Abigail no estaba del todo equivocada, el duque comenzó a presentarse más seguido en mi puerta. El primer día de mayo trajo su libro favorito "Entre fuego y espadas".
- He resaltado mis líneas favoritas.
- ¡También hago eso! - exclamé al hojear la novela sin leer las palabras.
Se sentó a mi lado, disfrutando del té de jazmín que nos habían servido. Los silencios nunca fueron incómodos con él, nos entendíamos.
- ¿Qué hice para merecer tener al duque de Versalles prestándome libros?
- No lo diga así. - tamborileó en la portada con sus dedos. - Simplemente soy William para usted.
- Misma pregunta, William. ¿Está al tanto de los rumores sobre mi familia? - Asintió. - Entonces, ¿por qué se arriesgó a que lo vieran por aquí en lugar de enviarlo con alguno de sus empleados?
- Quería verla. - su sonrisa no se desvaneció, su expresión no cambió en lo absoluto. - ¿Es que no tiene amigos, señorita Bonnet?
La verdad era que no.
Mis mejillas ardieron por mi propia impertinencia, aunque me alegró que no tuviese otra intención o al menos eso es lo que yo quise creer.
Estar enamorado es algo caótico, el dolor de cabeza por no dormir dejó de importarme, lo único que quería eran "cinco minutos más" al lado de Abigail, que se convertían en horas y horas. Ya casi se cumplía un mes desde que nos conocimos, madrugadas en donde teníamos que guardar silencio por lo mucho que nos reíamos, tardes en las que le dedicaba los colores del atardecer, noches en las que me contaba sobre las cosas que le gustaría estudiar si a las mujeres se les fuese permitido y yo suspiraba por su inteligencia.
Amo a mi hermana con todo el corazón, sin embargo, durante todos esos meses agradecí no compartir habitación con ella porque no hubiese podido saber lo que se sentía despertar al lado de la persona que adoraba y verla escabullirse antes de que llegase Lucy dando brincos a despertarme.
Estaba segura de que no había nadie en el universo que se le asemeje a Abigail, mi corazón ya le pertenecía y se encogía cuando sentía que yo daba más por nuestra "relación", pero lo dejaba pasar porque las veces que me hacía sentir querida superaban las que no.
- Extraño a mis padres.- su cabeza descansaba en mi regazo aquella noche, dejó su libro por unos segundos.
- ¿Dónde están?
Siempre evadía esa pregunta, me miró de reojo.
- Volverán en dos semanas.
Su respuesta siempre era la misma después de un mes seguía repitiendo "dos semanas", nunca le pregunté porque me preocupaba empeorar su estado de ánimo, sus ojos se apagaban cuando hablaba de su familia.
Palmeé la cama a mi lado para que se sentara y así hizo, tomando mi mano.
- ¿Es muy rápido si te digo que te quiero? - recitó observando mis ojos, sentí que me estaba mirando por primera vez.- Porque te quiero.
No pude ocultar la sonrisa, llevaba días intentando decírselo, comiéndome la cabeza al preguntarme si estaba sintiendo demasiado.
- Yo te quiero más.
- No. - se había acostumbrado a besar castamente mis labios para callarme, amaba eso.- No es una competencia.
-Entonces yo también te quiero.
Pero no me equivocaba, yo siempre la quise más. De otro modo, nunca se hubiese ido.
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「 𝘪𝘳𝘳𝘦𝘢𝘭 」❲ 𝘸𝘭𝘸 ❳
Misterio / Suspensofrancia, 1770 ; el duque de versalles no es capaz de ver que su prometida está enamorada de una mujer que busca asesinarlo. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ [completa] - playlist en bio.