Capítulo 28

200 19 1
                                    

El dolor era constante en mi cabeza y parecía que duraría todo el día. Si es que yo llegaba al final del día.

Anderson termino de atarme a la silla y le dió una patada a esta dejándome caer. Mi espalda golpeó el suelo haciendo que me sacará el aire el impacto.

Cerre mis ojos tratando de olvidar donde estaba, pero era imposible, me dolía todo mi cuerpo, me sentía dañada física y emocionalmente, e impotente por haber permitido que me atara a la silla sin siquiera mover un dedo.

Antes de llegar aquí pensaba en dar mi vida por toda mi familia pero ahora que me decía que aunque yo muriera su venganza no terminaría, no podía morir, el papel había cambiado, demasiado tarde, porque me tenían acorralada, no era necesario tener un tiro en mi cabeza para saber que yo ya estaba muerta. Estaba muerta desde que me quito todo lo que me podría salvar la vida. Ya no quedaba más.

Me sentía adolorida y molesta con mi padre por haberme mentido en la verdadera razón de la venganza de Anderson.

Confiaba en Clark pero no entendía porque ocultarme otra cosa más. Creía que los secretos se habían quedado atrás, pero parecía que siempre estaría tras las sombras, siempre, con recuerdos borrosos en mi cabeza.

No vi a Anderson caminar al rededor de mí pero aún así sabia que no estaba sola y no sabía cuándo me dejaría estarlo.

Quería salir de aquí por mis hijos, pero olvide todo lo que hacía antes al estar en estas situaciones. No se sentía bien y parecía que no vería la luz del sol por un buen tiempo.

Recuerdo haber sido una mujer fuerte siempre, que sabia valerse por si misma, pero hoy, estando en esta situación, no sabia quién era, ni que hacia aquí, no sé en que pensaba, ya no tenia la fuerza de una adolescente, era una mujer adulta, con dos hijos y familia.

Anderson pareció desaparecer de la habitación, y con eso una paz me inundo, necesitaba pensar que hacer, si era una mujer adulta, tenia que pensar como tal, más cuerda, más lista, pero estaba atada a una silla y en el suelo frio de este lugar mi corazón comenzaba a sacudirse dentro de mi pecho.

Estaba cansada, me sentía mal, pero las fuerzas por estar de nuevo con mis hijos me mantenían con vida. Me hacían resistente.

Me lamente nuevamente y pensé en Jhon, el que le dio sentido a mi vida y que también se la quitó. Ese jodido hombre que entró a mi corazón, que lo armo y después lo hizo pedazos, ese hombre que con sus caricias me hacía sentir viva y fueron esas mismas las que me robaron el aliento, y no de una forma que yo quería, me engañaron, me usaron y me lastimaron.

¿Cómo pudo olvidarme tan rápido?

¿Era tan mala?

¿Ella era mejor?

¿No era la correcta?

Sé que tal vez no era lo mejor que había pasado frente a sus narices, pero era alguien que lo amo, que sin pensarlo daría su vida por él, y ahora, llorando, tal vez sola, lo extrañaba, extrañaba a Jhon Morgan.

Extrañaba esa sensación de necesidad de amor, y ahora, la necesitaba y tal vez fue eso lo que me dio fuerzas.

Mi amor por Jhon.

El amor por mis hijos.

El amor que le tenía a la vida.

Nunca nadie podrá imaginar el gran amor que le tuve a mi vida. Nunca nadie podrá imaginar el gran amor que le tuve a mis hijos y a Jhon. Nunca.

Tenía miedo, me sentía agotada, no era la misma chica.

Y de pronto nada importo, solo la pausada y tranquila respiración a mi costado.

Podía escucharla y casi podía imaginar el pecho de Anderson subir y bajar en cada respiración.

-Se que estás ahí- susurré -Puedo escuchar tu respiración.

Trate de mirar a los lados para poder distinguir su silueta.

-Se que Clark es un grandísimo pedazo de mierda- Dije -Que merece morir, ¿Y sabes?, estoy de acuerdo.

Escuche a Anderson caminar, alejarse.

-Mi hermano era un buen hombre, a pesar de su negocio, era joven, amable, le gustaban los trabajos honestos- Suspiró -Y tu padre parecía ser de esos hombres emprendedores, con una hermosa mujer como esposa y una bonita familia, y confío, su primer error, ¿Haz confiado en Clark?

-Más de lo que hubiera querido.

-Entonces sabes lo que son las puñaladas por la espaldas. Sabes el dolor, el sufrimiento, sabes lo que es la pérdida. Conoces el sabor de la sangre en tu boca, conoces lo que es perder a lo que más amas, dime, ¿Qué perdiste?

-A mi mamá- Respondí -Uno de sus hombres la mato.

-¿Lo ves?, se limpia las manos diciendo que él no dio la orden directa, pero, ¿Sabes qué?, estoy seguro de que él fue quien mato a tu madre, y estoy seguro de que viene por ti. Tú papá va a matarte, Aika, sino lo hago yo, él lo hará. Probablemente te quiere, después de todo llevas su sangre, pero eres una carga, sabes mucho, demasiado, y a pesar de que significas un peligro, nunca sabrás ni la mitad de lo que ha hecho Michael. No conoces la maldad.

Pero yo la conocía, y sabía que estaba jodida.

Tras Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora