(Óyese un grito de Brangania y al mismo tiempo el ruido del choque de armas. Kurwenal entra impetuosamente, vuelto de espaldas, y blandiendo su espada.)
KURWENAL.-¡Ponte a salvo, Tristán!
(Tras él llegan de repente, muy animosos, con paso precipitado, Marke, Melote y muchos cortesanos que se paran de lado frente a los amantes; fijan la vista en estos con diversos ademanes. Brangania baja al mismo tiempo de la azotea y corre cerca de Isolda; ésta en un movimiento de pudor involuntario, se apoya, volviendo el rostro, en el banco de flores. Tristán, con un movimiento también involuntario, levanta el brazo y extiende su capa, de manera que Isolda queda oculta a las miradas de los recién llegados. Permanece un rato en esta actitud, inmóvil, fija la vista en los demás personajes. Despunta el día).
TRISTÁN (después de prolongado silencio).-¡El triste día por última vez! MELOTE (Marke que se queda absorto de muda estupefacción).-Señor ¿me dirás si le he acusado con razón? ¿Si he ganado mi cabeza, que aposté? Te he mostrado patentemente su perfidia; he salvado del oprobio tu nombre y tu honor.
MARKE.-¿Realmente lo hiciste? Véle allí, al más fiel de todos los fieles: mírale al más amigo de los amigos: un acto ubérrimo de su fidelidad hirió mi corazón con la mas odiosa alevosía. Si Tristán me engañaba ¿debía yo esperar que el mal causado por su perfidia fuese por consejo de Melote lealmente reparado?
TRISTÁN (con viveza convulsiva). -¡Espectros del día, ensueños de la mañana, engañosos y siniestros, alejaos volando, huid!
MARKE (con profunda emoción).-¿A mi eso? ¿Esas palabras, Tristán, a mí? ¿Dónde está la fidelidad después que Tristán me ha engañado? ¿Dónde están el honor y la lealtad después que Tristán, asilo de todos los honores, los perdió? ¿ A dónde huyó la virtud que había elegido a Tristán por escudo, después que escapó de mi amigo? ¿Después que Tristán me ha hecho traición? (Silencio. Tristán baja lentamente los ojos al suelo; su aire y su actitud expresan, mientras Marke continúa, tristeza creciente.) ¿A qué fin los servicios sin cuento, la gloria y los honores, el poder y la grandeza que conquistaba para Marke, si honores y gloria, grandeza y poder, y servicios sin cuento, habían de serte pagados con la afrenta de Marke? ¿Tienes en poco su agradecimiento, puesto que te ha dado en herencia y patrimonio, la gloria y el reino, que le habías conquistado? Muriósele sin hijos su mujer, y hasta tal punto Marke te amaba, que renunció recasarse otra vez. Apremiado con súplicas y amenazas por todo el pueblo en la corte y en el país para elegir una reina para el reino, una esposa para sí, tú mismo conjuraste a tu tío para que bondadosamente llenara los deseos de la corte, la voluntad del país: en oposición con la corte y con el reino, en oposición contigo mismo, disculpábase generosamente y con estratagemas, hasta que tú, Tristán, le amenazaste con abandonar para siempre la corte y el reino, si tú mismo no fueses enviado a buscar la novia para el rey. Él dispuso que así se hiciera. Esta mujer de maravillosa belleza, que tu valor me conquistó, ¿quién podrá verla, quién conocerla, quién llamarla suya con orgullo, sin tenerse por feliz? Acercarse a ella jamás se atrevió mi voluntad; tímido respeto me hizo renunciar a desearla, su gracia sublime y soberana había de refrescar mi alma; tú me presentaste la novia real a pesar de enemigos y peligros. Ya que con la posesión de este tesoro, has hecho mi corazón más sensible que antes para el dolor, hiriendo la fibra más susceptible, delicada y tierna, no me queda esperanza de curación; ¿por qué a mí, desventurado, a mí lesionaste con tan acerbo golpe? Me heriste con el arma cuyo cruel veneno martiriza mi alma y mi cerebro: esto ahoga en mí la amistad fiel, llena de sospecha mi corazón, confiado, para sorprender acechando secretamente al amigo en medio de la noche oscura y ver el fin de mi honor. ¿Por qué para mí esa afrenta que ningún suplicio podrá expiar? ¿Quién en el mundo podrá sondear ese abismo inescrutable, terriblemente profundo, lleno de misterio? TRISTÁN (levantando hacia Marke sus ojos compasivos).-Oh rey, esto no puedo decírtelo; y lo que tú preguntas, jamás podrás saberlo. (vuélvese en parte hacia Isolda que acaba de abrir los ojos y parece pedirle clemencia.) A donde va ahora Tristán ¿Isolda, quieres seguirle? En el país de que te habla Tristán no brilla la luz del sol: es el país de tene- brosa noche, de donde un día me envió mi madre cuando me concibió en la muerte, y en la muerte me hizo venir la luz. Lo que, cuando me dio a luz, era refugio de amor, el reino maravilloso de la noche, de la cual un día desperté, esto te ofrece Tristán, allí se anticipa él a ir. Si Isolda quiere seguirlo fiel y sumisa, dígalo ahora.
ISOLDA.-Pidióle un dia el amigo que le siguiera a extraña tierra; Isolda hubo de seguir, fiel y sumisa, al hechicero. Condúcesme ahora por tus dominios para mostrarme tu patrimonio. ¿Cómo podré huir de la tierra que abarca todo el mundo? Donde esté la casa y el hogar de Tristán, allí irá Isolda; le seguira fiel y sumisa; enseña ahora el camino a Isolda. (Tristán la besa suavemente en la frente).
MELOTE (botando de rabia).-¡Ah, traidor! ¡A la venganza, rey! ¿Sufrirás esta afrenta?
TRISTÁN (tira de la espada y se vuelve bruscamente).¿Quién aventura su vida por la mía? (Fija sus miradas en Melote.) Era mi amigo, me amaba en alto grado y con cariño; como nadie me procuraba honor y gloria. Impulsó mi corazón a la presunción; él guiaba el bando que me apremiaba para aumentar mi honor y mi gloria para casarte con el rey. Tu mirada, Isolda, también le cegaba: por celos me ha hecho traición, para con el rey, el amigo, a quien traicioné. Defiéndete, Melote.
(Le acomete; Melote se pone en guardia; Tristán deja caer su espada y se rinde, herido, en brazos de Kurwenal; Isolda se precipita sobre su pecho; Marke detiene a Melote).
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Tristán e Isolda (Ópera)
RomanceLa historia del amor "involuntario, irresistible y eterno" de Tristán e Isolda, que se prolonga durante toda la vida e incluso después de la muerte, atrajo con fuerza, ya desde sus inicios, a quienes la escucharon. El destino trágico de aquellos dos...