Capítulo 2: Dulce sorpresa

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Al entrar a la cocina todos se me quedaron mirando, principalmente "esa" persona, pero yo simplemente no pude contener esa mezcla de emociones tan intensa y corrí hacia mi hermana mayor mientras gritaba su nombre y dos lagrimillas de la emoción salían de mis ojos antes de abrazarla con fuerza.

Al entrar a la cocina todos se me quedaron mirando, principalmente "esa" persona, pero yo simplemente no pude contener esa mezcla de emociones tan intensa y corrí hacia mi hermana mayor mientras gritaba su nombre y dos lagrimillas de la emoción sa...

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(Sería unas lagrimitas con los ojos de la primera foto, pero sin estar tan happy)

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(Sería unas lagrimitas con los ojos de la primera foto, pero sin estar tan happy)

Ella se quedó muy sorprendida, pero casi al instante me abrazó mientras derramaba junto conmigo lágrimas de la emoción al poder vernos después de varios años.

-Nina, te he echado de menos, no te vuelvas a ir- susurro a su oído con cariño y temor a que sea una ilusión a la vez que la abrazo con un poco más de fuerza.

-Yo también te he echado de menos, my little White-winged* y prometo no volver a dejarte, ¿promesa de hermanos?- Me dijo mientras ponía la palma de la mano en forma de puño para hacer nuestro juego de manos para las promesas, ya que lo habíamos hecho siempre, desde que éramos pequeños.

(*Mi pequeño de alas blancas)

Cuando terminamos nos volvimos a mirar y me comentó lo mucho que había crecido desde los 17 años hasta mis actuales 28, ya que ella se fue cuando yo tenía esa edad, pero ella tenía 19 y había tenido que huir, dejando una carta explicando el por qué y despidiéndose. Yo lloré ese día, pero después de tanto tiempo nunca creí que volviese a verla, bastante más mayor, pero ahora era feliz y estábamos juntos de nuevo.

Después de unos minutos hablando, riendo y contando muchas de las cosas que nos habían pasado hasta ahora –demasiadas tras tantos años- mientras esperábamos a que la pizza estuviese lista y ayudábamos a poner la mesa llegó yurio desperezándose de una larga siesta –su parte de gato le hace ser muy dormilón, jaja-, pero grande fue su sorpresa y la cara que puso cuando vio a Nina. Luego fui a mirar a Nina, pero no la encontré, porque ya no estaba allí, estaba abrazando a un sorprendido y emocionado Yurio que le correspondió el abrazo sin dudar, empezando a llorar en el brazo de una unicornio que le daba palmaditas en la espalda y le susurraba al parecer dulces palabras al tigrato con el objetivo de calmarlo, cuyo acto dio resultado en poco tiempo, aunque el felino tenía los ojos rojizos y fue corriendo a la velocidad del rayo al baño a lavarse la cara. Aunque no tardó mucho en volver y volvió a abrazar a mi hermana, fue solo unos segundos, porque luego se separó bruscamente con la cabeza hacia un lado y rojo hasta las orejas por su tsunderismo, a lo que la mayor respondió mirando con dulzura y cariño al menor, para luego sentarse de nuevo, esta vez estando todos en la mesa servida y la comida preparada.

 Aunque no tardó mucho en volver y volvió a abrazar a mi hermana, fue solo unos segundos, porque luego se separó bruscamente con la cabeza hacia un lado y rojo hasta las orejas por su tsunderismo, a lo que la mayor respondió mirando con dulzura y ...

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(Así estaría cuando ve a Nina y en la siguiente es cuando está la está abrazando, aunque luego llore)

(Así estaría cuando ve a Nina y en la siguiente es cuando está la está abrazando, aunque luego llore)

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Pasó un rato hasta que Yurio soltó:

-Nina, ¿cuándo les vas a decir tu pequeña sorpresa?

Un mundo contigo, un mundo sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora