vii.

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-Veo veo.
-¿Qué ves?
-Una cosa
-¿De qué color?
-Rojo.

Silencio.

-Niko, cariño...-empezó Kala.
-Si.
-Te das cuenta de que es la tercera vez que dices rojo.
-Ajá.
-Y que la única cosa roja es ese vaso. Otra vez.
-Ya sé.

Suspiro.

-¿Es el vaso, Nikolai?
-No. -respondió y soltó una risita, que se mezcló con las carcajadas de Demi.

Kala gruñó y apoyó la frente en la mesa, escuchando maldecir a Oliver.

Iris estaba recostada en la alfombra, más dormida que de costumbre. Ellos ya habían cenado, y hacía media hora que estaban con aquellos juegos infantiles.

Kala ya se estaba desesperando.

Si algo no sucedía en ese moment-

La mesa en al que tan cómodamente se apoyaba y quejaba despareció, causando que sus codos chocaron contra el piso. Al alzar la vista, se topó con la de Demi, quien la miraba tan o más asustada que ella.

El sitio era oscuro. Terrible. No estaban en una cueva, pero bien podría serlo.

Al levantarse con rapidez, las puntadas en los raspones en las rodillas se mezclaron con las de su herida. Niko la asió por la cintura antes de que el dolor la hiciera caerse. Demi estaba algo más complicada: le intentaba servir de apoyo a Dalton al mismo tiempo que hacía esfuerzos para calmar a Iris.

-¿D-Dónde estamos?-Susurró Iris, ya arriba, ya atenta.

-No sé. Sólo hay una salida, y no tengo confianza de que sea sensato usarlo.

Kala estaba convencida. Esto era un sueño. Y si era un sueño, entonces...

Soltándose de Nikolai caminó firmemente (bueno, no tanto) hasta el hueco, ignorando el grito frustrado de Demi y los pasos detrás de ella.

Se convenció al ver aquel espacio de que no estaban en una cueva, y de que ellos estaban en un estado onírico (por lo menos, de que ella lo estaba).

La sala amplia, blanca, y millonaria se abría frente a ellos, causándoles curiosidad

y una
puerta
cerrada.

Los tomó desprevenidos, les causó una sacudida adentro.

Un sueño Kala. Solo un sueño.

Solo una jodida pesadilla.

En ese momento oyeron un golpe, el ruido de otra puerta.

-¿Will?-murmuró Nikolai confuso, antes de que su amigo cayese al suelo, agotado.

Una risa interrumpió al baterista.

-No creí que a los Winchester les gustaran tanto las cosas rotas.-el hombre que apareció era feo, bajo, y agraviado con un traje jodidamente caro. Acercándose a Kala, tomó su mano y le beso el dorso.- Deja de mirarme así cariño. No soy tan malo.

Kala le sacó la mano de un tirón y retrocedió un par de pasos.

-¿Y entonces qué clase de persona nos encierra y desmaya a nuestro amigo?- le espetó Niko, adelantándose a la par que ella retrocedía.

-¿Persona? Creo que ninguna. Esas si que son malas. La cosa es, Fletcher, que yo no soy persona, y que tú ya me conoces: Me llamo Gabriel, y soy un arcángel.

.

-Angie.
La chica permanecía sentada, sin contestar.

-An, nena.

Callada, respiraba profundo.

indigo heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora