Touch (Newtina)

✨2

Tina:
Volvieron a tocar el timbre.
-Yo iré- dijo Queenie.
Al abrir la puerta pego un gran grito, yo me asuste así que saque mi varita.
-¡Mira Tina quien nos está visitando!- cerró la puerta y camino hacia la cocina.
-Es mi amor, Jacob- (pensaban que era Newt😏 pues no el va a tardar en salir) guarde la varita.
-Hola Tina ¿Como estás?- me preguntó el no-maj.
-Bi..- -Está súper enamorada- fui interrumpida por mi hermana.
-¿Quien es el afortunado?- preguntó algo picaron.
-No estoy enamorada ni súper enamorada- me apresuré a aclarar las cosas.
-Buenoooo si lo dices...- Jacob volteo a ver a mi hermana y ambos soltaron una carcajada.
-Bueno ¿Y que te ofrece?- dije algo molesta.
-A si, les traje una prueba de mis nuevos panes- sacó una pañoleta algo grande y o abrió.
-miren este se llama Niffler y es como un castor- soltó una risa. -solo que esta relleno de crema pastelera y fresas-
Queennie y yo tomamos uno y le dimos una mordida.
-¿Que tal?- preguntó emocionado.
-Tina y yo pensamos que esta súper rico- Jacob me volteo a ver.
-Quienne deja de leer mi mente y si es cierto- seguí comiendo.
-Oigan ¿quién es el? Se me hace conocido- Jacob vio el periódico.
-Ah es Newt- Jacob no recordaba todo, en si nada, solo que Queenie  le dijo que éramos brujas.
-¿Lo conozco?- nos volteo a ver.
-Si, el era tu amigo, gracias a el nos conocimos- Queenie le dio un beso en la mejilla.
-Ohhh, entonces le debo mucho- Jacob la tomo la cintura.
-Chicos saldré a caminar- esos dos me empalagaban, pero esta vez fue más de lo normal.
-¡Tina! Espera- me gritó  desde La Cocina Queennie evitando que saliera de la casa.
-¿Que pasó?-
-¿Podrías traer leche por favor? Ya no hay-
-Claro- salí de la casa.
Al salir del edificio empece a caminar sin ver a donde iba, solo necesitaba despejar mi mente de todo lo que estaba pasando "¿En verdad estaré enamorada de Newt? ¿Por que no puedo encontrar un amor correspondido como Queenie? " mis pensamientos fueron interrumpidos por alguien que me tomo de la cintura.
-Hola linda- me susurró al oído. Yo me asuste, así que busque mi varita en el bolso. Pero no la encontré.
-Dame todo lo que tengas-
-No traigo nada- literal nada, ni mi varita.
-No me engañas linda, si traes una cosa- me empezó a deslizar su mano por mi abdomen.