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Harry se había ido hacia una hora y como prometió, había dejado a un par de sus hombres que ayudaron a Louis a instalarse en su nueva habitación, mientras que, sacando sus cosas, se encontró con los hombres que trabajaban con Rebecca, con estos metiendo apresurados las cosas de la omega a la que próximamente sería la habitación de ambos.

"Veo que al fin Harry se ha dispuesto a sacarte de nuestra habitación." Junto a la puerta, la rubia se hallaba, parada con altivez, en un bello vestido rojo pegado que dejaba ver sus piernas y esos tacones de aguja. Le sonrió con arrogancia y ese labial rojo que hacían juego a sus ojos grisáceos.

Louis ladeo el rostro mostrando una notaría línea que podía pasar como mueca.

"Digamos que le estoy haciendo un favor." Se encogió de hombros.

"Favor!?" Exclamo la omega con cierta irritación.

"Así es. Estoy respetando su matrimonio, claro, no pido mucho a cambio. Como ve, se me dará una nueva habitación. Es todo." Rebecca bufo algo colérica dando pasos hacia el castaño y empujándole breve para así quitarlo del camino a la puerta de la recámara del alfa.

"No me hace ningún favor el que ya no vayas a dormir a su lado. A fin de cuentas, y recuérdalo, ese alfa es mío." Exclamo con maña, pasando de largo al más bajo y desapareciendo de su vista.

Louis se mordió el labio negando.

Rebecca se había portado muy egocéntrica con el, pero su paciencia aún no acababa. Le daría el resto del día para que ambos pudieran hacer La Paz.

Si.

Asintió para sí mismo caminando por los pasillos hasta ver la puerta de su nueva habitación.

Entro algo emocionado y cerró rápidamente.

Su ropa estaba ahí, con de sobra, pues Harry le había comprado más, aunque no se había tomado el tiempo para verla.

También, con todo aquello, se encontraba de igual manera una televisión de pantalla plana, una amplia cama, con tocador y un gran armario.

El baño tenía tina y regadera, el piso alfombra, las ventanas, grandes cortinas y ahí, en una esquina, una pequeña mesa desayunadora, donde en medio, residía un teléfono.

Louis abrió los ojos demasiado emocionado.

Pues, que haría un teléfono ahí sí no es para otra cosa que para su uso.

Y juro que le besaría los pies a Harry cuando volviese, aquello era maravilloso.

Nervioso levanto el teléfono sin embargo se preguntó por dónde comenzar.

No sabía el número de su casa, y menos si ahora, cuatro años después Lottie tenía algún celular.

Mordió su labio decidiendo entonces marcar a una operadora.

"Me puede conseguir el numero de la casa de Mark Tomlinson?" Preguntó con nerviosismo apenas y le respondieron.

"Un momento por favor." Se apretó más el teléfono al oído tratando de no perder lao detalles de la espera. "8-88-65-34" dictó la mujer. Louis lo memorizo una y otra vez antes de dar las gracias y colgar. Entonces, inmediato marco aquel número.

"Hola?" Y soltó el aire cuando fue la voz de mujer quien contesto.

La reconocía muy bien, no había cambiado mucho.

"Mama?" Jay se quedó helada a penas y oyó su voz.

"L-Louis?" Unas pequeñas lágrimas empezaron a brotar de sus océanos secándolas enseguida.

Vendido. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora