Día libre.

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Otra vez.

¿Cuánto tiempo a pasado? No he podido ni contar los días. Me hace falta incluso el aire. ¿Qué es esta opreción en mi pecho? ¿Es mi corazón pidiendo ayuda? ¿O solo estoy muriendo? Deberías estar aquí, cuidandome; pero estás allá, intentando encontrarme.

-Freddy, ¿bajarás a cenar?

Oí la voz de mi madrastra hablarme desde la puerta. Mi cuerpo reaccionó a su delicada voz. Estaba preocupada, y eso me tensó hasta los huesos.

-No tengo hambre -conteste desde mi posición fetal sobre la cama. Ella se acerco a mí y acaricio mis cabellos.

-A veces necesitamos reflexionar nuestras elecciones, cariño, pero no es justo para nadie pagar tan cruelmente tu lío mental. Si no estás seguro de estar con Bryan debes decírselo. Estoy segura de que lo comprenderá.

《¡Pero yo no!》

-Bajaré cuando me dé hambre, lo prometo. -Quite las manos de mi madrastra sobre mi cabello y continúe dándole la espalda. -Quisiera dormir un poco más. ¿Podrías...?

-Ya me estoy yendo -dijo al caminar hasta la puerta y detenerse en el marco-. Bryan llamó a la casa once veces. Hoy no lo ha hecho. Tal vez se dio por vencido.

Sus palabras quedaron rondando en mi habitación. Al cerrar la puerta ellas vagaron entre las cuatro paredes sin encontrar una salida. Me atormentaron.

-No quiero que te rindas -susurré entre mis sollozos-. Te necesito.

Oculté mi rostro sobre la almohada que estuve abrazando todo este tiempo. De alguna manera se convirtio en un inseparable amigo junto a la soledad.

Temía que en algún momento Bryan se diera cuenta de lo poco que valgo. No lo culpo. Soy una miseria. No estoy luchando. He preferido huir. Decidí alejarme de lo que más amo porque permití que el miedo fuera latente. Lo alejé sin darle explicaciones. Desaparecí de su vida porque no comprendó la mía. Ni siquiera sé quién soy.

¿Es correcto amar de la manera que yo lo hago?

Me levanté de la cama y fui al comedor. Puede ser contraproducente gastar tanta energía en llanto cuando no tengo nada en el estómago. Mi cabeza daba vueltas y sentí que las tripas me apretaban. Estaba tan deprimido que no me di cuenta de la realidad.
Al pasar por el corredor me vi en un espejo y toda mi alma huyó de mi cuerpo. Adelgace, es poco, pero mi tono de piel y mi cara echa un desastre me delataban. Sé que me contuve con la comida pero no recuerdo hasta cuándo. Tal parece que fueron varios días. ¿Qué día es hoy?

-¿Ahora entiendes nuestra preocupación?

Mi padre me veía desde el final del pasillo con los brazos cruzados. Por su expresión ya sabía lo que iba a decirme. Solo hace esa cara cuando intenta ayudar a las personas. Solía hacerla con mi madre cuando le daba apoyo durante su enfermedad.

-Cuando nos presentaste a Bryan fue una sorpresa...

-Papá, no quiero hablar de eso...

《No quiero escuchar como te decepcione》

-Me sentí muy feliz por mi hijo.

Alce la mirada y lo vi fijamente. ¿Escuché mal?

-Te vi sonreír como hace mucho no lo hacia. Vi en sus ojos lo que yo una vez sentí por tu madre. Él... de verdad te ama.

-Y yo.

-¿Pero?

Negué con la cabeza y vi abajo. No supe qué decir.

-No siempre seremos capaces de amar con el corazón. Si tú amas a Bryan, ¿qué te detiene?

-Tal vez no soy lo suficiente. Quizás no estoy hecho para amarlo.

-No necesitas encontrar una respuesta externa, Freddy. Sólo estás amándolo. ¿Tiene algo de mal sentir amor por una persona?

-Suenas como mi madre.

Él sonrío.

-Tal vez son las palabras que a ella le hubiesen gustado decirte. Alfredo -se acercó a mí y me tomo por los hombros-, mantente lo más cercas que puedas de la persona que amas.

-¿Lo dices por ella?

-Quiero que seas feliz, ¿de acuerdo? No importa con quién sea.

De alguna manera las palabras de mi padre me dieron paz.

-Lo prometo.

Sus brazos me envolvieron con fuerza. Nunca pensé que volvería a sentir aquel abrazo. Era tan identico. Creí por un segundo que abrazaba a mi madre.

Soy un idiota.
Perdoname, Bryan.

A-M-I-G-O-S (Breddy Meyva) | #BreddyWeek |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora