Escena III - ISOLDA, KURWENAL, EL PASTOR, EL PILOTO

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(Kurwenal acude al momento, tras de Isolda; sin voz, con terrible ansiedad, ha presenciado la escena, teniendo fija e inmóvil la mirada en Tristán. De repente, óyese llegar del fondo del escenario un sordo tumulto y ruido de armas. El pastor llega salvando el parapeto y, acercándose rápidamente a Kurwenal, le habla en voz baja.)
EL PASTOR.-¡Kurwenal! ¡escucha! ¡Otro buque! (Kurwenal tiembla, y mira por encima el parapeto, mientras el pastor conmovido contempla de lejos a Tristán y a Isolda.)
KURWENAL (con un estallido de cólera).-¡Muerte e infierno! ¡Todo, dispuesto! He reconocido a Marke y a Melote... ¡Armas y piedras! ¡Ayúdame! ¡A la puerta!
(Se lanza con el pastor a la puerta, y ambos procuran atrancarla con prontitud.)
EL PILOTO (entra precipitadamente).- Marke con marineros y soldados me sigue... inútil es la defensa... ¡Estamos vencidos!
KURWENAL.-Ponte aquí, y ayuda. En tanto que yo viva, nadie penetrará. BRANGANIA (óyese su voz de fuera y de debajo).-¡Isolda, señora! KURWENAL.-¿La voz de Brangania? (Gritando hacia abajo.) ¿Qué buscas aquí?
BRANGANIA.-No cierres, Kurwenal. ¿Dónde está Isolda?
KUWENAL.-¿Traidora también tú? ¡Ay de ti, infame!
MELOTE (su voz llega de afuera).-¡Abajo, puerta! ¡No nos detengas más tiempo!
KURWENAL (con una carcajada terrible).-¡Viva el día en que te encuentro! ¡Muere, traidor infame!

Tristán e Isolda (Ópera) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora