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Steven's POV


Me despierto cuando la potente luz solar entra por la enorme puerta corredera que da al balcón, e intento taparme con la sábana para intentar evitar el contacto, y así evitar que me ardan los ojos. Pero no lo consigo, ya que la fina tela casi no consigue bloquear los finos rayos de luz que se cuelan por ella. Finalmente la retiro y me levanto de la enorme cama, pensando únicamente en una cosa: hoy es el baile de invierno. Todos los estudiantes no han dejado de hablar toda esta semana de lo mismo, he incluso puedo incluir también a algunas profesoras, que en los descansos, se las podía escuchar hablando sobre el vestido que van a llevar, de las profesoras adjuntas lo entiendo, ya que su edad no está tan lejos de la nuestra, pero de las demás, es decir, no consigo imaginarme a una mujer de unos cincuenta años, con un vestido algo ajustado y maquillada, en fin, la crisis de los cincuenta siempre hace estragos en las personas por lo que parece.

Comienzo a andar por la habitación hacia el armario para vestirme, ya que, aunque esta noche es el baile, igualmente tenemos que ir como cualquier Viernes al instituto. Saco una camiseta negra y los jeans blancos que lleve a la fiesta de Hallowen junto con las botas negras. Después, me voy al aseo para lavarme la cara e intentar aliviar mi estado convaleciente por pensar en que hoy nos darán las notas de este primer trimestre, ya que hasta Enero no volvemos a vernos el Sr. Hendel —mi tutor—, y yo, y admito que me alegra eso, necesito un descanso después de todo lo que ha pasado con Aria, Sam, y todo el grupo en general. Aunque me alegra saber que Sam, no me ha hecho ninguna a visita más desde la última vez que se coló en mi casa, por sorpresa, junto con ese Macguiber que casi me mata, aunque en la historia siempre se ha podido comprobar que, puede más el ingenio que la fuerza.

Bajo las escaleras en dirección a la cocina para desayunar, ya que me muero de hambre y mi estómago no hace más que rugir pidiendo comida. Entro, y lo primero que veo es un gran cuenco de fruta ya cortada y sin piel sobre la isla de la cocina, en general me gusta la fruta, pero esta mañana no es precisamente lo que me apetece. De repente entra mi padre, como siempre con el teléfono en la mano, y nada más verme me hace un gesto con el brazo indicando que me siente para desayunar conmigo. Estos últimos meses tanto él como yo hemos intentado hacer un esfuerzo por llevarnos mejor, y curar así viejas heridas del pasado, o al menos intentar curarlas. Cuelga y al momento ya está junto a mí, cogiendo un trozo de piña que en verdad tiene un aspecto delicioso.

—¿Nervioso? —me pregunta. —Esta noche es el baile.

Me encojo de hombros antes de contestar.

—Tal vez, teniendo en cuenta de que esta va a ser la primera vez que voy a hacer algo extraescolar dentro del instituto, si.

—Tranquilo hijo, te aseguro que ahora estas nervioso, pero una vez estés bailando abrazado a Aria se te pasará todo.

—Respecto a eso, no sé si podré bailar con ella, ya que ahora mismo la tensión está muy cargada entre nosotros, se enteró de la foto y hemos decidido ir en grupo para que no se produzca ningún conflicto.

Me mira expectante unos minutos hasta que por habla.

—Pues mira hijo, yo os vi en la cena, y créeme que si eso no es amor, entonces creo que me puedo retirar como padre.

Río ante su objeción y él me sigue.

—Supongo que esta noche se verá lo que pasa, porque no quiero pecar de narcisista, pero me presupongo que Aria tiene tantas ganas como yo de arreglar las cosas.

—Si, esta noche se pondrán las cartas sobre la mesa y de veras que te deseo toda la suerte del mundo. —contesta finalmente y se levanta de la mesa, para poco después salir por la puerta principal con su maletín bajo el brazo.

Alone ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora