Capitulo 56

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POV Camila

¿Cuántas veces más puedes sentir ese torturante dolor en tu corazón antes de que verdaderamente se rompa? ¿Cuán fuerte es aquel órgano que te mantiene con vida? Sería interesante tener poder sobre él y pedirle que deje de doler. Tener el poder de pararlo cuando quisiéramos y volver a encenderlo a nuestra voluntad... cuando el dolor haya cesado.

Volver a la cuidad que me vio convertirme en la persona que siempre desee, que siempre quise ser para sentirme orgullosa, que mis padres se sintieran orgullosos, que Nana se sintiera orgullosa... nunca me pareció tan vacía. Ver a las personas caminando por esta insomne cuidad nunca me pareció tan superficial. Solía imaginar hacia donde se dirigía cada una. Solía pensar que aquel niño caminaba a casa de su mejor amigo para crear junto a él las mejores anécdotas de su vida, o que aquella mujer acariciaba su vientre con tan radiante sonrisa por ir a su primera ecografía. Al ver la tímida sonrisa de aquel chico me hacía pensar que estaba nervioso por estar en su primera cita junto a la chica que amaba en secreto y mirar como la chica jugaba de manera inconsciente con sus dedos me hacía creer que el sentimiento, posiblemente era correspondido. Solía imaginar...

Sucedían un millón de cosas cada minuto, cada segundo en la ciudad de Nueva York, alrededor del mundo pero ahora, lo único que podía ver eran personas caminando con miradas indiferentes. Personas ocultando sus emociones bajo las máscaras de sus rostros. Y de la peor manera entendí que, existen muchas cosas detrás de las personas que nos resulta imposible mirar, pues yo estaba destruida y nadie parecía notarlo.

A través de mi empañado vidrio miró como desaparecen tras de mí los grandes faros de la cuidad. Llegué a creer que eran estrellas sujetas a la tierra, tal vez fue mi estado de ebriedad o la increíble necesidad de errar en todo lo que hago. Quién sabe, quizá soy buena en eso... en cometer error tras error y de buscar una manera cada vez más toxica de destruir mi universo.

Al bajar del taxi, lo único que deseo es la sorprendente tranquilidad de mi departamento, dormir y pensar que si tengo suerte, no despertare... en varias horas. Mi equipaje se siente mucho más pesado de lo que parece, como si en él mis jodidos sueños rotos se mezclaran con la poca ropa que traigo. Al abrirse las puertas del ascensor camino a paso lento por el corredor, arrastrando mi equipaje en la mano derecha mientras mi mano izquierda sostiene mi bufanda, mis guantes y mi teléfono. Mis pies avanzan con pesadez y disminuyo considerablemente el ritmo para detenerme antes de girar el pasillo pues la voz que escucho al otro lado de este, la conozco de memoria.

-A veces puede ser muy olvidadiza, debes recordarle un millón de veces la cita o reunión que tiene por la noche.- habló divertida.- solía pegar papeles adhesivos recordándole sus tareas por todo el departamento así y si ella los ignoraba, Dinah o Normani se lo recordaban.- soltó una risa.

La voz que vino a continuación me heló la sangre.

-Dinah y Normani pueden cubrir el papel de madres a la perfección. Aunque no recuerdo su mala memoria, quiero decir, era ella quien solía ir por mí para ir a las reuniones o recordarme que tenía algo pendiente por hacer. Recuerdo que una mañana fue a mi casa para despertarme e ir al aeropuerto por Nana, aunque yo olvide decirle que el vuelo se retrasaría. Su lucha constante contra mi sueño y mi fiel y firme idea de que yo dormía poco para salvar al mundo de una invasión Poninja, eso sí lo recuerdo con claridad.- soltó una carcajada.

-¿Poninjas?- preguntó su acompañante, con la misma felicidad.

-Sí, ya sabes...-

-Pollitos ninjas con afán de conquistar el mundo.- respondí saliendo de mi escondite para mirar la cara sorprendida de aquellas dos mujeres que se encontraban en el piso, sentadas frente a la puerta de mi apartamento.

Real & Inmortal 2 (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora