Soberbia, amor y locura.

1.2

La vida comenzaba a tomar otro color, los problemas ya no eran problemas, o al menos ya no parecían tan graves, la sonrisa en mi cara era imposible de borrar cuando recibía su mensaje de "buenos días" o "buenas noches".

No sé si alguna vez sentiste algo parecido. Ir al colegio empezó a ser una necesidad, necesidad de ver si sonrisa o sentir su perfume al saludarla. Hablar todo el día con ella, como cábala, para que el día siguiente sea mejor que el de hoy.

Las cosas empezaban a cambiar, los "te quiero" se convertían en "te amo" y las peleas por celos iban disminuyendo para convertirse en algún "te extraño" cada día que no nos veíamos o hablábamos poco.

Ella me contó su historia, les voy a contar un poco;

Sofía es una chica que sueña con ser azafata, (no es algo que cualquiera desearía, pero ese es su sueño.)
tuvo una niñez difícil, a sus 7 años sus padres estaban en crisis y estuvieron a punto de separarse.
Cuando cumplió 12 empezaron a llevarla al psicólogo por cortarse.
Su padre Esteban y su madre Cecilia creían que eso le hacía bien. Un día el psicólogo citó a sus padres para decirle que la "nena" estaría mejor en un centro psiquiátrico y que era necesario que usaran pastillas para controlarla.
Ella sufre depresión y anemia. Entre todo eso la vida la cruzó con un chico de 15 que para ese entonces era 2 años más grande que ella. Se enamoró perdidamente de él. Pero ese amor no era el ideal, ese era un "amor" destructivo. Él con dos palabras la destrozaba y con otras dos la tenía a sus pies. Cuando terminó con todo eso, ella con ayuda de su psiquiatra logró superarlo. Pero obviamente ya no era la misma.
Pasó de ser una nena tierna, cariñosa, sensible y soñadora. A ser una mujer fría,  desconfiada, y sobre todo, dejó de ser feliz.

Esa es una pequeña parte de Sofía.

Cuando la conocí, al principio, fue un amor, pasamos momentos lindos y otros difíciles como cualquier pareja jóven. Pero a los cinco meses, las cosas fueron cambiando...