme al respaldo de una silla. Al apartar la mano de mi abdomen, frunzo el ceño confusa. Esta roja.

Mis ojos se desvían un poco más, y veo las manchitas rojas que han empapado el suelo y algo más antes de este.

-Oh, mierda. Lo siento. Creo que en el concierto dijiste que esos eran tus zapatos nuevos.-le murmuro con suavidad a Nikolai y, entonces, me desplomo contra el suelo.

indigo heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora