Capítulo 24

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En este capítulo, originalmente, había una escena de sexo muy extensa.

***

Narra Clarisse

Nadie llamó. Nadie me visito y nadie me miro después de hablar con mis amigos.

Zoey no estaba de acuerdo en lo que tenía planeado hacer.

Sean pensaba que lo estaba jodiendo cuando le explique lo que pasaba.

Jhon y Erick estaban extraños y por alguna razón. Erick le preguntaba por mí a mi hermano a cada segundo.

No podía respirar, me estaba ahogando con todos los problemas que se me presentaban.

Mi trabajo por el momento había acabado; adelante unos proyectos y me tome varias fotos que serían subidas a mis redes cada semana(la mayoría eran del mismo día pero con diferente ropa), escribí varias cosas para publicar en redes cuando todos creyeran que había desaparecido e incluso había escrito una carta por si algo pasaba.

Academia Baecan estuvo sobre mí durante semanas hasta que accedí a regresar.

Un nuevo contrato en el que podía irme cuando quisiera. La directora estaba siendo muy flexible conmigo y James, ni hablar, él no me dejaba tranquila.

Era un buen hombre, los años le habían hecho un gran trabajo pero también lo habían hecho conmigo y yo ya no era la adolescente loca a la que al ver una linda cara me emocionaba. Estaba atada, emocional y físicamente a una persona que tal vez ya no me quería. Si yo salía con alguien más sentía que traicionaba a Jhon como él lo había hecho conmigo.

¿Se sentía bien?

Quería gritarle en su cara si le había gustado el sexo con esa. Quería preguntarle si ella era mejor que yo. Quería saber si yo no era lo suficientemente buena para alguien como él.
La hija de un asesino no era la esposa adecuada para un Morgan.

Yo ya no era una Morgan.

El papel que comprobaba que Jhon y yo no éramos pareja parecía burlarse de mí y de mis lágrimas.

El arrugado papel descansaba sobre la pequeña mesa de la sala, también sobre ella, pronto descanso mi joya favorita.

Deje el anillo que cargue por tantos años en mi dedo rompiendo todo lo que me ataba. Recorde cuán orgullosa me sentía de llevarlo y de saber quien me había tomado a mí. Quien me había hecho parte de su familia. Ahora todo se reducía a nada. Nada.

Lágrimas en mis ojos y labios pálidos, eso era lo que había pasado conmigo.

Durante semanas en mi busqueda todo parecía imposible.

Visitas a mi padre y a la tumba de un viejo amigo.

Yo ya no le guardaba rencores a Nathan, estaba tan ocupada como para pensar en un muerto, ahora buscaba a personas vivas que pronto acabarían en prisión o muertas, si es que no me pasaba una de estas a mí.

Quería dejar pasar todo pero no podía y tenía que verlo. Tenía que ver al abogado de mi padre de nuevo.

El traslado de mi padre estaba tan cerca y estaba felíz por él. La prisión a la que la trasladaban era lejos de Manchester, en específico, era fuera de Manchester. Lejos de mí pero a salvo, como mis hijos.

La vida te enseñaba a perdonar y a pesar de que aún no vivía lo suficiente, no tenía las suficientes experiencias, entendí el concepto de la palabra perdonar y es que no se basaba en eso, se basaba en la aceptación, en aceptar que en algún momento, todos, como cualquier ser humano cometemos errores.

Tras Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora