Día Libre

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IMPOSIBLE.

Aceptar una cita con Bryan. Patinar con Bryan. Besar a Bryan. Negar que haya caído en los encantos de Bryan. Rechazar a Bryan. Celar a Bryan. Dañar a Bryan.

Puede que haiga hecho mal.

Para mantener limpia mi imagen utilice los sentimientos de alguien más y probablemente fue la peor idea que he tenido; lo obtuve comportándome como un insensible con Bryan. Él no me había hecho nada malo, al contrario, hizo cosas muy lindas por mí y se lo agradezco bastante –incluso hasta ahora la venganza parece estar lejos de sus deseos–; y a pesar de sus buenas intenciones y lo alagado que estoy por ello, actué como un imbécil hacia su persona. De cierta manera es mi culpa que Bryan éste molesto con todos nosotros.

He mencionado la posibilidad, no estoy aceptando la carga total de aquel desastre. No es mi culpa, al menos no lo es por completo; tristemente mis buenos colegas –Alonso, Jos y Alan– también son responsables de los hechos. Ahora ellos me odian porque Bryan no quiere verlos ni en pintura. ¿Lo pueden creer? ¿Bryan evitándonos? El chico necesita tomarse las cosas con humor.

Si estuviera en los zapatos de Bryan, me reiría muy fuerte y continuaría con mi vida como si nada hubiese pasado. Sólo analicémoslo: Si hubiese sido yo el utilizado, consciente de los nulos sentimientos hacía mí de la persona que me gusta, honestamente, al descubrir que nuestra cita fue un engaño, no estaría indignado como Bryan lo está. Él se lanzó a un vació sin fondo, no yo; Él metió las manos al fuego, no yo; Él quiso romperse el corazón, yo no. Bryan ya lo sabía, ¿por qué insistir?

¿Por qué me elegiste?

Me levanté de la cama y fui a verme en el espejo de cuerpo completo para retocarme el cabello, aunque sea el par de rizos rebeldes que traía. Solté un exhaustivo suspiro al no encontrar una mejor forma de verme menos... decaído. Extrañamente me sentía mal, con el estomago revuelto. No recuerdo haber comido algo echado a perder ni mucho menos he salido al puesto de tacos que hay en la esquina del vecindario. Por un momento pienso ir a ver un doctor, pero descarto esa idea de inmediato al recordar mi miedo por las agujas. Soy como Goku en ese aspecto. Eso me recuerda a Bryan y el porqué de mi madrugada en éste hermoso día llamado "sábado"...

¡Es injusto que sea el único acusado con Elenha!

A mis espaldas, a quienes consideró como mis amigos del alma, a mis colegas, hermanos hijos de otro fulano, fueron a chismearle a Elenha el supuesto desastre que creé; también le pidieron ayuda para conseguirle un buen psicólogo a Bryan, pues dicen que le cause un gran daño emocional. Eso llegó demasiado lejos, yo no le cause nada a nadie, y aunque fuera así, también fue su culpa que Bryan no tenga ganas ni de beber agua. Pero como Elenha le cree más a ese trío de imbéciles no tuve otra opción más que aceptar una larga y jocosa charla con la sexta integrante de nuestro círculo social. ¿A caso ya les mencione que es mi hermanastra?

Esperé acostado en mi cama a que Elenha viniera. Dijo que quería mi habitación impecable y a mí aseado, arreglado y dispuesto a entablar una conversación seria con ella. Eso último no sé si lo lograré, me cansa hablar siempre de lo mismo, darle importancia a algo tan insignificante como una cita forzada. Pero como Elenha es más terca que una mula tendré que narrarle lo sucedido.

—Recuéstate bien y cuéntame lo que paso —Paddgy entra a mi habitación sin siquiera tocar y comienza a ordenarme, usando un timbre de voz firme y hostil.

Hago lo que me pide sin rechistar y miro al techo obligatoriamente, ya que verla a los ojos pienso que no es buena idea.

—Anda, desde el comienzo —pide.

A-M-I-G-O-S (Breddy Meyva) | #BreddyWeek |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora