Smut

586 47 28
                                    

ME EQUIVOQUÉ.

Frente al espejo, vi mi cuerpo desnudo.

Abundantes marcas rojas abarcaban todo mi dorso. Debajo de mi cuello aún se encontraban rastros de saliva. Tenía el cabello completamente desordenado, revuelto y muy difícilmente podré peinarlo. Mis labios se hallaban completamente rojos y pequeñas heridas los hacían parecer agrietados. Me vi la palma de mis manos y el recuerdo de su piel memorizada por ellas apareció. Las piernas me temblaban aún, recordando cada embestida y su virilidad desgarrándome. Su esencia todavía se encontraba dentro de mí. Escuché su voz ronca y profunda atravesar mis oídos nuevamente. Oí mis gritos, cada gemido que me robó, el zumbido de mis jadeos por toda la casa y mi voz desgastarse. Sus manos recorrían cada parte de mi piel, acariciándome con fervor y tanta dulzura que estaba embelesado. Me aprieta más a su cuerpo y permite que la sensación sea más erótica, todavía más dichosa. Estuvo satisfaciéndome toda la noche, navegando mi piel sensible, obligándome a jamás olvidarlo. Repetía mi nombre tantas veces, tan cercas de mi oído y excitándome con su ronca voz. Me llevo al éxtasis, al cielo, me bajó las estrellas y me dejo al borde de la muerte. Fueron sus labios besándome, sus dientes marcándome, sus manos tocándome.

Y el momento acabó, sólo quedaron restos de la noche y marcas para resto del día.

Gire sobre mis talones, encontrándome con Bryan dormido sobre mi cama, descansando del día anterior. Me acerco hasta él y lo envuelvo en las cobijas, tratando de cubrir su cuerpo desnudo. Regresó a mi lado de la cama, abrazándome a mí mismo y sólo usando una sabana individual para cubrirme del frío de la mañana. No he podido dormir desde que tuve sexo con Bryan, cada vez que cierro los ojos recuerdo con toda claridad lo que hicimos, y estoy tan aterrado de las consecuencias.

Las horas pasan y los rayos del sol me golpean la espalda, transmitiéndome su calor. Verifique la hora en mi celular, percatándome de las tantas horas sin dormir que tuve y de las horribles ojearas que tendré después. Lanzó mi celular al suelo sin preocuparme de nada y trato de conciliar el sueño. Sí, pienso dormir todo lo que resta de mi flojo domingo. Son las seis de la mañana, también necesito descansar, me duele todo el maldito cuerpo.

El canto de las aves y el cálido sol colándose por mi ventana me arrullan como cuan bebé y por fin caigo en el quinto sueño. Pero cuando creí que la pesadilla había acabado, una mano ajena frota mi cintura y se arrastra hasta mi espalda, recorriéndola con un solo dedo. Abro muy bien mis ojos y me cohíbo ante el tacto. La piel se me eriza tras sentir sus labios sobre mi espina dorsal, besándome con tanta tranquilidad y precisión. Me toman con delicadeza y me arrastran hasta su cuerpo. Sus brazos me rodean en un cálido acurruque, plasma un pequeño beso debajo de mi oreja, proporcionándome tanto amor que me hace sentir protegido. Dejo de estar tenso, me relajo en su abrazo y cierro mis ojos, de nuevo conciliando el sueño.

—Duerme, bebé —me susurra Bryan al oído, robándome una sonrisa.

—¿Bebé? —pregunte, volteando un poco la cabeza para verlo— ¿Por qué me llamas "bebé"?

Su mano acarició levemente mi mejilla, no apartando su vista de mí. Sonríe de lado y me besa.

—Sólo duerme. Necesitas descansar —me acomoda mejor en sus brazos y me cubre con las cobijas que él tiene sobre su cuerpo—. ¿Te duele algo?

—Estoy bien, mañana desaparecerá la sensación. Sólo es incomodidad.

—De acuerdo —murmura—. Descansa.

Me sentí mucho mejor al tenerlo aquí conmigo, abrazándome, mimándome. Entrelazo nuestras manos y beso los nudillos de Bryan, siendo inconsciente una vez que el sueño intenta invadirme. Cierro los ojos y no veo nada más, salvo un cuadro negro que recrea imágenes sin coherencia. Los golpeteos a mi puerta me despiertan nuevamente, y trato de hacer oídos sordos a ello.

—¡Alfredo Leyva! ¡Ábreme ahora, maldito fodongo! —grita Paddgy, azotando su mano contra la madera procesada— ¡Freddy!

Vuelvo abrir los ojos, pero está vez de forma abrupta. Me levantó de golpe y recojo mis ropas para posteriormente ponérmelas con mucha prisa. Recuerdo que Bryan está desnudo en mi cama y maldigo por debajo del ruidoso escándalo de mi hermanastra. No tengo salida, o escondo a Bryan en el armario o debajo de la cama, por muy cliché que suene aquello.

Expulsó aire por la boca y me volteó hacia el castaño, pero en vez de verlo a él, lo único que encuentro es una nota en su lugar. Observó toda mi habitación, inspeccionándola, y me percato de la ausencia de las ropas de Bryan en el piso. Escuche el vibrador de mi celular y lo recojo del suelo; un mensaje de las noticias. Chasqueó la lengua, harto de los constantes mensajes sin importancia que me llenan la bandeja, y estoy a punto de lanzar de nuevo el teléfono cuando aprovechó que lo tengo a la mano y me cercioro de la hora... ¡Son las dos de la tarde!

—¡Freddy, abre la maldita puerta!

Agarró la nota y leo su contenido.

—Por fin —expresa Elenha, entrando a mi habitación. Silva a modo de impresión cuando ve cada esquina de mi cuarto—. Que desorden. Sí que se divirtieron.

Yo no le respondí, en cambio le extendí la nota con la caligrafía de Bryan. Mi expresión era neutra, veía un punto indefinido con los codos apoyadas en las rodillas y mis manos entrelazadas, dándole leves golpeteos a mi boca. Elenha no dice nada después de leerla, sólo me ve con tristeza y se sienta a mi lado mientras su mano hace círculos sobre mi espalda, tratando de apoyarme.

—Lo siento mucho, Freddy.

Y las lágrimas se desprenden de mis ojos. Cada una describía mi dolor de diferentes formas. Pesadas y abundantes, cayendo a gran velocidad y dibujando caminos desastrosos. Me sentía sucio, como un juguete sexual de un individuo asqueroso, la basura desechada. Mi pecho dolía, arde como el infierno y de pronto me siento débil. Respiró hondo, calmando cada sensación que iba acabando conmigo, pero era solo el comienzo. No lo resisto más y empiezo a gritar a los cuatros vientos. Me apoyó en Elenha y me aferró a su cuerpo, buscando esa misma protección que Bryan me dio en la mañana para sentirme bien, pero no pude, no era lo mismo. Mi corazón no estaba roto, fue echó cenizas y estás fueron utilizadas apagar las llamas de la pasión, me destruyeron por completo. Trate de ser fuerte, de callarme, fingir que nada de esto me afectaba pero no lo pude hacer, mi garganta necesitaba expulsar todo éste dolor nada más que crece y crece. Maldita sensación de miseria sembrada en mí.

Estoy destrozado.

"Perdóname. Esto nunca debió pasar. No me odies por favor. –Bryan."


¡Hola, hola!

¡MR. DRAMA DE NUEVO HACE DE LAS SUYAS! Gracias, chicuelas, gracias. No más aplausos, todos son muy amables >:D
Eres cruel, Mr. Drama.
También te amo, Zuly <3

¿Qué les pareció el capítulo de hoy? ¿Les gusto? ¿Lo odiaron? ¿Rompió el corazón de muchas? ¿Le dimos su merecido al idiota del Alfredo o nos pasamos? ¿Bryan se vengó o realmente hay una razón pasible?

Lo sé, esperaban más salseo, a los chicos gimiendo hasta que la garganta se les desgarrara pero no lo hubo hoy 8( Pero al menos Freddy nos lo describió algo bien 7u7
Y ya vi que andaban haciendo bardo por BryanTops o FreddyTops... Tranquilas, ustedes saben que le soy fiel al BryanTops pero posiblemente pueda consentirlos con un FreddyTops en mis otras novelas, no se enfurezcan :3

¡Mañana es el gran final!

Que rápido paso la #BreddyWeek, no puedo creer que ya estemos a nada de clausurarla, ha sido un viaje increíble con tantas buenas novelas de otros escritores y con magníficos lectores como ustedes apoyándonos hasta el fin. ¡Muchas gracias!

Blablablá... Ya cállate y despidámonos de una vez. ¡Ya quiero irme a dormir!
Jajajaja... Es verdad, aquí son las once con cuarenta y dos de la noche, así que todavía estamos en el día 6 ah xD
No se anden desvelando leyendo, mejor duerman y traguen como cerdos B|

Bueno, nosotros nos despedimos. ¡Buenas noches, o días, o tardes!

Les mandamos muchos besos y abrazos, también un poquito de odio.
-Cinaferonte6<3
-Mr.Drama9</3

A-M-I-G-O-S (Breddy Meyva) | #BreddyWeek |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora