Real & Inmortal 2 (Camren)

Capitulo 39

-Hola.- saludó Lauren con una sincera sonrisa.

-Buenas noches.- respondió escuetamente ingresando al departamento.

-¿Quieres un poco de café?- ofreció con calma.

-No gracias, es mejor comenzar.- rechazó de una manera cortante. Lauren se dio cuenta de la actitud de la pequeña y rápidamente entiendo el motivo de su comportamiento.

-Camila ¿estas molesta?- preguntó llegando al piano en donde la morena ya se había ubicado.- Si es porque me fui en la mañana antes de que despertaras, lo lamento, debía empacar y...-

-Déjalo.- pidió sacando sus partituras.

-No lo voy a dejar.- habló con firmeza.- te pedí que me llamaras en cuanto llegaras a casa. Quería que habláramos sobre...-

-¿Sobre lo que paso? O ¿sobre lo mal que te sentiste al haber estado conmigo?- preguntó mirando los verdes ojos de la chica.

-Camila ¿de qué hablas?- preguntó con incredulidad.- Yo no...-

-Te vi en el cuarto de estudio mientras suplicabas poder olvidarme.- cortó con evidente furia.- ¿Tan mal te sentiste al estar conmigo que deseabas olvidar lo sucedido, olvidarme por completo?-

-Yo no quiero olvidar lo sucedido...-

-Entonces ¿quieres olvidarme a mí por completo?- preguntó con dolor en su mirada.

-Camz...-

-Te debes a alguien.- repitió sus palabras creando un fuerte dolor en el pecho de Lauren.

-Si solo pudieras entender que Samuel no es...-

-Te casarás en unos días.- volvió a cortar despegando su mirada de ella.- Y yo desapareceré de tu vida en cuento haya terminado mi trabajo.-

-Camila yo te a...-

-¡No lo digas!- explotó con furia volviendo a encontrar sus ojos.- No digas esa palabra ahora. Ya es demasiado tarde.- susurró tratando de controlar sus emociones mientras pasaba una mano por su cabello.

Era demasiado tarde. Las palabras que había escuchado de Lauren aquella noche fueron verdaderas, se sintieron verdaderas y si ella quería olvidarla, Camila no se opondría, incluso mantendría su distancia para que las cosas fueran más fáciles para ambas.

Lauren suspiró y tomo asiento a su lado para comenzar las clases en un incómodo silencio que las envolvió por completo. Camila hablaba solo lo estrictamente necesario al momento de corregir un movimiento o una postura. La pequeña parecía un alma vacía concentrada en que todo saliera perfecto. Dos horas después Camila se dedicaba a recoger sus cosas para marcharse.

-Nos vemos mañana, señorita Jauregui.- se despidió sin siquiera mirarla.

-Camila, por favor déjame hablar contigo.- pidió incapaz de verla salir por la puerta.

-Pierdes tu tiempo.- respondió encaminándose a la salida.

-Te amo.- soltó de inmediato, provocando que Camila detenga su caminar.- Aun te amo.- agregó, caminando hacia ella, quedándose a unos pasos de distancia en espera de que Camila voltease.

-No lo digas.- cerró los ojos, respondiendo en un tenue susurró. El corazón de Camila latió desmedido al escuchar esas palabras que hubiese querido escuchar la noche anterior.

-Te amo, Camz.- volvió a repetir.- Y nunca dejaré de hacerlo.- susurró con tristeza.- aunque me case con Samuel mi corazón seguirá siendo tuyo.- habló provocando que la pequeña regresara a la realidad.- Sigo siendo tuya.-