Vendido. "Larry"

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La última maleta fue bajada.

Los hombres de negro, como Jay les decía, iban  y venían acomodando todo en la nueva casa que Harry le había comprado a Louis.

Era especialmente cómoda.

Tenía cuatro habitaciones, cinco baños, una gran cocina que el alfa se encargó de dejar equipada con todo lo que su omega pueda querer para comer, una gran sala y un patio hermoso, donde una gran alberca se posaba.

Había tardado algunos días para que Louis convenciera a Harry de que el irse de la mansión Styles era lo mejor para el.

Con Fitzgerald y Rebecca Bernabéu ahí, su ya un hecho, embarazo, se vería en peligro, pues no era tonto; eran muchas las cuestiones a tratar, empezando por qué ambos tendrían un hijo de Harry, el jefe.

Le seguía el hecho de que, aunque su hijo fuera considerado un bastardo, sabía bien que para ese alfa de ojos verdes su bebe sería legítimo.

Entonces pasamos a la cuestión donde, no se sabría quién tendría a un hijo alfa, omega o beta.

Si sería niño o niña.

Quien nacería primero...

Cosas que enseguida ponían en peligro la integridad de su hijo.

Y ahí estaba, ya oficialmente fuera de esa casa, con un mes de embarazo, aún muy pronto, pero feliz.

Desde esa día en el que se enteró de lo que en su vientre habitaba, sus mañanas habían mejorado; las sonrisas en su rostro eran muy comunes día a día, con Harry mimándolo más a pesar de su vientre aún plano.

Ahora, ambos sabían que se amaban.

El uno al otro, con mucha intensidad.

No se cansaban de repetírselo, más el rizado al pequeño omega, pues sus demostraciones siempre eran notables.

"Estamos a tiempo de retractarnos..." Murmuró bajito el alfa mientras abrazaba por detrás al castaño, que estaba verificando el arreglo de los últimos detalles de la sala principal.

"Hazz..." Suspiró él omega. Louis se volteó hacia el sonriendo al ver ese puchero se se había formado en su rostro, colocándose de puntitas para así besarle tiernamente. "Ya hemos hablado de esto... Además, sabes que puedes venir cuando quieras. Digo, no es como si no pudieras, la casa a fin de cuentas es tuya."

"Sabes que todo lo mío es tuyo, Lou." Negó el alfa. Louis no respondió, solo se dedicó a seguir alzado de puntitas, con el rostro pegado a su cuello, aspirando el delicioso aroma de Harry, embriagándose de él hasta saciarse.

Sonrió.

Tenía todo lo que alguna vez, en sus épocas de adolescente, pudo querer.

Una familia.

"Los interrumpo chicos?, lo siento, es que ya está todo listo." Sonrió Jay, mirando a su pequeño omega sonrojado separarse un poco del alfa quien ya le tenía prisionero entre sus brazos, y sin soltarse, dejar que se volteara para ver a su madre.

"Está bien mami. Harry ya se iba..."

"Así?" Dijo el rizado, mirando extrañado al más bajo.

"Si." Refunfuñó Louis. "Tienes trabajo, recuerdas." Harry rodó los ojos resoplando, yendo enseguida a esconderse en el cuello del castaño.

"No quiero." Murmuró como un niño pequeño.

"Hazz..."

"Que no." Puntualizó. Louis suspiró pensando en que sería cuando tuviera a su bebe en sus brazos, tendría entonces a dos bebes!