Touch (Newtina)

✨56

Newt:
Estaba sentado en las escaleras de la entrada al hospital. Ya habían pasado unas 2 horas, estaba más que aburrido.
-¡Ya nació!- era Tina quien se sentó a mi lado.
-¡Ya! ¿Cómo está?- me apresuré a preguntar.
-Es......-
-¡Es una hermosa niña!- gritó.
-Ven tienes que conocerla- me jaló.
-No Tina, yo no soy bueno con los niños- me resistí.
-¿Cómo que no, no piensas tener hijos?- 
-Lo tendré, si solo tú eres la mamá- se sonrojó.
-Bueno ya ven a conocerla- entramos al hospital y nos dirigimos al cuarto.
Cuando entramos ahí estaban los tres, se veían muy tiernos.
-Newt, no tengas miedo, ella no muerde-
-Ok, solo no leas mi mente- me acerqué lentamente.
-No, Tina aún no decidimos el nombre, y que mala, aún no sabes si será un nombre no-maj o no-
Ella agacho la cabeza.
-¿Por qué no le ponen uno de cada uno?- agregué.
-Oh si, me gusta la idea- contestó Jacob.
-¿Que nombre te gusta calabacita?- le preguntó Quinnie a Jacob.
-Que tal, Victoria-
-Si Victoria como tu abuela- ella sonrió.
-¿Y a ti mi amor, que nombre mágico té gusta?- le preguntó el a ella.
-Endora- -como mama- volteo a ver a Tina.
-Bueno será, Endora Victoria Kowalski Goldstein (suena algo raro🤔 pero la verdad en el mundo de Harry Potter, quien no tiene un nombre raro?)
-¿Puedo?- Tina se acercó.
-Claro- Quinnie se la pasó.
-Hola linda, soy tu tía- ella tenía una hermosa sonrisa.
-¿Newt por qué no la quieres cargar?- Quinnie volvió a leer mi mente.
-Los bebes me dan miedo, bueno no miedo pero siento que los puedo lastimar-
-No nada pasara cariño- Tina me dio a la niña.
-Es preciosa, se parece a su tía- todos rieron.
Se la di lo más rápido posible a Quinnie.
-¿Ves? no hace nada- agregó ella al tomar a la niña.
-Ok la hora de las visitas acabo- entró una enfermera a interrumpir el momento.
-ok- contestó Jacob.
-Adios Quinnie y felicidades- Tina le dio un beso en la frente a Quinnie y a la niña.
-Felicidades Jacob- lo abrazo.
-Felicidades- le di un abrazo a Jacob y un beso a Quinnie en la mejilla.
La enfermera nos abrió la puerta y salimos.
Cuando ya estábamos afuera, Tina me tomo de la muñeca.
-¡Ya soy tía!- gritó a los cuatro vientos.
-Felicidades- le di un beso en la punta de la nariz.
-¿Bueno a dónde vamos?- le pregunte.
-No se son las 5 de la tarde y en sábado no hay mucho a esta hora- me contestó.
-Vamos a cenar- propuse.
-Si- no dirigimos a una cafetería mágica.
Después nos dirigimos a casa, donde encontré mi maleta tirada.
-Ya han de tener hambre- la tome y la abrí.
-Por favor, si me hiciera el honor de acompañarme- ella solo río y entramos.