ii.

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La primera en explotar en un llanto histérico, fue Demi. Sin importarle quién es, solo atinó a darle un empujón a Nikolai para sacarlo del camino y agacharse junto a Kala. Sus manos acariciaron su rostro, pálido, lo golpeaban suavemente intentando que reaccionase. Decir que las lágrimas corrían por sus mejillas es quedarse con algo insulso: cataratas agrias de desesperación empapan las paredes de su rostro.

El resto estaba quieto, con miedo de respirar. No observaban más que a los propios, los demás no les importaban. Las seis chicas conscientes salían del shock, comprendiendo lo que sea que está pasando. Y los chicos... Bueno, los cuatro tenían la suerte de no estar tan shockeados.

Casi como si acabaran de levantarse, William e Isak se abrieron paso entre las chicas, reaccionando y cerrando la puerta con fuerza. El golpe sacó de la ensoñación a Chris, quien reparó en ellos por primera vez.

-¿Qué están haciendo?- les dijo, tal vez más agresiva de lo necesario.

Los ojos de Will pasaron sobre ella, casi ignorándola por completo. Mordiéndose el labio, apartó los cabellos de la frente mientras intentaba acomodar mejor el escritorio. Bufó por lo bajo, no es suficiente. Masticó su labio con furia, allí donde alguna vez hubo un piercing, intentando comprender como trabar la puerta.

Isak fue mucho más amable. Estirando la mano, esperó a que ella se la tomara para ayudarla a pararse.

-Necesitamos trabar la puerta, o esas cosas van a entrar. Perdón si te empujamos al pasar...-comentó mirándola confuso. Ella no reaccionó hasta pasados unos segundos.

-Ah. Chris. Soy Chris.- el morocho sonrío confuso ante el extraño nombre.

-Chris. Perdón por tirarte. Y perdón porque tengas que soportar los gruñidos de este rubio idiota.

-¿Puedes dejar de intentar follarte a la chica y ayudarme con esta mierda?- les espetó violento. Ellas no lo sabían, pero algo lo había afectado.

Nadie de su familia le había atendido el teléfono, y a William lo carcomía la culpa.

Del otro lado de la pieza, Niko intentaba entender como acercarse a la pelirroja para que lo dejase revisar a su amiga. Siendo su madre una enfermera, tenía algo de conocimientos básicos que podían ayudar a la chica de cabellos lilas que estaba quieta en el suelo.

Daemon entendió a su amigo, y comenzó a caminar hacia Demi. Mas no dió dos pasos que la puerta se abre con fuerza, arrancándoles a todos sonidos ahogados.

Angie y Wade fueron las primeras en reaccionar, tomando a la desmayada y arrastrándola lejos de la puerta. Nadie reparó el sutil rastro de sangre.

Demi se paró demasiado rápido, trastabillando, empujando y cayendo al suelo con Daemon. Ambos miraban aterrados la puerta.

William e Isak se detuvieron en seco, Chris también. Iris tomó la mano de la ojiverde, quien la acercó instintivamente, posesivamente. Nadie lastimaría a su hermanita.

La magia de aquel multiconcierto se había esfumado.

Sin embargo, tanta parafernalia era innecesaria. En el umbral de la puerta aparecieron personas, no demonios.

Un chico muy alto con cabello castaño servía de apoyo a Oliver Dalton. Tod Shendlar estaba más pálido de costumbre, y Studly susurraba cosas en su oído. Así fueron entrando a aquel gran recinto más de un artista, ahora tan solo un sencillo humano. Y al final, dos hombres más: uno de tristes ojos celestes con gabardina beige, flanqueado con un rubio lleno de cicatrices que cargaba una escopeta.

Éste miró a su alrededor, identificando a las nuevas personas. Visualizó a la chica herida, a todas las heridas. Al rubio furioso, al morocho resignado. Volvió a ver a su grupo, también derrotados. Y entonces, solo suspiró.

-A ver, señoritas. Vamos a hacerla fácil. Ustedes, necesito que se sienten. Sam, Cas, revísenlas. No podemos permitir que estén débiles. Eh, colorado –dijo, mirando a Shendlar- Busca toallas y ponlas en el piso. Y que alguien acomode con cuidado a esa chica sobre ellas. El resto es fácil. Matar, o morir. ¿Estamos de acuerdo?

A sus palabras, las siguió un tenso silencio.

Un golpe resonó en el lugar, y las chicas ahogaron un grito.

-Joder.-bufó Dean por lo bajo.

Blanche se había desmayado.

indigo heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora