Capítulo 9

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Narra Clarisse.

-Tiene diez minutos- Dijo el guardia y abrió la puerta.

Estaba por entrar pero esas palabras me detuvieron.

-¿Qué no era medía hora?- Dije frunciendo el ceño.

-A los que tienen mala conducta se les restan los minutos y su padre llego hasta los diez.

Asentí y entre. Busque entre las mesas a Michael y lo encontre en la mesa del fondo. Tenía su rostro amoratado y estaba muy delgado, su cabello estaba lleno de canas, no necesitaba decir que se miraba fatal, pero se miraba fatal.

Era obvio que iba a estar tan mal después de estar seis años en la cárcel. La comida no era buena y mucho menos los tratos.

No solo su aspecto estaba fatal sino que sus movimientos eran alarmantes, sus manos y su cabeza se movian de un lado a otro con nerviosismo, quería creer que era porque me vería y no porque estaba enfermo.
Cinco años atrás hubiera deseado que estuviera enfermo y al borde de la muerte pero no podía odiarlo para siempre. Él no era tan importante.

Llegue hasta él.

-Michael- Dije y levanto la mirada.

-Aika... Perdón, Clarisse- se puso de pie y me di cuenta que estaba esposado de sus pies y manos -Creí que jamás vendrías.

-Estuviste llamando durante todo este año, tenía que venir a ponerte un limite.

-Toma asiento por favor- Dijo.

Me sente y no porque él me lo pidiera sino porque estaba cansada de la fila enorme que tuve que hacer para verlo.

-¿Qué es lo que tienes que decirme?, no tengo tiempo.

-¿Cómo estas?- Pregunto y no pude evitar reírme en su cara.

-Por favor, Michael, dilo rápido, solo nos dieron diez minutos por tus peleas- Dije.

Parecía que había olvidado los golpes en su rostro porque se llevo con dificultad las manos a su rostro tratando de cubrirlo pero se las aparte de un manotazo.

-No seas ridículo.

-¿Qué quieres que te diga?- Me miro.

-La verdad. Desde que la conociste- Puse mis manos sobre la mesa. Estaban sudando.

Michael no puso resistencia y termino contandome parte de la historia, partes que no quería saber.

-La conocí cuando íbamos en el colegio, era la chica más hermosa que había visto y me enamore de ella. En ese entonces yo no lo sabía, la odiaba y la amaba al mismo tiempo. Tu madre era muy ruda y le gustaba controlarme pero yo la amaba, y amaba cada parte de ella. Nos casamos al terminar la universidad en ingeniería biónica, aunque nuestra carrera no tenía nada que ver con lo que nos dedicamos nos ayudo mucho. Tu madre era muy inteligente e invento una droga a la que ella le puso la droga de la memoria te hacía olvidar algo según la dosis, la use contigo, Clarisse, necesitaba que olvidaras. Cuando naciste yo estaba tan metido en el mundo de la mafia, yo ya no podia salir pero tu madre sí- Hizo una pausa y después continuo -Le dije que se fuera junto contigo, que se escondiera con tu tía y nunca volviera, pero se obsesiono con terminar la droga y la usaba en ella, se hizo adicta. Al final termino la droga y me dejo una muestra para que la usara en algo importante, fue cuando te conocí. Después de eso ella murio.

-Porque tu la mataste- Escupi con rabia.

Él nego con la cabeza y cerro sus ojos.

-No. Te protegi cuando ella se marcho, te quise, te quiero tanto como a ella o incluso más- susurro.

-Intentaste matarme- Dije.

-Jamás le haría daño a mi hija. Te protegi hasta que las otras bandas supieron que estabas conmigo y quisieron venganza por nuestros malos tratos, querían matarte y te tuve que hacer olvidar y llevar a ese orfanato junto con mi hermana, ella trato de retenerte ahí hasta que todo estuviera solucionado pero entonces el señor Morgan te adopto y tu estuviste nuevamente siendo el centro de atención. Era peligroso porque te encontrarían más rápido, Jhon era un empresario famoso, temí por ti, pero tu eras su hija misteriosa, no eras tan llamativa. Nunca prestan atención a lo llamativo y ese fue su error porque te encontre primero; creían que estabas escondida y no te prestaron atención, ni siquiera porque eras idéntica a tu madre y agradezco haberte encontrado primero. Jamás quise hacerte daño, pero tu estabas junto al asesino. Clarisse, la bala no era para ti, era para Mark. Yo nunca fallo ningún tiro.

-¿Por qué?- Dije y sin darme cuenta estaba llorando -¿Por qué matar a mí único amigo?, ¿Por qué matar a mi madre?, si tanto la amabas... ¿Por qué?

-Porque Mark mato a tu madre y él no podía seguir viviendo.

Tras Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora