Are you challenging me?

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Nico odiaba el Volley Ball. Puto Loui. Ahora, sentado a la sombra de una palmera, fingiendo que está mimando a la Señorita O'Leary mientras observa el partido, deseaba con toda su alma que fuera el fin del mundo, con un apocalipsis Zombi y una horda de ellos se comieran a Loui. Ok, estaba exagerando, pero en serio odiaba a ese imbécil.

Calipso y Leo se habían unido al equipo de Loui y Will. Hazel y Frank se fueron a caminar por la playa. Piper estaba bronceándose junto a Jason a unos cuantos pasos de distancia.

-¿Quieres ir a nadar, Nico?- preguntó Percy, quien tenía a Annabeth sujeta de la mano.

-No- se limitó él a contestar.

-De acuerdo... Entonces Annabeth y yo nos iremos...

-Nico...- intervino Annabeth- Si en serio te molesta que Will esté con Loui, deberías decírselo.- El italiano la fulminó con la mirada.- De acuerdo, me callo, no dije nada. Olvídalo.

Annabeth y Percy se despidieron de él y luego se fueron. ¿Por qué seguía Nico ahí sentado viendo el partido de Volley Ball? Porque le daba la puta gana, no había ninguna razón en específico. No se debía a Will. ¿Celoso él? Ja, nunca de los nuncas. Basta. Fin del Tema. Adiós. Fin del Capítulo. Lárguense, no hay nada que ver aquí.

(N RL: No le hagan caso a Nico, pueden seguir leyendo).

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-¿Crees que Nico vaya a estar bien?- preguntó Annabeth.

-Nico no es quien me preocupa, pero por el gesto con el que mira a Loui, creo que muy pronto el pobre va a ir a dar al hospital. ¿Qué crees que haya pasado? Will se veía bastante molesto en el desayuno, pero no creo que fuera por lo que dijo Piper.

-No, tampoco yo estoy muy convencida de que fuera por eso, pero creo que es algo que deben solucionar entre ellos.

-Sí, estoy de acuerdo. Tú siempre tienes la razón- dijo Percy. Annabeth simplemente sonrió. Amaba cuando él le daba la razón, pero sabía que lo hacía con sinceridad, porque realmente la escuchaba, y confiaba en su criterio lo suficiente como para no pensárselo dos veces antes de creerle.

-¿A dónde vamos?- preguntó la rubia al ver que se alejaban de las demás personas.

-Ayer en la noche vine a caminar un rato, y encontré un lugar que quiero mostrarte- contestó él- Aunque está un poco lejos, tendremos que caminar... ¿Te molesta?

Annabeth negó la cabeza, sin embargo Percy se detuvo y la abrazó por la cintura, pegándola a él. Luego se inclinó hacia ella y la besó, lento, disfrutando del momento, como si fueran eternos, como si el tiempo no pasara para ellos.

-Para el camino- dijo él cuando al fin se separaron. Annabeth estuvo a punto de tener uno de esos ataques que tenía Piper a causa de la ternura extrema, pero al final pudo controlarse.

Después de al menos diez minutos, y tras atravesar una pequeña cueva, llegaron a un lugar escondido. Como una pequeña isla secreta, no había nadie ahí, se respiraba calma, los pájaros cantaban. Había un gran trozo de mar que justo ahora les pertenecía a ellos.

-Wow, Percy... Esto es maravilloso.

-Lo es verdad- Annabeth lo miró y pudo notar como el miraba hacia el océano. Sus ojos verdes brillaban, su rostro mostraba una calma infinita, su cuerpo se veía tan relajado como si recién acabara de salir de una sesión de masajes. La rubia se dio cuenta en ese momento que Percy pertenecía a ese lugar, al mar. Él era parte del mar, como el mar era parte de él.

-Mi mamá y yo viajábamos cada vez que podíamos a la playa- explicó él- Siempre teníamos momentos inolvidables... Cada vez que veo el mar, recuerdo esas cosas, esos tiempos, y lo mucho que la amo.

Crossing Roads - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora