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Aria's POV

Por fin, después de cinco horas de viaje y de las continuas paradas para repostar, comprar víveres e ir al baño llegamos a Idaho. Mi padre comienza a girar varias veces por numerosas calles de pavimento gris y cuando ya creo que hemos llegado, bajo la ventanilla de mi puerta y asomo la cabeza para poder ver delante de mí una gran verja de metal, de un negro carbón, que me devuelve la mirada imponente. Mi madre rebusca en su bolso y de su interior saca un pequeño mando circular que posee un botón rojo en el centro, y cuando lo presiona, la puerta hace un pequeño ruido metálico, para justo después, abrirse totalmente dándonos acceso al interior

Cuando el coche entra dentro de la gran urbanización y la verja vuelve a cerrarse, puedo fijarme en todas las casas que componen esta lujosa villa. Todas tienen un toque moderno que se mezcla perfectamente con lo rústico, las fachadas son blancas hacen que el sol resplandeciente brille aún más, imponiendo su autoría, y junto a cada caso a un pequeño jardín adornado con flores, que hace de valla separatoria.

-¿Vamos a vivir aquí? -pregunto a mi padre con la boca abierta.

-Porque ¿No te gusta?

-Al contrario, me encanta. -grito, no puedo contener la emoción.

Mi padre sigue conduciendo hasta que, pasa por enfrente de una casa por la parte de atrás en la que puedo ver a un chico fumando. Puedo ver que tiene el pelo oscuro y unos grandes ojos negros aunque no me está mirando, también puedo ver sus musculoso cuerpo ya que no lleva camiseta.

Esto no hace más que mejorar.

Por fin después de dar un par de vueltas más por el precioso y distinguido barrio, llegamos a la que parece ser nuestra nueva residencia. Es grande y bonita. Tiene dos pisos, la fachada que también es blanca ,como todas las demás, hace juego con las ventanas de madera oscura, junto con la puerta, que es del mismo tono.

Mi padre para el coche enfrente de la puerta de la cochera y abre su puerta para salir, por lo que mi madre e Ian le siguen así que me quito los auriculares y salgo también.
Sin que me pueda dar cuenta mi hermano me lanza una de mis maletas que cae al suelo y se abre, dejando ver todo su contenido, en mayoría ropa interior.

-Ups, lo siento. -dice burlón.

Tengo ganas de lanzarme sobre él y asfixiarlo con mis propias manos, pero tengo que recogerlo todos antes de que alguien pueda ver toda mi ropa interior, ya tengo suficiente con ser la nueva, como para que también me tomen por una guarra o algo peor. Mi ropa interior es normal, como la que toda chica utiliza, pero no queda bien vista que se vaya enseñando por la calle.

Meto todo en la maleta y la cierro haciendo un gran esfuerzo, una vez la tengo en mi mano corro lo más rápido que puedo mirando a mi alrededor para ver que no hay moros en la costa.

Entro y cierro la puerta tras de mí, mis padres están desembalando cosas en la cocina y mi hermano -como no-, ya está tirado en el nuevo sofá de piel blanca.

En ese momento me acuerdo de que me he dejado la segunda maleta afuera, por lo que le dedico una mirada furiosa, y vuelvo sobre mis pasos hacia afuera.

Abro la gran puerta de madera y me dirijo rápido hacia el todo terreno, con cuidado, para que no me vuelva a pasar lo mismo que con la anterior bajo la maleta, creo que con esta mudanza he echo más ejercicio físico que en todo un año.

La cojo en peso y me dirijo hacia la puerta, pero algo me llama la atención, el mismo chico que había visto en el balcón, minutos antes fumando, estaba pasando por enfrente de mi casa corriendo con tan sólo unos pantalones de chándal azul oscuro, que por cierto, no dejaban nada a la imaginación.

Alone ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora